En el año 2009 Cristina –vía moratorias– llegó a 2,3 millones de nuevos jubilados agregados a la base previsional recibida en mayo del año 2003 por Néstor, tras la crisis neoliberal de 2001 que dejó fuera del sistema al 47% de las personas en edad de jubilarse.
Desde ese emblemático año 2009 –donde se decidió profundizar el proyecto popular-democrático tras las elecciones de medio mandato–, las recomposiciones se calculan con una fórmula polinómica ideada por Amado Boudou cuando era director ejecutivo de la Administración Nacional de la Seguridad Social que equipara el beneficio a la inflación y adicionalmente favorece a los pasivos cuando hay crecimiento económico, mejora en la recaudación fiscal y se logra vía paritarias suba real de salarios.
Fórmula de recomposición de haberes en su momento fustigada por la opo conservadora nucleada entonces en el emblemático grupo ¡¡¡Ahhhh!!! (como los denominara el hoy censurado periodista Horacio Verbitzky), con críticas sin sustento técnico, totalmente falaces como era habitual en los planteos de los parlamentarios ¡¡¡Ahhhh!!!.
Desde su aplicación en 2009, el cálculo de ajuste por inflación incrementó un 950% la jubilación mínima, mientras que en ese mismo período la inflación fue de 692% tomando indicadores de consultoras, el promedio de los institutos provinciales y desde 2016 el IPC-CABA e IPC-Indec. Por lo tanto, con la fórmula que propone el Gobierno, la jubilación mínima sería de $ 5.470 en lugar de los $ 7.246, casi 25% o unos $ 1.800 mensuales menos.
Cabe destacar que con la fórmula actual de calcular las actualizaciones mediante la Ley 26.417 produjo aumentos reales en el poder adquisitivo de los haberes en siete de los nueve años durante los que se aplicó. Quedan afuera el 2014 y 2016, años donde la caída del salario real dejó atrás a las jubilaciones.
Ahora en acuerdo con las demandas del FMI –y su monitoreo recargado de la economía que en su momento llevó a la crisis del año 2001 –el Gobierno neoliberal quiere usar sólo el índice de alza de precios para actualizar haberes perjudicando notablemente a los jubilados y pensionados, congelando de paso la regresiva pauta distributiva previsional actual y así lograr “bajar el gasto” que ellos aumentaron a niveles de récord histórico vía desfinanciamiento estatal por transferencias a la cima de la pirámide de ingresos –de agentes locales y transnacionales– a través del mega- endeudamiento y el pago creciente de servicios –comisiones e intereses crecientes–, megadevaluación, quita de retenciones e impuestos a los poderosos, etc.
Gobiernan para los ricos. O más elegantemente, como señalara con sinceridad y cinismo Gustavo Grobocopatel –neofuncionario titular de los G-robo–, “este gobierno trata de empoderar a los empresarios”.
En conclusión, las jubilaciones serían hoy sensiblemente más bajas si en lugar de aplicarse en su actualización semestral el “Indice Boudou”, sólo se hubieran ajustado por inflación, tal como también lo señala la periodista especializada Silvia Stang en el diario insospechado de kirchnerista La Nación.
“Si los haberes previsionales se hubieran ajustado en los últimos años sólo por el índice de inflación –tal como ahora busca hacer el Gobierno–, los montos que cobran los jubilados serían alrededor de un 20% más bajos que los actuales. La jubilación mínima, concretamente, estaría algo por debajo de los $ 6 mil, en lugar de los $ 7.246 vigentes (en bruto).
Como se suele señalar habitualmente, “a confesión de partes, relevo de pruebas”.
En fin ya basta de cháchara y a prepararse para pasarle mensualmente unos mangos extras a los abuelitos y abuelitas, estimados lectores de PERFIL.
*Director de Consultura Equis.