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Libros para que Macri lea en las fiestas 2

Emperador filósofo

Donald Trump nombró como secretario de Defensa al general James Mattis, apodado Perro Loco, un militar de mano dura de los primeros en llegar a Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, que comandó una de las divisiones que invadieron Irak en 2003 y fue jefe de operaciones en Oriente Medio hasta 2013.

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MONUMENTO AL DEBER: libro Meditaciones, de Marco Aurelio. | CEDOC

Viene de ayer; “Libros para que Macri lea en las fiestas 1”. The Founder’s Mentality (e.perfil.com/Fundadores).


Donald Trump nombró como secretario de Defensa al general James Mattis, apodado Perro Loco, un militar de mano dura de los primeros en llegar a Afganistán tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, que comandó una de las divisiones que invadieron Irak en 2003 y fue jefe de operaciones en Oriente Medio hasta 2013. Al contrario de Trump, Mattis tiene una faceta humanista e intelectual: colecciona siete mil libros y en Irak, mientras les reclamaba a sus soldados tratar correctamente a la población civil, les daba para leer Meditaciones, de Marco Aurelio, el libro que toda persona que atraviesa una coyuntura de poder debería releer.

El jefe de los militares nombrado por Trump les daba a sus soldados en Irak el libro de Marco Aurelio para mejorarlos"

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;Este libro, junto a aquel al que ayer se le dedicó esta columna: The Founder’s Mentality, completa y complementa la recomendación de lectura para las vacaciones del presidente Macri, a quien se le enviaron ambos ejemplares antes de su partida a Villa La Angostura, por si quisiera llevarlos.

El de ayer es de estrategia organizacional, “la gestión”, como les gusta llamar a los del PRO y lo que creen es su mayor atributo.Y el de hoy es de estrategia moral.

Ejemplares de The Founder's Mentality y de Meditaciones se le enviaron a Macri para leerlos en sus vacaciones


Marco Aurelio tuvo la fortuna de nacer en una de las familias más acomodadas de Roma en el siglo II, en el cénit del Imperio. Desde su infancia estuvo destinado a ocupar puestos importantes: a los 17 años fue designado futuro sucesor al trono, a los 19 cónsul, a los 26 alcanza el segundo cargo más alto de gobierno y los 39 años asumió como emperador hasta su muerte, veinte años después.

Marco Aurelio fue un emperador especialmente preocupado por la contención del gasto público y las necesidades del Imperio pero, por su dedicación al estudio, pasó a la historia como “el rey filósofo” y el emperador más filantrópico. Durante los últimos diez años de su vida escribió su libro Meditaciones como una guía de mejora personal que terminó siendo un “monumento literario al servicio del deber”.

Marco Aurelio agradecía la primera educación de su madre, que le impidió “parecerse a los ricos”, y a uno de sus maestros por alejarlo “de la afectación de los patricios”. Su libro es una filosofía terapéutica con el fin de disciplinar la inteligencia para dominar el carácter: no se trata de vivir para saber, como en la anterior Grecia, sino de saber para vivir. Su filosofía estoica construye un edificio conceptual sobre tres pilares: lógica, física y ética. El ignorante, para Marco Aurelio, “no entiende la belleza y el orden de la naturaleza, y tiende al mal”. Recomendaba “confiar sólo a la lógica el timón del alma”. Sus Meditaciones son un encuentro a solas y un soliloquio: un diálogo consigo mismo, un combate continuo entre lo que se es y lo que se debería ser pero, a la vez, una especie de testamento moral y espiritual.

Algunas de sus ideas: “Dado que no todos los hombres consiguen la verdad, actúan de manera errónea para sí mismos o para los demás, aunque sea en contra de su voluntad”.

“No ser demagogo, obsequioso, ni buscar el favor de la turba, sino ser sobrio y seguro en cualquier ocasión, nunca ser vulgar ante la belleza ni deslumbrado ante la novedad; de las cosas que hacen la vida fácil y que con abundancia proporciona la fortuna, hacer uso sin delirio y sin buscar excusas, de forma que si estaban a mano las alcanzaba sin preocuparse, si estaban ausentes no las precisaba; que ninguno pudiera decir que era un sofista, un impostor, un pedante sino que era un hombre cabal, completo, ajeno al halago, capaz de ponerse al frente de sus propios asuntos y de los ajenos”.

“Perseguir imposibles es propio de locos. Imposible es que los malos no hagan algo a su estilo”.

“Un hombre noble compara y estima a sí mismo por una idea que es superior a él, y un hombre malo, por uno menor que él. Una produce aspiración, y el otro ambición, que es la forma en la que un hombre vulgar aspira”.

“Desde el alba hay que decirse con énfasis a uno mismo: me toparé con el entrometido, con el desagradecido, con el soberbio, con el taimado, con el malicioso, con el insociable. Todos los rasgos concluyen a ello por la ignorancia de los bienes y los males. Yo, al contrario, tras haber contemplado la naturaleza del bien y ver que es algo bello, y la del mal y ver que es algo vergonzoso, y ver que es de mi linaje no por la misma sangre o simiente sino por la participación de la inteligencia, tampoco puedo sufrir perjuicio por alguno de ellos”.

“Son más graves aquellas veces en que se yerra por apetencia que las causadas por el enojo: el que está enojado se revuelve contra la razón aparentemente con cierta tristeza y encogimiento inconsciente, mientras que el que yerra por apetencia se deja vencer por el placer y es más licencioso y débil en sus faltas”.

“Acuérdate delante de cada circunstancia que te provoque pena que eso no es desgracia; que, por el contrario, soportar con nobleza es buena fortuna. Soy afortunado porque, a pesar de haberme ocurrido eso, permanezco sin pena y no me rompo por el presente ni temo el porvenir”.

“No reniegues, ni renuncies, ni te impacientes, si no se materializa la ejecución de cada acción según criterios rectos; por el contrario, aunque te quedes fuera de combate, vuelve a él con insistencia, conténtate si la mayor parte de tus acciones están por encima de lo humano y desea el combate al que vuelves.”

“El principio rector es algo que se excita, se orienta y se hace a sí mismo como quiere ser y también hace que le parece que todo ocurre como él quiere”.

“El verdadero modo de vengarse de un enemigo es no parecérsele”.

“El arte que aprendiste, ámalo”.

“Mira hacia adentro. Que la cualidad específica de ninguna acción ni su valía corran más que tú”.

“A ningún lugar más tranquilo, más pacífico, se retira el hombre que hacia su propia alma, sobre todo aquel que tiene dentro recursos tales que, si los examina, al momento se encuentra en total bienestar. Concédete sin parar ese retiro y renuévate, para disolver toda tu insatisfacción y reenviarte de vuelta sin irritación a las actividades que retomas”.

“El tiempo es como un río que arrastra rápidamente todo lo que nace”.

“Vivimos por un instante, sólo para caer en el completo olvido y el vacío infinito de tiempo de esta parte de nuestra existencia”.

“Hipócrates, tras sanar muchas enfermedades, murió. Alejandro, Pompeyo, César, tras haber arrasado completamente ciudades, también ellos dejaron atrás la vida. Heráclito, después de haber estudiado tanto la naturaleza, murió lleno de agua por dentro. A Demócrito lo mataron los piojos y otros piojos a Sócrates. ¿Qué quiere decir esto? Te embarcaste, navegaste. Desembarca”.

“Hay que darse prisa, no sólo porque cada vez la muerte está más cerca, también porque la compresión de los hechos y su seguimiento cesan antes”.

“No vivas como si fueras a vivir diez mil años. Tu destino está pendiendo. Mientras estás vivo, mientras es posible, hazte bueno”.

“El que se queda embelesado por su reputación postrera no se representa que cada uno de los que lo recuerden morirán rápidamente como él, luego a la vez lo hará el que lo suceda en el recuerdo hasta que la memoria se apague del todo”.

“Ellos enterraron a muchos, después fueron enterrados”.

“En un instante serás cenizas y huesos, un nombre o ni siquiera eso; si un nombre, solo un murmullo y eco”.

El Perro Loco: El general James Mattis siempre lleva en los bolsillos de su uniforme una copia del libro de Marco Aurelio. Tiene la ventaja de ser un libro pequeño. Pero esencialmente tiene la ventaja de ser un pequeño psicoanalista de bolsillo ayudando a todo aquel que tiene poder a no creérsela. La filosofía es su antídoto ante “la facilidad para caer en la cólera y la necesidad de control sobre ella” que precisa todo poderoso.