Quisiera hablar sobre los gusanos, y realmente pienso que quien los haya creado, pues algo superior lo hizo, y con esto, por favor no pretendo ofender a nadie, se debe haber equivocado.
No entendió que un gusano, para ser un gusano sano, debe tener un papá y una mamá gusano, así en el colegio nadie le podrá preguntar cuál de los dos gusanos es su papá, suponiendo que éstos fuesen dos gusanos del mismo sexo. Sano. normal. De lo contrario, estaría violando las leyes del matrimonio gusanil. Y sin embargo, las violan de hecho. Es más, se “autoviolan”, ya que es tan aberrante su estado biológico físico intelectual y sobre todo sexual que tienen.
Porque me han dicho que algunos gusanos o lombrices o esas cosas babosas que se arrastran y me dan asco porque son tan diferentes a mí, tienen incorporados en ellos… ¡Los dos sexos! o sea, son mamá y papá, no intelectual o afectivamente… Física y sexualmente. Por lo tanto, se autoprocrean y cuando se les pregunta al casarse si acepta uno al otro como marido y mujer, uno solo es el que contesta: sí. Y más brutal aún, es que al salir del registro civil que les corresponde a los gusanos, toda la familia aplaude y les tiran arroz que, por cierto, no les gusta.
Esto supera los límites de la moral y debemos hacer marchas para evitar que se junten. ¿Cómo hacerlo? cortándolos en dos. Y evitando, por todos los medios, que vuelvan a juntarse y de esa manera atentar contra los inalienables derechos que tiene el vínculo del matrimonio no gusanil. ¡Pretenden “casarse” y “adoptar” gusanitos! ¡Pretenden ser como vos y yo! Espero no seas gusano.
¿Y los hijos de estos bien llamados gusanos? Obviamente, influenciados por sus “unipadresmadres”, adoptarán sus mismas costumbres y se convertirán,como ellos, en gusanos perversos. Y al serlo son pedófilos, incestuosos, aberrantes, antinatura, homosexuales, lesbianas, bisexuales, polisexuales, amorales, diabólicos, swingers y tanto más.
Lo único bueno es que como solo pueden tener relaciones con ellos mismos son monógamos.
Insisto, hagamos marchas en contra de los gusanos.
O un plebiscito en donde decida la sociedad si aceptamos una ley en donde se les brinden a los gusanos los mismos derechos que a otros sanos insectos que merecen el derecho de usar la palabra matrimonio y tener el honor de adoptar a algún escarabajo dejado en un orfanato y olvidado.
¿O no es sana una familia escarabajo en donde está definido el rol papá y mamá escarabajo?
Tratemos de obviar a las abejas que con esa degenaración sexual permiten que una hembra goce de tantos machos, lo cual es un atentado contra el derecho del macho de gozar de muchas hembras.
¡Son zánganos! Eso diría mi abuela.
De las hormigas no sé mucho pero algo debe haber dicho la Organización Mundial de la Salud para saber si ser hormiga es algo enfermo o no.
Pero tampoco me importa mucho lo que diga esta Organización. También dicen que los gusanos son sanos… ¡Y no lo son!
En realidad tampoco sé muy bien si la Asamblea de Derechos Humanos ha declarado a los gusanos con derecho a hacer su vida.
Lo que recuerdo, y es curioso, es que un día, caminando por una calle vi a un hombre de pelo largo, con barba y una túnica y descalzo junto a otro medio chino y otro árabe, muy amigos y con cara de buena fe. Tenían aspecto raro porque no se vestían como nosotros, los normales, pero me inspiraron, no sé como decirlo… Fe. Me acerqué a ellos. Impulso, causalidad, intuición. Los sentí sabios. Brillaban con un aura de paz y amor. Un amor también diferente al mío. Y me quedé helado al ver que saludaban con ternura a un gusano.
Me acerqué, me sonrieron y les comenté sobre todo mi conflicto con los gusanos, y me contestaron al unísono: “Hijo mío, como tú, son criaturas de Dios”.
*Hombre del arte.