Aclaración previa: en el Correo de hoy, los lectores observarán una coincidencia llamativa de cartas referidas a dichos del Papa acerca de la justicia social, un tema recurrente en casi todas las declaraciones y documentos pontificios desde hace décadas (en particular, desde que se impuso el concepto en el marco de la Doctrina Social de la Iglesia Católica). En todos los casos, los textos recibidos formulan duras críticas al jefe del catolicismo, tanto por su mirada sobre el concepto de justicia social, como por haber criticado los gastos del Gobierno en la compra de gas pimienta en lugar de aplicar recursos a mejorar las condiciones de vida de la mayoría de los ciudadanos. Quiero aclarar que, en términos generales, este ombudsman no coincide con las críticas de los lectores en esta cuestión, y mucho menos con los adjetivos empleados para fundamentarlas, algunos de los cuales fueron atemperados por la política de buen gusto que impera en la sección. Resumiendo: se publican las cartas en sus partes centrales, se eliminan epítetos poco agradables a la lectura, el oído y el sentido común, y se deja en los lectores el libre análisis del resultado.
Ahora, a otro tema. “Al día de hoy, 583 periodistas están presos en todo el mundo por el simple hecho de realizar su trabajo. Con el fin de darles voz desde sus celdas, la revista Society y Reporteros sin Fronteras se han unido para dar forma a la primera publicación hecha por periodistas encarcelados”.
Así expone RSF una iniciativa destinada a dar visibilidad a la situación que padecen ocho periodistas encarcelados en distintos puntos del mundo por ejercer su profesión. Ninguno de ellos tiene nacionalidad de alguno de los países actualmente en guerras o conflictos armados que ocupan espacios importantes en los medios. Society es un quincenario de culto en Francia y RSF una organización de periodistas con sede en París que lleva ya cuarenta años batallando por una mayor libertad de expresión en todo el mundo. El número, dado a conocer en Francia el 12 de septiembre pasado, está dedicado a Christophe Deloire, secretario general de RSF fallecido el pasado 8 de junio.
“Durante nueve meses, Society y RSF han trabajado codo con codo para poner a miembros de la redacción de la revista en contacto con periodistas presos en los cinco continentes –informa RSF–. Gracias a sus amigos, allegados, familiares, abogados y contactos en prisión, los periodistas de Society han podido delimitar aquellos temas en los que a sus compañeros presos les hubiera gustado trabajar. A esta primera fase, siguió un largo período de deliberación, investigación, redacción y validación, que culminó con la producción de la revista”.
Desde Hong Kong a Eritrea, pasando por India y Guatemala, la revista dibuja un preocupante panorama de la libertad de información en 2024, al tiempo que “nos recuerda la importancia del trabajo de los periodistas independientes en un año crucial para la democracia, y nos invita a proteger nuestro derecho a estar informados”, señala el informe.
Los periodistas encarcelados que hacen escuchar sus voces en este número de Society, son José Rubén Zamora en Guatemala, figura emblemática del periodismo latinoamericano; Amadou Vamoulké, condenado a 32 años de cárcel en Camerún sin ningún fundamento, Maryna Zolatava, detenida en Bielorrusia, una de las mayores cárceles de periodistas del mundo, Jimi Lai (preso en Hong Kong), Dawit Isaak (Eritrea), Narges Mohammadi (Irán), Irfan Mehraj (India) y Mohamed “Oxygen” (Egipto).
En Argentina no hay periodistas presos por informar, pero el país figura en el puesto 66 del ranking mundial de la libertad de prensa elaborado cada año por RSF.