El mundo ha sufrido y sufre por las acciones consideradas machistas a lo largo de la historia. Y, hablo del mundo porque el machismo ha ocupado y ocupa lugares preponderantes aún hoy en casi toda la Tierra y no solo son víctimas las féminas, sino también el sexo masculino e inclusive quienes se consideren ajenos a ambos caracteres sexuales.
¿Cuántos hijos han tenido que obedecer a los jefes de familia para casarse, elegir una carrera o tomar determinadas decisiones opuestas a sus valores y capacidades o han sido reprimidos en cuanto a las identidades de género? En estos relatos que son interminablemente angustiosos se ha escrito la historia de la humanidad bajo el dominio masculino. Mientras tanto, parecería que las amazonas han estado urdiendo en silencio y hermetismo un astuto despertar para nuestro siglo. Durante el proceso muchas han sido apedreadas, castradas, sometidas, esclavizadas, sodomizadas, golpeadas, llevadas a la hoguera o asesinadas. Dejamos para otro momento las que han lamentablemente regresado al pasado de un día al otro en ciertas partes de nuestro orbe. Por eso, cuando hablamos de machismo, no es solamente hacia la mujer, sino que todos hemos y estamos sufriendo consecuencias de ello. Es una actitud mundial que repercute en todas las sociedades y en todos los actores sociales.
¿Qué es lo que más se destaca en el machismo? A primera vista y lectura es una actitud donde el hombre se considera superior a la mujer. Pero es más que eso en realidad. No se puede aislar al machismo sin incluirnos todos en este tema.
Encontramos como característica principal la violencia y agresiones hacia el sexo contrario, menosprecio a la mujer. Sentimiento de superioridad. Ausencia de códigos éticos. Obligación al silencio con distintas técnicas, sobre todo con insultos. Cuando te insultan, no les interesa los sentimientos femeninos. Te ridiculizan ante amistades, conocidos y familiares. Hacen comentarios hirientes. Te culpabilizan de las cosas que les pasa o salen mal. Desconfían constantemente de ti. Hacen chantajes emocionales para conseguir lo que quieren. Desprecian tu opinión diciendo que no sabes hacer o hablar sobre algo. Te gritan. Tratan de destruir tus amistades o familiares que sean importantes para ti. Te culpan que haya peleas y problemas. Te hacen sentir aislada. Y lo más grave es la amenaza de muerte
En los procesos revolucionarios históricamente vemos que estos terminan actuando de la misma forma de quienes reprimieron anteriormente.
Las revoluciones comienzan reivindicando la libertad y la igualdad y desembocan en procesos dictatoriales y de terror. Revolución francesa, recordemos la guillotina y la época del terror. Revolución rusa.
Al principio de las corrientes feministas, éstas clamaban por el reconocimiento de las capacidades y derechos que eran solamente para los hombres. A medida que se fueron logrando estos derechos se iba creando una brecha entre sexos y a confundir derechos y equidad con venganza de género.
Agresiones, insultos, descalificaciones, amenazas, violencia y menosprecio, hoy se pueden ver y escuchar en gran escala de la parte femenina , incluso arengados estos hechos por mujeres que se llaman a si mismas “ feministas.” ¿Dónde han quedado las intenciones de que se respeten las capacidades femeninas? ¿Cómo se están demostrando esas capacidades? El peligro está en volver al origen de lo que se quería suprimir, a un cambio de roles que no ayuda a ninguna sociedad, que no es ejemplo a seguir, que solamente aumenta el caos y no beneficia a nadie.
Aún hay diferencias e injusticias, pero demostrando que se logran las posiciones sociales con capacidades y méritos es la forma de contribuir a una mejor sociedad.
Hay algo que nunca debemos de olvidar y es que: el insulto y el menosprecio ya sea de un lado o del otro no hacen más inteligente a alguien ni ayudan a desarrollar su crecimiento intelectual.
*Escritora uruguaya.
Producción periodística: Silvina L. Márquez.