PERFIL del domingo se ocupa en varias notas del proyecto pomposamente llamado “Servicio Cívico Voluntario en Valores”. Propicia el retorno a la educación o a la formación técnica de jóvenes de 16 a 20 años que no estudian ni trabajan (los llamados “ni-ni”), a quienes además se les inculcarán “valores democráticos y republicanos”.
Pero no fue el ministro de Educación quien anunció el programa, sino la ministra de Seguridad rodeada de gendarmes, ya que Gendarmería ofrecerá sus instalaciones y (esto es sorprendente) auditará el programa, porque según la ministra Bullrich “es una institución más valorada que la escuela pública”. ¿Cuáles serán los valores que se enuncien y cuáles los que se transmitan a través de la práctica de los gendarmes? Brrrrrr...
Afortunadamente PERFIL cuenta con una columna excelente en su sección de Economía, la documentada y valiosa 50 y 50, y la periodista Patricia Valli se encargó de hacer una aclaración imprescindible cuando se trata de una política pública: la diferenciación por género del público destinatario.
Cuando se trata de mujeres jóvenes que abandonan la educación, en su gran mayoría lo hacen porque toman a su cargo tareas de cuidado. Cita estudios de la organización Economía Feminista que refieren que casi el 70% del millón de jóvenes erróneamente llamadxs «ni-ni» son mujeres, y por lo tanto trabajan aunque no perciben salario por ello. ¿Piensa el Gobierno que la Gendarmería les dará a ellas una solución republicana?
Interseccionalidad: En la sección Internacionales del domingo se menciona el ataque racista a cuatro legisladoras recientemente elegidas en el Congreso de Estados Unidos. Cuando ocurrió esa elección y nuestro diario destacó la notable cantidad de mujeres que habían obtenido bancas, señalé en esta columna que un aspecto fundamental de la nueva composición era la diversidad de orígenes (latino, somalí, palestino y afroamericano) de las candidatas. La relevancia de esta interseccionalidad (esa conjunción significativa de aspectos identitarios) era algo a observar en su desarrollo.
Y ahora constatamos que con poca delicadeza como es su estilo, sin nombrarlas siquiera, irritado por el progresismo de las congresistas, en apenas un tuit Trump las mandó a volver a “los lugares colapsados e infestados de delito de donde vinieron”.
Despedida: En septiembre de 2018 el jefe de Redacción de PERFIL, Javier Calvo, me ofreció iniciar una experiencia inédita en el país: una Defensoría de Género en una columna semanal, compartiendo página con una sección histórica de la edición impresa, la Defensoría del Lector. No sin protestas iniciales y con algunas bienvenidas, fuimos dialogando desde aquí con secciones, periodistas y colaboradorxs, tratando de ofrecer una lectura diferente de los hechos destacados. De a poco le fuimos buscando el tono, no el estilo porque cada domingo debí tomar decisiones sobre la oportunidad y relevancia de cada nota y la realidad argentina no da respiro, y el amplio abanico de ideas del diario (afortunadamente) tampoco.
Quiero destacar que la iniciativa fue de PERFIL, seguramente de sus periodistas que creían y sentían que era necesario un cambio, y por eso encontré mucha recepción en las sugerencias. La confianza y la libertad que me dieron es inspiradora. Por motivos complejos, y no sin duelo, anuncié que debía dejar esta responsabilidad. PERFIL invitó a Mabel Bianco a iniciar con su propio estilo un nuevo ciclo como Defensora de Género. Le tocará una etapa perfumada... Así que a la vez me despido aquí de quienes leen esta columna y le doy la bienvenida a la nueva Defensora. Me despido como redactora, porque continuaré como lectora siempre voraz y crítica del diario impreso, mi preferido. Y tal vez de vez en cuando podré hacer alguna colaboración, como lo hice muchas veces antes de tener este espacio. Me despido con gratitud.