El año pasado tuvimos en el país un presupuesto etiquetado con perspectiva de género que alcanzó al 15,3% del total, algo que no había ocurrido hasta ahora. Valoramos este presupuesto porque es difícil lograrlo, pero es clave ejecutarlo en tiempo y forma para que persista y se afiance. Esto requiere un fuerte compromiso de quienes lo ejecutan, atendiendo a que el gasto se aplique correctamente, se cumplan las metas y se traduzca en logros perceptibles para quienes están destinadas las acciones y programas. En el tercer trimestre el crédito etiquetado para género vigente había aumentado un 12% y se había ejecutado un 72%.
El domingo 17 PERFIL publicó en 50/50 una nota de ACIJ (una Ong que desde hace años analiza el presupuesto) con un análisis desglosado de los distintos gastos y su ejecución. No sorprende que la mayor partida etiquetada para Género corresponda a las Prestaciones Previsionales por la Moratoria Previsional y a la Asignación Universal para la Protección Social, que son las partidas de Anses que tuvieron mejor ejecución. En el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad el programa Acompañar es el que tiene el mayor presupuesto: creció 183% y se ejecutó un 97,5%.
En el Ministerio de Educación, el presupuesto para el Fortalecimiento de la Educación Sexual Integral registra una disminución del 8% y una subejecución del 26%. Nos debe preocupar, ya que la ESI es un componente clave para el cambio cultural hacia una sociedad más igualitaria e inclusiva. La baja ejecución es un indicio de que la ESI no es prioridad en la política educativa, ya que en la mayoría de las escuelas en los dos últimos ciclos lectivos por el covid la modalidad era virtual y no se incorporó. Esto es preocupante para quienes trabajamos con niñas, niños y adolescentes. Reclamamos se renueve la prioridad y que continúe el Observatorio de Funcionamiento de la ESI.
En el Ministerio de Educación otro programa considerado fue el de Fortalecimiento Edilicio de Jardines Infantiles. Su ejecución fue la mitad y no llegó a cumplir ni el 50% de las metas en cantidad de aulas y de metros cuadrados construidos. Ante la carencia de salas de preescolar, esto es muy preocupante porque implica una mayor demora en alcanzar la cobertura necesaria para mejorar la educación infantil.
Otro hallazgo preocupante es la subejecución en las partidas de Protección de Víctimas de Violencia y de Rescate y Acompañamiento de Víctimas de Trata” del Ministerio de Justicia. La subejecución fue del 51% y del 20% respectivamente. Son grupos con gran necesidad y es evidente que no reciben la atención necesaria, si bien cuentan con presupuesto asignado.
Esta falta de ejecución debe revisarse y requiere cuidados en cuanto a la atención de la violencia que sufren mujeres y niñas y que, a pesar del aumento de programas y presupuestos, no disminuye. En el caso de las víctimas de trata de personas recuperadas, esta ejecución tan baja es también muy grave porque la falta de atención para la reinserción social y de la atención de su salud es causa de que en muchos casos vuelvan a ser presas de las redes de tratantes.
En el Ministerio de Obras Públicas se presupuestaron cuatro obras de infraestructura social del cuidado y no se realizó ninguna. Atenta contra la prioridad otorgada en el Ministerio de Mujeres, Género y Diversidad a las políticas de cuidados y los esfuerzos por lograr que se concreten en una ley, algo que creemos fundamental para lograr el empoderamiento económico de las mujeres y mejorar sus posibilidades de desarrollo personal.
ACIJ señala la necesidad de que tanto el PEN como el Congreso incorporen a la sociedad civil en la formulación del presupuesto y también luego en el monitoreo, algo no menor y que esperamos se pueda realizar para tener presupuestos más acordes a las necesidades de las personas y más transparencia en el manejo de los fondos.