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Nuevas formas

La importancia de educar las emociones

La educación emocional sigue transitando un carril que no logra integrarse en los desarrollos curriculares provinciales que priorizan la transmisión de contenidos conceptuales

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Rol. Educación es adquirir aptitudes para lograr bienestar personal. | cedoc

Hace años los sistemas educativos tienen la preocupación de incorporar entre sus prioridades educar las emociones humanas. Los valores, las virtudes, las habilidades sociales, las emociones, los objetivos socioafectivos y la inteligencia emocional han sido centro de permanentes preocupaciones entre psicólogos y pedagogos y han estado presentes en los sistemas escolares.

Sin embargo, al día de hoy, la educación emocional sigue transitando un carril que no logra integrarse en los desarrollos curriculares provinciales que priorizan la transmisión de contenidos conceptuales, ni tampoco con las prioridades que van delineando a través de los años las políticas públicas para una educación integral.

El actual desafío que presenta la pandemia a las instituciones educativas formales agudiza sin duda la relación que tiene que haber entre el equilibrio de transmitir conocimientos socialmente significativos, evaluar su aprendizaje y formar una persona íntegra y segura para dar respuesta a los desafíos de la vida. Esta afirmación tiene alcance para los retos actuales de la enseñanza y del aprendizaje para todos los niveles del sistema educativo argentino en aislamiento, y a través de recursos tecnológicos bajo formatos sincrónicos o asincrónicos. Sin duda este nuevo contexto en el que se desarrolla la educación reclama mayor trabajo en el campo de la formación emocional.

Se deben incorporar los valores y virtudes al trabajo cotidiano del aula

En 1960 surge el concepto de inteligencia emocional y, si bien hubo precursores que lo tomaron también como inteligencia social, el término inteligencia emocional se da a conocer con la edición del libro de Daniel Goleman. El concepto de inteligencia emocional de Goleman ha penetrado en el mundo educativo y empresarial, y esta inteligencia se manifiesta en emociones tales como la empatía, el entusiasmo, el autocontrol, la perseverancia, entre otras. Goleman sostiene que toda emoción constituye un impulso que moviliza a la acción.

Asumimos que la persona, gracias también al aporte de Howard Gardner, tiene posibilidad de desarrollar ocho inteligencias: su famosa teoría de las inteligencias múltiples que cada vez recobra más visibilidad y se hace más necesaria para formar personas respetando la heterogeneidad y la integralidad. Una novena inteligencia que plantea Francesc Torralba es la inteligencia espiritual, que define como la capacidad del corazón humano, y que resuena cada vez con mayor necesidad en los sistemas escolares.

El modelo de formación docente inclusivo y efectivo AIE, con el cual estamos profesionalizando docentes en la UCA, postula la aptitud de la integración inclusiva, que es la capacidad para asumir decisiones profesionales fundadas en valores humanos y en el reconocimiento más profundo de que todos los estudiantes, cualquiera sea su condición, pueden y merecen aprender óptimamente. Hacemos grandes esfuerzos por ver de qué manera logramos que estos temas puedan integrarse en las planificaciones de clase viendo qué estrategias didácticas permiten hacer más transparente el desafío de educar emociones.

La educación socioemocional juega un rol muy importante ya que su objetivo es adquirir aptitudes para lograr bienestar personal y poder, de este modo, asumir los retos que implica formar en otros entornos como los virtuales.

Un claro ejemplo de que la voluntad política puede dar importancia a estos temas centrales en educación es Misiones, que ha logrado sancionar una ley de educación emocional. Esto abre una puerta importante a que se brinde espacio en los desarrollos curriculares institucionales, a incorporar los valores, las virtudes y las emociones en el marco del trabajo cotidiano del aula, a la par de los aprendizajes cognitivos. Formar en valores trascendentales y en virtudes cardinales nos dará oportunidad para que estas generaciones, a quienes les toca vivir en un mundo cada vez más polarizado, aprendan a ser resilientes, perseverantes y solidarias.

*Directora del Departamento de Educación de la Universidad Católica Argentina (UCA).