COLUMNISTAS
Defensor de los Lectores

“La loca del martillo”

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Excepción que sirve para ratificar la vigencia de la regla, la extensión adjudicada al correo de la lectora Martha Sanjuán se justifica por la cantidad y calidad de las precisiones que aporta, imprescindibles para fundamentar su reclamo por el contenido de la excelente entrevista a la asesina de su sobrina Carola Bruzzone, Silvia Luna, publicada en las páginas 52 y 53 de la edición 766, el domingo 24 (http://e.perfil.com/lunaloca). Tiene razón Sanjuán al rechazar la veracidad de lo que dice el epígrafe de la foto publicada en la tapa (“Su amiga se acostó con su novio y la mató”), una afirmación que no está sustentada en la nota interior y que el lector desprevenido pudo entender como móvil para el crimen. Fue un error de apreciación de quien editó la tapa. En cuanto al resto de los cuestionamientos que formula la carta, el responsable de la sección me aportó textuales que surgen del fallo que dictaran el 24 de febrero de 2010 los jueces del Tribunal Oral en lo Criminal Nº 3 de Mercedes, Ricardo Marfía, Eduardo Costía y Alejandro Caride. De ese fallo surge que la víctima aprovechó “un descuido de Silvia para hacerse con el chip de memoria del celular de su amiga, copiando el archivo que luego mostró y pasó a distintos compañeros de (el restaurante) Matute”. Agrega el fallo: “‘Pago chico, infierno grande’: muy pronto esas imágenes trascendieron el círculo de quienes trabajaban en el restaurante, y como reguero de pólvora se difundieron por todo el pueblo de Las Heras. Al poco tiempo, cualquiera podía acceder a las mismas, ya que fueron subidas a internet”. Para concluir con el tema video, los jueces dan por demostrado que “Carola comentó a algunos compañeros de trabajo que tenía planeado sorprender a Silvia el día de su casamiento, pasando en pantalla gigante nada menos que el famoso ‘video hot’, en el momento en que la novia ingresara al salón”. Es, el del asesinato de Bruzzone por Silvia Luna, un apasionante caso policial muy bien cubierto por PERFIL, que vale recordar: la entrevistada en la cárcel mató a su amiga con un mazazo en el cráneo. Según consigna el fallo, sí existió lucha entre ambas, aunque era evidente la diferencia física. Hubo “un forcejeo” entre Luna y Bruzzone “pugnando ambas –a los gritos– por el control” de la maza para apisonar milanesas empuñada por la asesina.

Era necesario ocupar tanto espacio para aclarar los puntos en cuestión, y con más razón cuando está comprometida la veracidad de lo que el diario presenta en su tapa. Al momento de incluir textos (sean títulos, bajadas, volantes, epígrafes) en la portada es preciso chequear que sean coherentes con lo que se ofrece en el interior (sugiero, en tal sentido, que quienes hacen la tapa chequeen con los editores de área la exactitud de los conceptos), a fin de evitar que los lectores sientan que les venden un producto por otro. Ya he destacado aquí un par de veces el valor que tiene la exactitud en la administración de los datos, y con más razón si se trata de la vidriera del diario, es decir la tapa.
El lector Sergio Korman recurre a Nicolás Maquiavelo para comentar la columna editorial de Jorge Fontevecchia, publicada en contratapa el sábado 23 (http://e.perfil.com/bergogliopo). Fontevecchia acepta que Maquiavelo habla en su obra de la mentira como una necesidad de quien busca lograr o retener el poder, pero con una salvedad: no se tiene que notar. A esto –una verdad acerca de la mentira– se añaden las diferencias entre aquella realidad (la de los siglos XV y XVI, en los que el secreto era una práctica cotidiana y la información un bien inalcanzable para la gente común) y otra (la de estos años signados por el bombardeo informativo, las redes sociales como nexos y la mentira con las patas cada vez más cortas). En cuanto a los niveles de honestidad que atribuye a Néstor Kirchner y a su viuda, Fontevecchia fue terminante: “El fue muy deshonesto”.

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Para el lector José Luis Correa, el redactor Ezequiel Spillman peca de parcialidad al escribir acerca de uno de los temas argentinos que pueden estar inquietando al nuevo papa, como lo es la postergada designación de un nuevo obispo castrense. De la lectura de la nota no surge eso. Spillman no hace otra cosa que recordar cómo se generó el conflicto que concluyó con la separación de Antonio Baseotto de ese cargo, en 2007: haciendo una cita bíblica, el sacerdote dijo que al entonces ministro de Salud, Ginés González García, había que “atarle una piedra al cuello” y tirarlo al mar. Un exabrupto que le valió la prohibición del Gobierno de ingresar a los cuarteles y la confirmación del Vaticano en el cargo hasta que Baseotto renunció, dos años después. Desde entonces, falta designar un reemplazante y la nota lo consigna.
Una a favor: la nota que merece la tapa de Cultura, el domingo 24 (http://e.perfil.com/feosucios). A veinte años de su obra más famosa, Trainspotting, Irvine Welsh –un provocador en el mejor sentido que se pueda dar a esa palabra– fue entrevistado por Lala Toutonian. Un diálogo imperdible.