Luce determinista imaginar a Trump o a Macri, y antes al kirchnerismo, como consecuencias de otras fuerzas. Los presidentes son también causa pero dentro de un marco, comenzando por que fueron electos porque coinciden con el marco (entran en él).
Se puede ver el fenómeno de Trump en Estados Unidos y su lucha contra los medios haciendo foco en el personaje, o analizar los profundos cambios que hubo en los medios de comunicación los últimos años. Los gráficos que acompañan esta columna (del Pew Research Center) muestran que:
1) La audiencia de Fox News está integrada mayoritariamente por personas conservadoras, la de CNN, mayoritariamente por personas liberales, y quienes votaron por Trump ven más de cuatro veces más Fox que CNN.
El crecimiento de la antipatía ideológica en los medios afecta la política cebando el extremismo.
2) Entre 1994, 2004 y 2014, EE.UU. triplicó la cantidad de personas que se definen como muy liberales o muy conservadoras, casi el total de los demócratas se considera más liberal que el promedio de los republicanos, y casi la totalidad de los republicanos se considera más conservadora que el promedio de los demócratas, cuando en el pasado cerca de la mitad de los demócratas y los republicanos se creían ideológicamente similares.
La polarización de la sociedad encuentra su representación en los medios: hoy el programa de más audiencia de radio es Rush Limbaugh Show, del conductor homónimo, una especie de Baby Etchecopar especializado en política. Hay otros dos programas del mismo tipo e igualmente controvertidos y exitosos: el Glenn Beck Program y Sean Hannity Show, que también llevan el nombre de sus conductores, y ambos sumaron a la radio la televisión por Fox News. Para dar un ejemplo del lineamiento claramente republicano, Limbaugh llama a Obama “President Kardashian” y “Barack the Magic Negro”, mientras que al recordado y exitoso presidente republicano Ronald Reagan lo llama “Ronaldus Magnus”.
Quién siguió a quién. La división en la sociedad se produjo en los medios pero no porque sean ellos mismos constructores conscientes de la polarización: fue la tecnología la que impuso la segmentación. Cuando había sólo tres cadenas de televisión y un puñado de radios AM, la audiencia se concentraba en pocas alternativas y los medios masivos tenían que ser (o parecer, según de quién se tratara) equilibrados para juntar público de distintas tendencias.
Al surgir nuevos medios de comunicación y diferentes plataformas para los mismos medios, la mayor competencia inevitablemente fragmentó la audiencia, convirtiendo a la mayoría de los medios en espacios segmentados que se diferenciaban por atender mejor a un sector específico del mercado.
La grieta no es argentina sino mundial porque la tecnología la hace posible al segmentar los medios
Esto ya había sucedido con la gráfica hace un siglo, cuando el surgimiento de las rotativas permitió imprimir gran cantidad de ejemplares y la aparición de muchos nuevos diarios. Pero los medios audiovisuales, al estar acotada su cantidad por un espectro aéreo limitado de licencias, tenían una barrera natural a la segmentación.
Hoy, la TV por cable, además de hacer posibles canales de televisión temáticos, permite que dentro de cada género haya canales con estilos diferentes y canales de noticias claramente conservadores como la Fox y liberales como CNN. También en Argentina: Hadad alcanzó su éxito con medios partisanos cuando radio Mitre era progresista, con Magdalena, y Radio 10 de derecha. Luego llegó Néstor Kirchner y, a fuerza de publicidad oficial, fueron todos kirchneristas. El daño ya estaba hecho.
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