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La salida

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Dr. Chuit. Convenio y reportaje por videoconferencia. | Obregon

Alain Touraine dijo que no hay una guerra porque “no hay un estratega: el virus no es un jefe de Gobierno, y del lado de lo humano, creo que vivimos en un mundo sin actores”. A sus 94 años, el pensador francés ve el sol negro: “No tenemos armas, vamos con las manos desnudas, estamos encerrados solos y aislados, abandonados. No hay que estar en contacto y hay que encerrarse en casa. ¡Esto no es la guerra! Estamos en el vacío, reducidos a la nada. No hablamos, no debemos movernos, ni comprender”.

Pero como bien explicaron George Lakoff y Mark Johnson en su clásico libro Metáforas de la vida cotidiana, “el lenguaje modela el sistema conceptual por el cual se aprehende la realidad”. Pensamos a través de metáforas experiencialistas: “de orientación (arriba, abajo), ontológicas (entidad, sustancia, contenedor) y estructurales (‘el trabajo es un recurso’, ‘la discusión es una guerra’)”. No existe un significado per se, hay “metáforas naturales porque provienen de campos de comprensión inmediata, ya sean físicas o culturales: nuestro cuerpo y nuestra interacción con el entorno”.

Los seres humanos podemos superar todo menos que no haya un fin de una acción prolongada

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Las palabras son receptáculos de ideas, y las metáforas con las que vivimos nos indican que hay una “guerra” contra un virus, el virus tiene una “estrategia” impresa en su material genético, y hay “armas”, los antibióticos, los respiradores artificiales, la vacuna cuando aparezca. Y en las guerras, aun en las que se haya cumplido el objetivo, no pocas veces es más difícil saber salir que haber sabido entrar. Mientras todas las sociedades “combaten” al virus y sus consecuencias, epidemiólogos interactúan con economistas, psicólogos sociales y políticos para encontrar cuál es el punto óptimo antes de que el exceso de dosis de una medida sanadora no pase a generar efectos secundarios más hirientes que la enfermedad que vino a curar.

En los equipos interdisciplinarios de especialistas ya se simulan hipótesis de salidas graduales de la cuarentena horizontal pasando a distintas formas de cuarentenas verticales (sectoriales o geográficas), por ejemplo:

  • Si el 95% de las muertes se concentra en personas de más de 60 años, mantener la cuarentena total en ese grupo etario por más tiempo que en los demás. Y más severamente para quienes tengan enfermedades prevalentes (más de la mitad de los fallecidos tenían por lo menos tres patologías precedentes: problemas cardiovasculares, diabetes o cáncer).
  • Relajar restricciones en actividades y áreas con relativamente alto impacto económico positivo y relativamente bajo impacto sanitario negativo.
  • Reaplicar cuarentena horizontal en zonas (barrio, ciudad, provincia) donde se aceleren los casos de contagio.
  • Y evaluar la existencia de un momento a partir del cual se considere aceptable lo que los infectólogos llaman “inmunización en rebaño”, o sea, a través del contagio como sucedía con los chicos y las paperas en otras épocas.

Ernesto Schargrodsky, doctor en Economía por la Universidad de Harvard, preparó una presentación para la Universidad Torcuato Di Tella donde resume el paso de la cuarentena horizontal a la vertical, en estos puntos:

Mantener: medidas de higiene y distancia personal. Restricciones al turismo internacional. Restricciones al transporte interurbano no esencial. Mantener empleo a distancia (siempre que sea posible). Reducir picos de transporte intraurbano. Cuarentena para población mayor de  60/65 años. Restricciones a espectáculos masivos, bares, restaurantes, discos, lugares de encuentro social, gimnasios.

Permitir: retomar empleo productivo (con precauciones) en ciertos sectores y áreas. Retomar transporte público (con restricciones adaptando horarios). Facilitar comercio online con delivery. Reducir barreras a la movilidad de trabajadores y facilitar formas de empleo transitorio hacia sectores esenciales y en recuperación. Reducir feriados. Reasignar tareas de empleados públicos. El orden puede depender, por ejemplo, de impacto tributario positivo.

Para poder hacer el cálculo costo-beneficio que permita ir tomando alguna de esas medidas, será imprescindible el seguimiento estadístico. Estimaciones internacionales indican que del total de contagiados un 30% sería asintomático, un 56% tendría síntomas leves, 10% tendrá síntomas severos precisando atención médica aunque luego se recupere y  4% serían los fallecidos. Pero cada país tiene sus particularidades demográficas, geográficas, sociales, ambientales, culturales y de infraestructura de salud pública que modifican esas tendencias: en Italia la mortalidad es de 10,6% de los infectados, en España del 8,5% mientras que en Estados Unidos es el 1,5% y en Alemania el 1%.

En búsqueda de estadística local, Editorial Perfil acordó con el Instituto de Investigación Epidemiológica (IIE) unir sus esfuerzos para acercarle a la sociedad las principales conclusiones científicas que permiten ir analizando, día a día, el desempeño del virus en poblaciones concretas, tanto a nivel nacional como local y sus comparaciones en la región y el mundo.

En esta edición se publica un extenso reportaje realizado por videoconferencia al director del Instituto de Investigación Epidemiológica, doctor Roberto Chuit (https://bit.ly/3485pff),  integrante de la mesa nacional sobre coronavirus, ex ministro de Salud de Córdoba, maestro de medicina, director ejecutivo de la Academia Nacional de Medicina, miembro de la Academia Nacional de Geografía, y doctor en Salud Pública y Epidemiología por la Universidad de Yale de Estados Unidos.

“Ciencia y periodismo enfrentan el enorme desafío de encontrarse, como parte de las inolvidables enseñanzas que nos dejará esta coyuntura superable con menores daños cuanto más responsables seamos todos”, dice el comunicado que informa del convenio de divulgación entre Editorial Perfil y el Instituto de Investigación Epidemiológica.

El tetrafármaco de Epicuro sanaba enseñando que lo malo (como lo bueno) no dura para siempre

Como bien recuerda la otra gran crisis sanitaria que vivió la Argentina durante la fiebre amarilla a fines del siglo XIX –cuando había solo diarios– es importante el papel que cumplen los medios de comunicación como actividad esencial de la sociedad durante las situaciones extremas. Desde Editorial Perfil, con los recursos de la actualidad, redoblamos nuestros esfuerzos informativos en Radio Perfil con su formato solo noticias, todo el tiempo, los siete días de la semana, y agregando la sección “Pensando el coronavirus”, que ya lleva veinte entrevistas de una hora sobre esta crisis. Manteniendo la impresión y distribución de las publicaciones en papel (haciendo las únicas revistas semanales argentinas que se publicaron las últimas dos semanas). Abriendo gratuitamente al público el Kiosco Perfil para que se pueda acceder al contenido de las ediciones en papel de todas nuestras publicaciones a través de internet. En Perfil.com duplicando la cantidad de notas producidas por día (de 120 a 250), y sumando ahora esfuerzos con el Instituto de Investigación Epidemiológica.