La guerra iniciada por el grupo terrorista y fundamentalista Hamas contra el Estado de Israel –única democracia del Medio Oriente donde se respeta la diversidad, la justicia y los valores individuales–, impide una paz que permita la convivencia de un Estado palestino con el Estado de Israel. Mantiene de rehén a los habitantes de Gaza e instaló rampas misilísticas y morteros en escuelas, hospitales, hogares infantiles y mezquitas, desde donde dispara indiscriminadamente contra poblaciones inermes.
Israel ha invertido masivos recursos en la construcción de refugios civiles y en el sistema antimisiles Cúpula de Hierro, lo cual impidió que sus víctimas fuesen millares. Hamas, en cambio, ha instalado sus lanzaderas de misiles en medio de la población, para que la réplica israelí pueda ser acusada de “genocida”. Cada muerto palestino es, así, utilizado como un punto en contra de Israel. Hamas lo sabe bien, por eso estimula que se produzca la mayor cantidad de víctimas en la población civil de Gaza. Mientras Israel se desespera por proteger a sus ciudadanos y ocasionar el menor daño posible, Hamas dispara sus cohetes de forma indiscriminada. Es una trampa muy evidente, pero que ha confundido a muchas personas y gobiernos. Además, ha estimulado una erupción de judeofobia mundial, al resucitar consignas medievales antisemitas, como la “perfidia” de los judíos y su placer en asesinar niños.
No obstante el derecho de legítima defensa que asiste a Israel, deploramos las muertes inocentes que provocan sus operaciones militares y exhortamos a que extreme medidas para impedir que se sigan produciendo.
Como argentinos comprometidos con la paz, la justicia y el progreso, denunciamos esta grosera campaña anti-israelí, que implica en los hechos un vergonzoso aval a los terroristas de Hamas.
*Firman también Marcelo Birmajer, Alejandro Borensztein, Diana Cohen Agrest, Pepe Eliaschev, Martín Kanenguiser, Santiago Kovadloff, Graciela Romer, Daniel Sabsay y David Stalman.