El valor del dólar será el resultado de todas las medidas que se tomen y no a la inversa. Lo que importa es el poder de compra del dólar y no simplemente su valor. Si el dólar sube y los precios también, estaremos en la misma situación actual, sólo que todo será más caro. ¿Para qué hacerlo?
El próximo gobierno modificará la política vigente, no por convicción sino por no tener más remedio. El Banco Central ya casi no tiene dólares para mantener el esquema actual de flotación administrada. A fin de año quedarán poquísimas reservas y el Central no podrá vender lo que no tiene.
La Anses puede continuar vendiendo sus tenencias de bonos en dólares, pero eso significaría que algún día no queden más. Aún hay muchos bonos en dólares pero lo cierto es que las tenencias en dólares conservan su valor mientras que el resto de sus tenencias en pesos se deprecian en función de la inflación. Así, las futuras jubilaciones tendrán menor protección.
Las reservas no aumentarán mucho en 2016 ya que sólo se acumulan si se exporta más de lo que se importa, o si alguien nos presta, hace un swap o invierte en Argentina. Las importaciones crecen al ritmo de nuestras necesidades de energía. Afortunadamente, el precio internacional ha caído mucho. Pero también han caído los precios de lo que exportamos.
Y por si fuera poco, hay enormes restricciones para exportar. Se vende menos a un precio menor. Además, nuestros socios comerciales, fundamentalmente Brasil, están lejos de una situación holgada.
También podría aumentarse el endeudamiento. Pero en ese caso sólo se transfiere al futuro el problema, cuando haya que pagar la deuda nueva. ¿Cuál es la gracia de no hacer nada y endeudarse para vender dólares baratos para tener que pagarlos caros algún día? No logro entenderlo. Tampoco lo entenderían los posibles acreedores, a menos que la tasa de interés fuera muy elevada.
No crea que el Gobierno se empeña en mantener bajo el valor del dólar por el temor a una inflación más alta. La principal razón es que el Gobierno es el mayor importador y requiere los dólares para importar ¡energía! Con un agravante: cada vez que el BCRA entrega dólares a un importador, recibe pesos. Si en cambio se los entrega al Tesoro, recibe títulos públicos. La cantidad de pesos en la economía es la misma, pero la cantidad de dólares en las reservas es menor. Es lógico querer pagar barato pero falta considerar que también obliga a vender barato y destroza la rentabilidad de los exportadores –que además tienen retenciones– y de todo sector productivo que hoy sucumbe bajo una carga impositiva feroz.
¿Cómo solucionar este enredo? El Gobierno debería comprar los dólares que usa para importar energía o pagar intereses de la deuda, en base a un superávit fiscal. Hasta tanto el nuevo gobierno logre reducir el déficit fiscal (con menos gasto o más impuestos), seguirá imprimiendo pesos o aumentando el endeudamiento. Ya sabemos dónde nos lleva ese camino. ¡Esperemos que no lo tome!
A menos que rápidamente haya algún resultado fiscal o aumenten las inversiones en energía en nuestro país, creo que el próximo gobierno necesariamente fomentará las exportaciones. Quitará las inconcebibles retenciones y dará un poquito de aire a la producción. Y si es posible, a todo
el complejo exportador argentino. Quitar una retención del 35% es como devaluar el 50% para ese producto, por lo que el impacto en precios será mucho menor. No hay costo fiscal ya que si no se exporta, las retenciones son cero. Y si se exporta, se reactiva toda la cadena de valor: ahí sí que se puede pagar impuestos de todo tipo y color.
Sin dólares no tendremos energía u otros insumos básicos. Si no vemos pronto un aumento en las exportaciones, el valor del dólar será la menor de nuestras preocupaciones
*Economista, Universidad del CEMA