Se hizo la colocación de bonos más exitosa de la Argentina en muchísimos años, quizás en un par de décadas. Con ello, se termina un ciclo triste y penoso de nuestra historia: la caída de la convertibilidad.
Nadie puede cuestionar esto, cuando además se consigue semejante nivel de ofertas ( más de cuatro veces el volumen finalmente tomado), a una tasa que es casi la mitad de la que el gobierno anterior “hubiera tomado” en el mercado.
Esto es simplemente confianza. Algunos pueden confundirla con esperanza, pero no necesariamente: los mundos financieros no se mueven en base a ilusiones, sino que operan sobre realidades, sean bien o mal registradas. Ahora bien, sería un tremendo error pensar que con esto ya todo está encaminado, de hecho, hay muchas cosas que faltan, y algunas otras que hay o habría que hacer, se han anticipado quizá demasiado.
Vamos por temas de lo pendiente:
* Inflación. Hasta ahora, el mecanismo de combatirla ha sido el intento de persuasión desde el presidente Macri, hasta la política de altas tasas del BCRA.
Ambas son herramientas limitadas, cuando se cuenta con una inflación más basada en expectativas que en realidades. Se dice que la inflación viene de la emisión monetaria. En realidad es así, dado que ésta convalida los precios, pero existen otras variables, como la velocidad de circulación del dinero y, en particular en Argentina, las expectativas.
No hay muchas alternativas, siendo la importación una salida natural. También concertar a través de incentivos, no “aprietes” como en el pasado, puede ser una alternativa. Pero va a hacer falta más que una declaración presidencial; triste, pero realista.
* Tasa de interés. Por donde no se vislumbra salida, es por el lado de correr la inflación con la tasa de interés. El argentino no deposita en los bancos para comprar más leche, lo hace para comprar más dólares. Y devengar tasas como las actuales, contra un dólar bastante quieto con un margen de suba inferior al 20% hacia fin de año, deja el negocio financiero muy por delante de cualquier otro negocio, y además el arrastre de las tasas ofrecidas por el Gobierno a través de las Lebacs implica un piso a las tasas activas elevadísimo. Otro factor fuertemente recesivo.
He escuchado decir que esto es algo muy transitorio. Pero ya lleva varios meses, y cabe preguntarse: tasas altas, ¿por el dólar? No parece necesario a semejante nivel. ¿Por los precios? No ha surtido efecto alguno. No hay correlación en Argentina como la hay en otros países. ¿Por la actividad? Nos ha profundizado en recesión.
Me pregunto por qué no se evalúa, si el objetivo fuera la esterilización de la masa monetaria, una suba muy leve de encajes. Además, tendría muy bajo costo.
* Inversiones. Honestamente, sin contradecir la necesidad de sincerar las tarifas, creo que hubiera sido mucho menos duro para la población en general promover una suba gradual al tiempo que entran inversiones productivas al país.
Ya he escrito acerca de la alta profesionalidad del equipo ministerial, y de un rumbo inequívoco. Pero esto es condición necesaria, no suficiente.
No se vislumbra algo sumamente necesario para lograr velocidad en las inversiones: un plan integral. Si está, aún no se ha comunicado. Ergo, asumo que o bien está en elaboración, o nos manejamos en base a objetivos.
Se habla de infraestructura. Perfecto. Pero ¿vamos hacia trenes ultrarrápidos como los europeos, chinos, rusos, japoneses? Su costo hoy es el 10% de lo que era hace veinte años, en un país que tiene la mejor cohesión geográfica mundial. ¿Cómo mejoramos las comunicaciones? ¿Cuál es la infraestructura programada para colegios, hospitales, etc.? ¿Cuál será el esquema impositivo que reemplace los parches por la progresividad?
El Presidente dice que el Gobierno construye la “cancha” y los privados, el contenido. Clarísimo. ¿Cuál es esa cancha? ¿Cómo será la Argentina 2020.
Entiendo claramente que tenemos un equipo gubernamental perfectamente capaz de esto.
Tampoco es desechable escuchar a gente que ha vivido estas experiencias. Y no me refiero al FMI. Sino a mandatarios que han hecho tremendas transformaciones, como Felipe González. Hemos dado un paso enorme con la salida de los cepos. Pero la sociedad está sufriendo este acomodamiento, que al no generar inversiones, es más duro de lo que debería.
* CEO de First.