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Mandar poesía por Whatsapp

Creo que éste fue el primer Mundial que se jugó por Watsapp. Había un Mundial físico y un Mundial hablado por voces diferentes y fotos y memes que se enviaban por ahí.

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Creo que éste fue el primer Mundial que se jugó por Watsapp. Había un Mundial físico y un Mundial hablado por voces diferentes y fotos y memes que se enviaban por ahí. En medio del campeonato, Analía, una amiga muy querida, me mandó unos poemas hermosos de un poeta que desconocía, por Whatsapp: “Para sacar el pedacito de metal de mi palma/ mi padre me recitó en voz baja un cuento./ Miré su Hermosa cara y no el cuchillo./ Antes de que la historia terminara, había sacado/ la esquirla de metal de la que pensé que moriría”.

Este es el comienzo de un largo poema que se llama “El regalo”. El poeta se llama Li-Yung Lee, nació en Yacarta, Indonesia, y vive en Estados Unidos, donde escribe en inglés y donde publicó este primer y hermoso libro, que se llama Rosa. Ha

publicado muchos libros más. Su poesía, que tiende a la narración, sin embargo guarda el metabolismo del haiku. Es decir, que aunque leamos un poema largo, con versos extensos e imágenes esculpidas en una prosa hídrica, lo que recordamos es algo etéreo, mínimo, leemos un poema narrativo pero recordamos un haiku. Tiene esa singularidad.

La editorial que lo publicó en español también hace ediciones que duran lo que vive una mariposa. Se llama Barba de Abejas, saca cincuentea ejemplares y si se agotan, saca cincuenta más. Sigue el poema: Si hubieras entrado esa tarde/ hubieras pensado que veías a un hombre/ plantando algo en la mano de un chico”. Gracias Analía.