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Memorias del superdesarrollo

Sabemos muy poco de los Emiratos Arabes Unidos, salvo que tienen dinero, petróleo y un gobierno autocrático.

guardiola manchester city
Una charla motivacional de Guardiola recorre el mundo | @SinEmbargoMX

Hace menos de un año cenamos en Lima con Peter Scarlet, quien acababa de ser nombrado director artístico del Festival de Mar del Plata por donde tuvo un paso efímero. Scarlet estaba acompañado por su mujer, Nazzy Beglari, una artista visual de origen iraní. A Flavia y a mí nos sorprendió enterarnos de que los Scarlet vivían parte del año en Nueva York y el resto del tiempo en Abu Dabi. Mientras Scarlet dirigía el festival de cine allí, Nazzy había abierto un negocio de diseño de ropa en el que le iba muy bien. Pero, además, estaban encantados de la vida en Abu Dabi, sostenían que era una sociedad liberal y tolerante, llena de oportunidades para los extranjeros, especialmente para las mujeres.

Tardamos un rato en cerrar la boca, pero lo cierto es que en estas regiones del mundo sabemos muy poco de los árabes en general y de los Emiratos Unidos en particular, salvo que tienen dinero, petróleo y un gobierno autocrático. Pero sabemos que les interesa el fútbol, porque el jeque Mansour Al Nahyan, importante funcionario del gobierno y miembro de la familia real de Abu Dabi, es el dueño del Manchester City.

El jeque Mansour, con su aire juvenil, sonriente y circunspecto, aparece brevemente en All or Nothing, la serie documental de ocho capítulos que se emite en la plataforma de video de Amazon. La serie se ocupa de la exitosa campaña del City en el último año y sus protagonistas son los jugadores, así como el famoso técnico catalanista Pep Guardiola. La calidad de las imágenes es magnífica y el guión, calculado al milímetro por una legión de especialistas, provoca emociones irresistibles. Hay, de todos modos, un momento particular. Guardiola acaba de obtener su primer título en el club (la Carabao Cup) y camina por un pasillo con el CEO del City, Khaldoon Al Mubarak, un hombre de negocios abudabí de aspecto feroz. Mubarak habla en árabe por el celular. En un momento, le alcanza el teléfono a Guardiola y le dice: “El sheik Mansour lo quiere saludar”. Guardiola toma el teléfono, se deja felicitar por el jeque en inglés y la escena revela su lugar de empleado que reporta al delegado del patrón.

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Hay otro momento significativo de la serie. Vincent Kompany, el carismático capitán del equipo, da una conferencia ante los chicos de la academia del City y les habla de Nelson Mandela. Un chico le pregunta qué diferencias notó desde que llegó en 2008, cuando los árabes compraron el club. Kompany responde que, en esa época, no había nada, ni siquiera puertas en los baños. La descripción contrasta con el presente de las instalaciones, un campo de entrenamiento diseñado y equipado para estar en perfecta sintonía con el lujo del palacio real de Abu Dabi. All or Nothing es una historia de multimillonarios que les dan órdenes a simples millonarios mientras los proveen de todos los adelantos de la tecnología y la medicina, de todos los cuidados necesarios para soportar un tremendo esfuerzo físico y una enorme presión psicológica. La serie es, en el fondo, un retrato (o más bien un autorretrato) de la globalización, esa confluencia internacional, única en la historia, de capital y tecnología que recluta destrezas y voluntades al servicio de un espectáculo que nunca se detiene. En ese juego, está claro que nuestro papel se reduce cada vez más a aplaudir.