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temple de acero

Metas personales en tiempos de crisis

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En 2010 volvimos a ver la remake de la película True Grit, que en Iberoamérica se tradujo como Temples de acero; en ella se narra la historia de tres personajes que se unen para perseguir a un bandido y vengar una serie de actos que este había cometido. Durante el film se ponen a prueba el valor y el temple de cada uno.

En la actualidad, la sociedad nos impone la necesidad de alcanzar determinadas metas para obtener cierto nivel de “éxito”. Ahora ¿qué ocurre con aquellas que se encuentran lejanas en el tiempo? ¿O cuando se presentan obstáculos e incertidumbre en el camino para alcanzarlas? Tal vez allí es donde el esfuerzo y el temple que conllevan pueden inducirnos a descartarlas; a poner en acción un verbo muy popular: a procrastinar.  

Sin ir más lejos, las últimas semanas que hemos vivido hicieron que nos replanteáramos muchas de las metas que nos habíamos propuesto para el año, o para el primer semestre de 2020. Indudablemente, se trata de un momento crítico por la forma repentina con la que se presentó, que nos originó sentimientos y emociones que, en el peor de los casos, pueden habernos paralizado o hecho nublar los propósitos propuestos. Pero todo momento crítico también puede llevarnos a sacar lo mejor de nosotros, a resignificar y reubicar las metas previamente fijadas, a ser los protagonistas a los que, a manera del film renombrado, se nos prueba en nuestra firmeza.

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Es entonces tal vez cuando más tendríamos que aplicar una capacidad que Angela Duckworth llama grit, y que puede traducirse como valor, coraje o firmeza; que conlleva la pasión y la perseverancia para alcanzar metas a largo plazo; y que, según estudios previos se vincula con alcanzar un buen rendimiento en diversos ámbitos (laboral, deportivo, académico). Lo positivo es que podemos ejercitarla y desarrollarla.

Para el caso, en uno de los primeros estudios sobre el tema en población argentina, junto a los doctores Barni, González, Assirio y Lúquez (“El compromiso académico, la determinación y la orientación temporal en estudiantes universitarios de carreras dirigidas a desarrollar el liderazgo. Su incidencia en el desempeño y en la retención académica”, financiado por el vicerrectorado de la Universidad Austral), encontramos que no se presentan diferencias significativas entre las mujeres y los hombres que hagan pensar que en su desarrollo influyen aspectos vinculados con un modo de ser psicológico propio de cada sexo; en cambio, hallamos interesante el dato de que el 84% de las mujeres y el 86% de los varones que poseían los perfiles más elevados de grit dedicaban más de 11 horas semanales al estudio.

Frente a estos resultados podemos preguntarnos: ¿cómo hacer compatibles los esfuerzos para alcanzar una meta con las demandas del entorno? ¿Cómo equilibrarlas con el trabajo y con la convivencia familiar en forma simultánea? ¿Qué estrategias implementar para ejercitar esta “firmeza”? La respuesta implica, en primer lugar, tener una mirada más humanizada y humanizadora, en la que alcanzar un objetivo no se traduzca en una carrera competitiva e individualista  sino que conlleve incluir a todos en el proceso, darnos cuenta de que sin ellos la meta se convierte en algo vacío.

Luego, también involucra la modificación de hábitos y costumbres sociales. En lo que respecta a las instituciones educativas de nivel superior, un paso importante se concretará en brindar una mirada realmente personalista al proceso de formación, que se traducirá en fortalecer el acompañamiento que se brinda a los alumnos a través del espacio de tutoría (hoy más que nunca utilizando las nuevas tecnologías) y en cada materia.

*Doctora en Ciencias de la Educación, magíster en Dirección de Centros Educativos, licenciada en Psicopedagogía. Investigadora Asistente del Conicet (Ciipme) y profesora asociada de la Escuela de Educación de la Universidad Austral.