Cuando aún se desconoce casi todo lo sucedido en el trágico episodio que culminara con el fiscal muerto, los medios y políticos opositores han decidido utilizar el penoso hecho para nuevamente descargar una embestida contra el gobierno democrático.
La arbitraria presunción de asesinato político propalada por los medios opositores sobrevuela la convocatoria. Estamos ante una nueva iniciativa de la saga de las múltiples y todas fallidas convocatorias opositoras a manifestarse por la república (?).
Luego de haber cedido en la presión sobre las reservas y el tipo de cambio, con el empleo y el consumo estables en una temporada estival récord, con la inflación controlada a la baja y tras los exitosos acuerdos con China que suponen la creación de más de 150 mil puestos de trabajo directos e indirectos, los medios y los políticos opositores al gobierno nacional por ellos coordinados, apalancados esta vez sobre un sector minoritario del Poder Judicial, han plantado sobre el escenario la autodenominada “marcha del silencio”.
El objetivo de la caminata desde ya no es otro que intentar una vez más desestabilizar al gobierno nacional y minar la creciente popularidad de Cristina Kirchner, que tras dos períodos de gobierno sostiene 50% de imagen positiva y es capaz de dar impulso exitoso en el mes de octubre a la continuidad del proyecto inaugurado por Néstor Kirchner en mayo del año 2003 con sólo elegir un candidato, cualquiera sea éste.
Ya señalamos en estas mismas columnas de PERFIL que el efecto electoral del caso Nisman es igual a cero, incapaz de alterar el sistema de preferencias electorales existentes antes del affaire.
Ningún adherente al gobierno nacional dejará de sostenerlo por la muerte del fiscal y los que ya adversaban al oficialismo encontrarán en la versión opositora del caso Nisman una bandera para exacerbar su furia.
No más que eso. Lo mismo sucederá con la marcha del miércoles, no alterará en nada el sistema de preferencias electorales, sea la movida de la magnitud que fuera.
De todas formas, los medios opositores ya modelarán su volumen como “histórico” sin importar el número de participantes.
Y tras cartón seguro lloverán las infaltables encuestas a medida y opinadores varios advirtiendo que la marcha en términos de opinión pública inauguró, ahora sí, un “momento bisagra”, también denominado “momento doble sagra” o “sagra sagra”, estén seguros de ello, estimados lectores de PERFIL.
*Director de Consultora Equis.