El encierro y la angustia generada por una pandemia incomprensible atontaron a las élites. Creció su distancia con gente más comunicada, informada, cansada de las polémicas personalistas y pseudo ideológicas de dirigentes anacrónicos.
Muchos de ellos se dedican solo a defender sus intereses y discutir leguleyadas, mientras crece su rechazo entre gente desesperada por una circunstancia que nunca pudo imaginar. Se propaga en la región la idea de que se vayan todos, estamos aborde de un estallido semejante al de Líbano. Los dirigentes que no comprendan el problema están por volar en pedazos.
Elecciones
En Ecuador se intenta producir un fraude electoral disparatado que puede terminar muy mal. Rafael Correa asustó al círculo rojo con su estilo violento, persiguiendo personalmente a sus opositores, destruyendo a la prensa independiente, impidiendo la existencia de la oposición. Esos sectores creen que lo único importante en estas elecciones es impedir que gane su candidato designado, Andrés Arauz. Desde el punto de vista de las persecuciones, es comprensible su actitud, pero ese es el principal problema solo para un 19% de los ecuatorianos. La mayoría está preocupada por el hambre, la economía de su familia, el desempleo, la amenaza de muerte que supone el Covid. Algunos dirigentes creen que se han perdido los valores porque los electores se preocupan más de tonterías como que no mueran sus hijos en vez de escuchar discursos, pero así es la naturaleza humana.
Quienes querían detener a Correa se unificaron inicialmente detrás de la candidatura de Guillermo Lasso, dueño del Banco de Guayaquil. Lasso inició su vida desde una situación económica modesta, hizo fortuna trabajando honradamente y tiene muchos méritos, pero no sabe de política. Tratado personalmente es una persona sencilla y simpática que se desvirtúa ante la opinión pública por el uso masivo de un marketing disparatado en el que ha invertido muchos millones de dólares. Como hemos dicho siempre la política no es marketing, ni se compra con dinero.
Todos los dirigentes de lo que se llamaba “derecha” en el siglo pasado, renunciaron para fortalecer sus opciones, pero no creció en las encuestas. Los pactos de las élites tienen cada vez menos peso y ya no existen la derecha y la izquierda. Los votantes no son de nadie, ni se mueven por ideologías sino por sus propias preocupaciones.
Encuesta
Inicialmente Lasso encabezó los resultados de las encuestas seguido por Arauz y Yaku Pérez dirigente del partido indígena Pachakutek. Los errores de su campaña fueron enormes y lo tiraron para abajo. Contrató un asesor que anunció que le habían pagado cinco millones de dólares como honorarios. No parecería lógico que un especialista en campañas electorales anuncie que le han pagado una suma que excede al límite de gasto electoral en un país sumido en la miseria.
Una campaña fría, sin estrategia, con contenidos anticuados desmoronó su imagen. Hizo de todo, sin un plan racional: imitó mal la campaña de Mauricio Macri, plagió un antiguo spot de Paul McCartney, usó reiteradamente la expresión “ya que chucha” siendo una persona modelo de educación formal. Las equivocaciones fueron tantas que su listado agotaría el espacio de esta columna.
En este momento Lasso es el candidato con peor imagen, está entre tercero y cuarto en todas las encuestas que no son suyas. El 63% dice que nunca votaría por él. Su situación es lamentable dentro de un escenario ya de por sí negativo. La población está enojada con todos los candidatos: la mitad de los electores no quiere a ninguno de ellos.
Arauz
Arauz también ha cometido equivocaciones serias. Propone una minería regresiva con la que se podrían cerrar todas las minas recuperando el oro que está en los celulares viejos. Ecuador podría ser un gran exportador de oro limpio, dice. Menos mal que en Estados Unidos y China no hay muchos celulares, porque podrían hacer competencia. Rafael Correa felicitó al pueblo venezolano por su triunfo en las últimas elecciones. Fue uno de los pocos personajes del mundo que alabó a una narco dictadura militar sangrienta cuyos logros están a la vista: el salario mínimo de los venezolanos es de 3 dólares mensuales, en Ecuador hay cientos de miles de pobres que huyeron de su país por el hambre, en todos los semáforos hay familias de venezolanos que piden una moneda. Felicitar a una dictadura cuyo evidente fracaso se ve en las calles no favorece a su candidato. Tampoco la visita de Arauz a Cristina fue una buena idea. Ella es conocida por el 47% de los ecuatorianos y el 90% de quienes saben que existe cree que saqueó Argentina cuando fue presidente. Mala compañía para un ex presidente al que sus adversarios acusan de corrupto.
Justicia
En ese panorama, cuando la gente no es obediente, algunos políticos intentan hacer un fraude rocambolesco. En Ecuador existe un Tribunal de lo Contencioso Electoral, que según la Constitución es la máxima autoridad, y un Consejo Electoral que administra las elecciones. Algunos de los que auspician a Lasso manejan el Consejo y ponen trabas de todo tipo a quien esté mejor que su candidato en las encuestas. En este momento enredaron las candidaturas de Arauz y de Álvaro Noboa en trámites burocráticos que ellos mismo no despachan, con la intención de llegar al 1 de enero sin resolver las calificaciones y mandar a imprimir las papeletas electorales sin los candidatos más fuertes. Pronto tendrán que inventar algo para descalificar a Pérez que también está superando a Lasso.
Los que auspician este fraude no toman en cuenta de que el 63% de los electores dice que nunca votaría por Lasso. Aunque sigan descalificando a otros candidatos, cualquiera le ganará. No son conscientes tampoco de lo que decimos en esta columna desde hace meses: en América Latina la gente está por estallar. Una boleta sin Arauz y Noboa puede desatar un proceso incontrolable que se lleve puesto al gobierno y a las instituciones.
Comunidad internacional
El mundo no es el de antes. La comunidad internacional está alerta por lo que ocurre.Tanto Arauz como Noboa presentaron su reclamo ante las Naciones Unidas y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIHD) exigió al gobierno que remita información sobre la no inscripción de Álvaro Noboa como candidato a la Presidencia. Si Lasso es elegido en unas elecciones fraudulentas enfrentará una feroz oposición interna y el bloqueo internacional. Es la crónica de una tragedia anunciada.
Cunden el disparate y la ignorancia. Un personaje que no llegó a inscribirse en estas elecciones tenía la fórmula para solucionar los problemas económicos del Ecuador: había que exigir a China una indemnización multimillonaria por el Covid. Si no pagaba lo que se le demandaba, la solución era sencilla: instalar en Taiwan una base militar ecuatoriana para amenazar a China continental. Muchos de los problemas de nuestros países tienen que ver con la ignorancia de algunos de sus dirigentes.
Martín Vizcarra, que se hizo popular como el presidente peruano que combatió la corrupción de los partidos instalados en el congreso, fue destituido por la mayoría parlamentaria, lo que provocó la indignación popular. Días después de su salida asomaron acusaciones de corrupción en su contra y ahora busca la inmunidad, como candidato a diputado por uno de los partidos que lo derrocó hace pocos días. ¿Será de sorprenderse de que la mayoría de los peruanos rechace a los partidos, a los políticos y esté votando por alguien totalmente distinto?
Argentina
En Argentina hemos rebasado los límites del absurdo. Cuando el Senado arrebató los fondos a la Ciudad de Buenos Aires, Jorge Taiana, que votó en contra de la ciudad que le había elegido, produjo una perla para la colección del disparate: dijo que quienes no traicionaban a la ciudad usaban argumentos a favor de la violencia de género. Un cura que dice que ha tomado la opción por los pobres se dedica a defender a políticos multimillonarios que están presos por corrupción. ¿Son pobres porque no pueden justificar su riqueza?
No se debe jugar como la vida. En Estados Unidos y Europa, aplicarán desde este mes la vacuna en contra del covid producida por Pfizer y BioNTech. Eso no pasa solo en los países imperialistas. Algunos no saben que se disolvió la Union Soviética y creen que es revolucionario hacer negocios con la Federación Rusa. Están equivocados: Vladimir Putin no es el líder del proletariado internacional. En países gobernados por la izquierda, como México, o por la derecha, como Chile y Ecuador, empezarán ya a vacunar a la población con la Pfizer. No es un tema ideológico sino de eficiencia. Estos países actúan de manera racional, no envían aviones especiales a traer las vacunas, usan transporte comercial, menos circo y más servicio.
No era previsible lo que ocurriría, pero Argentina es el único país que rompió con Pfizer y decidió aplicar la vacuna rusa. El propio Putin afirma que no la usará porque es mala para mayores de 60 años. La compra está envuelta en una ola de misterios, pero lo cierto es que no sirve para prevenir los problemas de la población de más riesgo.
Funcionarios del gobierno han dicho que sabían desde antes que la vacuna no defendía a los mayores y sin embargo decidieron comprarla. Ojalá estén mintiendo. Si no, la única explicación para la compra sería la persecución a la población de Buenos Aires que concentra el mayor porcentaje de habitantes mayores de 60 años de todas las ciudades de la región. Si algunos quieren poner en riesgo la vida de nuestra población la desobediencia civil debería empezar por importar vacunas que defiendan la vida de los porteños.
Nunca las élites estuvieron tan atontadas y la población latinoamericana más enojada. Vienen tiempos difíciles.
*Profesor de la GWU. Miembro del Club Político Argentino.