“Tras la publicación del informe #PegasusProject, quedó evidenciado que las trabajadoras y trabajadores de prensa están en riesgo de ser víctimas de espionaje, ya que 180 periodistas figuraron en la primera lista difundida. Esta situación implica nuevos desafíos, para los cuales es necesario contar con herramientas que ayuden a comprender el alcance de lo sucedido y el impacto que las nuevas tecnologías tienen sobre la vida cotidiana”. El encomillado forma parte de un informe elaborado días atrás por la Federación Internacional de Periodistas (FIP), la mayor organización del gremio en el mundo, con 600 mil profesionales de medios de comunicación en 187 sindicatos, federaciones y asociaciones de más de 140 países. Fue creada como Fédération Internationale des Journalistes en 1926, en París, relanzada en 1946 y refundada en su formato actual en 1952 en Bruselas, Bélgica.
Mientras en la Argentina se debate si la foto de la quinta de Olivos es o no un botín político entre dos púgiles que hacen sombra y de vez en cuando lanzan alguna que otra trompada, el mundo periodístico está inquieto por el descubrimiento de los alcances de Pegasus, un sistema informático de origen israelí cuyo software está siendo empleado por Estados nacionales y locales para espiar acciones e investigaciones de periodistas, políticos, actores sociales y organizaciones defensoras de derechos humanos. La investigación de este verdadero escándalo –disfrazado tras la legalidad, pero invento perverso al fin– fue realizada por ochenta periodistas de 17 medios en diez países, y aún está en desarrollo porque las implicancias de todo tipo que derivan de ella aún no han tocado su techo. PERFIL ya se ocupó de difundir las primeras aproximaciones al Pegasus Project en mayo último (ver https://www.perfil.com/noticias/bloomberg/bc-controversial-compania-de-spyware-implicada-en-ataque-a-whatsapp.phtml), y desde entonces la inquietud de periodistas y medios independientes fue creciendo.
La cuestión central está en qué hacer para neutralizar o –al menos– poner límites a los alcances de este ataque a las libertades de expresión, comunicación y vida pública y privada. La oficina regional de América Latina y el Caribe de la FIP, en colaboración con Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), lanzó una capacitación sobre periodismo y temas de tecnología encabezada por Natalia Zuazo, periodista y politóloga argentina. Esta iniciativa tuvo como objetivo que las y los profesionales de la comunicación se nutrieran de herramientas para comprender los impactos sociales, económicos, políticos y culturales de la tecnología. Esa capacitación se realizó los días 6 y 7 de agosto. Para explicar sus alcances, Zuazo señaló que el objetivo “es que, ante la aparición de estas noticias, los y las periodistas estén preparados para comprender los fenómenos tecnológicos y sus impactos con mayor profundidad, para evitar explicaciones que solo aborden este tipo de novedades desde el miedo o desde la celebración de las nuevas tecnologías. Por eso el curso aborda la historia de las tecnologías, cuestion es como la privacidad y los datos personales, y los aspectos legales a considerar, especialmente tratados desde América Latina”.
En un mundo en el cual las grandes corporaciones suelen condicionar la agenda de los medios acerca del tratamiento que se da a los temas vinculados a la tecnología, y en un contexto complejo con la aparición del informe sobre Pegasus, contar con contenidos que amplíen la comprensión sobre estas temáticas es fundamental para la libertad de expresión, e incorporar nociones de seguridad informática es indispensable para hacer más y mejor periodismo.
Considerando que las destinatarias de la tarea periodística son las sociedades, es bueno que las y los lectores de PERFIL estén alertas ante esta nueva amenaza al libre ejercicio de sus libertades y de sus opciones políticas, sociales y económicas.