COLUMNISTAS
Defensora de Género

Qué es y qué implica instalar una agenda de igualdad

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Mas oportunidades. Se busca aumentar las mujeres en el trabajo formal y en la toma de decisiones. | cedoc

La igualdad de mujeres y hombres desde comienzos del feminismo ha sido central. Asumió distintas modalidades y expresiones en base a la evolución de los valores culturales de cada época y país, pero con un común denominador: la denuncia del patriarcado, que es la construcción centrada en los valores masculinos y predominantes que se perpetúan. La subordinación de las mujeres a los hombres en general no se mencionaba. Con la aparición del vih/sida, a comienzo de los 90, el jefe del programa de sida de la Organización Mundial de la Salud –OMS–, adjudicó a la subordinación de las mujeres como la causa del riesgo frente al vih. Lo decía cuando el sida se consideraba que solo afectaba a los hombres gays. Las mujeres estaban excluidas, sin embargo, la voz de la organización rectora en la salud mundial, tuvo un gran impacto. Se empezó a hablar abiertamente de la sexualidad de las personas, de opciones y prácticas sexuales y de derechos sexuales. El concepto de género, que ya se había desarrollado hacía décadas, se generalizó.

Patricia Valli comenta el domingo en 50/50 la presentación de la “Agenda de la Igualdad” con tres objetivos: aumentar las mujeres en el trabajo formal, redistribuir las tareas de cuidado no remunerado y fomentar la participación de mujeres en la toma de decisión. Firman esta agenda más de doscientas mujeres empresarias, sindicalistas, cooperativistas y de la sociedad civil. La Agenda incluye primero aumentar la participación de las mujeres en el mercado formal del trabajo. La pandemia evidenció la informalidad laboral, mayor en las mujeres, que no incluye solo a las trabajadoras domésticas, sino también a las autónomas que si no trabajan no tienen ingresos. El trabajo informal carece de protección social, como la cobertura de enfermedad, la jubilación y otros. Esto genera un importante número de mujeres que están descubiertas frente a contingencias como la pandemia. La informalidad en las mujeres evidencia que los empleadores prefieren a los hombres en muchos casos. Como dice la sindicalista Costilla empieza por la búsqueda de trabajo sesgada al incluir el sexo, que permite la preferencia de los empleadores, hombres o mujeres, a los hombres para evitar las licencias por maternidad o cuidado de hijos, enfermos, dicapacitados y/o ancianos. La Agenda propone mejorar y ampliar la cobertura de los cuidados para facilitar su distribución más equitativa entre unos y otras, como la ampliación de licencias a los varones para cuidado de niños, y otros, el aumento de facilidades para estos cuidados, como guarderías infantiles. La falta de estos genera la “brecha laboral” que se expresa como brecha salarial, pero en realidad es laboral, porque son los atrasos en el desempeño laboral de las mujeres lo que disminuye sus salarios. La asociación de empresarias con sindicalistas es importante, para mejorar la inclusión de mujeres en el mercado laboral.

Las mujeres líderes en Cooperativas es clave, porque si bien están insertas en ellas, su acceso a la conducción de las mismas es bajo. Una de las propuestas es privilegiar las compras públicas a los emprendimientos liderados por mujeres y /o empresas paritarias, así como remover barreras legales para favorecerlo. Esto incluye priorizar emprendimientos y empresas inclusivas, con personas del colectivo Lgbtq+ incluidas sin discriminación. Las organizaciones de feministas que luchan por estos temas, son un aporte para que en el empresariado y los sindicatos empiecen a articularse las tres partes para alcanzar cambios impostergables.

El último objetivo es: lograr la participación de mujeres en lugares de decisión. En la política los avances por lo menos legales están, pero en otros ámbitos como el empresarial y el sindical no. En los sindicatos desde hace años hay ley de cupo, aún no se cumple. Necesitamos mujeres sindicalistas comprometidas con la Igualdad en los niveles de representación, para que dejen de ser feudos masculinos. En lo empresarial no hay ley y tampoco mujeres en la conducción de las organizaciones que las nuclean.

También importa lo que ocurre en otros ámbitos como la Justicia y el deporte. Frente a la presentación del proyecto de reforma de la Justicia, no se escuchan voces planteando mayor presencia de mujeres en la conducción. En el deporte esta semana hubo un gran avance en Holanda, donde una joven jugadora de fútbol se incorporó a un equipo masculino de primera. ¿Cuándo llegará esto acá? No vemos hombres que luchen por esto. Habría alguno que podría asumir esta bandera y así cambiaria su imagen asociada a solo mostrar el cuerpo de las mujeres. Sería un milagro, pero …