El paso del tiempo permite comprobar si efectivamente ocurre lo que algunos pronosticaban que iba a suceder. Cuando se debatía en el Parlamento el Aporte Solidario y Extraordinario de las grandes fortunas, muchos aseguraban que nadie iba a pagar y que iba a producirse una extendida judicialización con un gran negocio para los estudios de abogados. El pronóstico, por supuesto, fue equivocado: esta semana se conoció el dato de que alrededor de 10 mil personas ya abonaron el aporte y la AFIP ya recaudó 223 mil millones de pesos. Al momento de elaborar el proyecto de ley, nuestra información indicaba que el Aporte alcanzaría a entre 12 y 13 mil contribuyentes que, sumados, debían generar un ingreso al fisco del orden de los 300 mil millones de pesos. Es decir: al momento actual, de acuerdo con esas estimaciones, cerca del 80% de los ciudadanos alcanzados han cumplido con las obligaciones que fija la ley.
Según la AFIP, hay sólo 220 contribuyentes que han presentado demandas cuestionando la legitimidad del Aporte. Hay, en paralelo, un rastreo sobre personas que, tomando las proyecciones de su riqueza anterior, deberían estar incluidas y no presentaron declaraciones juradas.
Esos 223 mil millones de pesos ya recaudados tienen como destino, tal como prevé la ley, la asistencia a los sectores más vulnerables de la sociedad y, por lo tanto, serán utilizados para implementar medidas de alivio en el marco de las dos pandemias, la generada por las políticas neoliberales aplicadas por Juntos por el Cambio y la producida por la circulación global del virus.
El Aporte Solidario y Extraordinario alcanza al 0,02% de las personas en la Argentina. El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, anunció que la reforma impositiva que él impulsa en su país alcanza al 0,03% de las personas. En ambos casos, comprenden a quienes presentan una alta concentración de la riqueza.
Biden señaló que los aumentos de impuestos que está proponiendo representarían volver a los gravámenes que existían cuando George Bush era presidente y que las administraciones sucesivas fueron disminuyendo. También se refirió específicamente al Impuesto a las Sociedades: “Un estudio reciente muestra que 55 de las mayores corporaciones del país no pagaron impuestos federales el año pasado. Esas 55 corporaciones tuvieron más de 40.000 millones de dólares de ganancias (…). Vamos a reformar el Impuesto de Sociedades para que paguen lo que les corresponde y ayuden a pagar las inversiones públicas de las que se beneficiarán también sus empresas (…). Cuando oigan a alguien decir que no quiere subir los impuestos al uno por ciento más rico o a las empresas estadounidenses, pregúntenle de quién quiere subir los impuestos. En cambio, ¿a quiénes se los vamos a recortar?”.
Lo que sostiene Biden con relación al Impuesto a las Ganancias de las sociedades es asimilable a lo que estamos impulsando en la Argentina. Durante mucho tiempo, las empresas pagaron el 35% de sus utilidades. Ahora se propone un régimen del 25% para las compañías que ganan hasta 5 millones de pesos anuales, del 30% para las ganancias que van entre 5 y 20 millones y un 35% para las ganancias que excedan los 20 millones. Este último segmento estaría compuesto por el 10% de las empresas, aquellas que tiene mayores ganancias. De este modo, un 90% de las compañías se van a beneficiar con una disminución del porcentual con relación a lo que tributaban históricamente. Pero el saldo va a ser positivo: la minoría que pagará un porcentaje mayor lo hará sobre ganancias muy altas con relación a una mayoría que pagará menos pero sobre ganancias más chicas.
El Aporte Solidario y Extraordinario de las grandes fortunas, la modificación del Impuesto a las Ganancias a las personas humanas y la reforma del Impuesto a las Ganancias a las sociedades forman parte de la transformación del sistema impositivo en la Argentina. Una transformación que está en línea con lo que sucede en el mundo.
*Diputado nacional por el Frente de Todos y Presidente del Partido Solidario.