COLUMNISTAS

Un incierto horizonte político, por Carlos Gabetta

“Cristina se ve prócer, sucesora natural de Perón. Su Evita es El”.Salud y derrota acentuada.

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A pocas horas de cerrado el escrutinio, sin datos definitivos, pero con una tendencia confirmada, es posible verificar algunas cosas, pero resulta difícil escribir sobre algo que no acaba de pasar,
porque está pasando ahora mismo.

Escribo esto con los dedos, mientras mi cabeza va de los dedos al sonido de la tele, en la que Jorge Lanata, Rosendo Fraga y otros analizan, y muy bien, los datos que van llegando. Se apoyan,
como mis dedos ahora mismo, en lo que se puede verificar: la derrota del gobierno, su profundidad, los matices importantes (la victoria de Masa en el oeste y el sur de Buenos Aires; la aplastante
victoria de Binner en Santa Fe; el avance del Frente de Izquierda en las provincias del norte, por ejemplo) o, como Marcelo Bonelli, en la perspectiva económica que arroja el insólito festejo de su derrota por parte del Frente para la Victoria: una reafirmación de lo (mal) hecho hasta ahora.

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De algún modo, mis dedos son una prolongación del discurso de esos notables colegas, porque Perfil me pide un comentario del resultado de las elecciones para antes de las 12 de la noche, con la diferencia de que éste es un comentario escrito; es decir que allí quedará, inamovible, cuando todo se sepa con absoluta precisión y resulte posible afirmar ciertas cosas con certeza.

De modo que es mejor que torne aquí a especular sobre el escenario posible en el país para los próximos dos años, ya anticipado en PERFIL del 13-10-13 (“De Isabel Perón a Boudou”), que estos resultados no han hecho más que confirmar y profundizar, ya que son una prolongación de las PASO. Después de comparar a Amado Boudou con “Isabel” Perón y verificar la sempiterna inescrupulosidad política peronista, decía entonces: “Cristina Fernández no es ‘Isabel’, quien tenía el aire de no ver la hora de que termine su mandato. En cambio, Cristina se ve prócer, sucesora natural de Perón. Su Evita es Néstor Kirchner: Él. Tanto se ve así, que hasta hace muy poco intentaba modificar la Constitución para aspirar a un tercer mandato.

Ahora, su problema de salud le acaece en vísperas de unas elecciones legislativas de sombrío pronóstico, no ya para sus posibilidades de perpetuarse, sino para los dos años que le quedan en el gobierno. Capacitada o no físicamente, tendrá que afrontar una situación política y económica muy similar a la que obligó a “Isabel” a autorizar el ‘rodrigazo’.

Algo así como si Perón, en lugar de morir, hubiese enfermado. Antes de su enfermedad, el único horizonte de Fernández era una derrota más o menos seria en las legislativas de octubre. Luego, pasar dos años en condiciones de debilidad política, tratando en lo esencial de evitar un nuevo ‘rodrigazo’. Algo así como trabajar para salvar la ropa, dejándole el entuerto al sucesor. Factible, si se lo mira bien; Argentina es un país rico.

Pero en su actual estado de ‘Perón enfermo’, Fernández puede evaluar la conveniencia de una renuncia o licencia por enfermedad; antes o después de las legislativas. Sus problemas de salud son reales y variados, y así como ahora se subraya que no le impiden ejercer el mando, mañana podría subrayarse razonablemente que sí lo hacen. Ocurre que llegar al 2015 sin acudir a la devaluación y el ajuste podría revelarse una tarea imposible. La situación social se agrava, y la violencia política, sindical y callejera peronista -entre otras; todo hay que decirlo- ya viene dando signos de tornar a instalarse en el país.

En este marco, su salud es para la Presidente una incuestionable carta en la manga. También para el peronismo, donde los ‘aprietes’ a líderes debilitados y las renuncias melodramáticas son frecuentes. En cuanto al “Presidente” Boudou, tanto puede salir de escena mañana o pasado con cualquier excusa y procedimiento, como permanecer hasta 2015; un pelele en el aire de la convulsa política nacional. Igual que ‘Isabel’. No tendría siquiera que buscar un Celestino Rodrigo: es economista; de formación y procedencia liberal”.

A lo dicho entonces podría agregarse ahora que la derrota del gobierno no solo se confirmó; se acentuó. Queda por especular, con datos precisos en mano, sobre la deriva del peronismo; si tornará a unirse o habrá muchos, profundizando una tendencia a la dispersión y pérdida de peso en la sociedad que lleva décadas. Sobre la posibilidad de que se concrete un frente amplio progresista entre socialistas, radicales y otras fuerzas. O que se produzca un fragmentación general.

Por último, sobre cómo se llegará a 2015. Un escenario posible es justamente que Cristina no pueda o no quiera continuar a la cabeza del gobierno.

Las variantes de todo lo que podría ocurrir en ese caso son del orden exponencial. En cualquier caso, será la economía, y sus repercusiones en la situación social, la que determinará lanevolución política.

(*) Periodista y escritor.