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PRESIDENCIA DEL G20

Una mirada inteligente desde el Sur

En este cónclave global al fin del mundo, la Argentina debe proyectar una imagen de “amigable componedor” en lo simbólico e influir en las reglas de temas prioritarios.

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Anuncio. Faurie, Peña y Dujovne: detalles de una cita clave para nuestro país. | G20
La presidencia argentina del G20 demuestra la voluntad del gobierno de Macri de asumir responsabilidades frente a los principales desafíos globales, y su vocación por integrarse al mundo con una visión de horizontes diversos. Ante este desafío, la política exterior argentina debe impactar, en forma inteligente, tanto en el contenido de las discusiones, como en los aspectos simbólicos.
El G20 es un foro de crucial importancia para las relaciones internacionales contemporáneas, y por primera vez se realizará en América del Sur. Si bien Kissinger expresó que “la marcha de la historia había avanzado de Europa hacia el oeste, a América del Norte, y luego a Asia, y que nada de importancia había pasado en el hemisferio sur”, la historia realizará en 2018 un breve recorrido por el Cono Sur. La iniciación del año de actividades en Bariloche, primero con la reunión de vicejefes de finanzas y bancos centrales y luego con la reunión de Sherpas, marca el comienzo operativo de este G20 austral.
La Argentina procura proyectar lo que el canciller Faurie denomina su “mirada desde el sur”, trabajando bajo el lema “consensos para un desarrrollo justo y sustentable”.
En este delicado  ejercicio de diplomacia de directorio, el Gobierno ha elegido enfocarse en tres ejes. El primero es el futuro del empleo ante el cambio tecnológico. El segundo es la creación de instrumentos financieros para inversión en infraestructura. El tercero es la seguridad alimentaria sustentable. El analizar el tema del desarrollo debería ayudar a definir una visión de desarrollo creativa, pero realista para el país. Esta debería priorizar la contribuciones de las exportaciones y de la inversión extranjera directa.

Los temas propuestos por la Argentina tienen relevancia para la región y para los países en desarrollo. Pero ante las temporarias debilidades de Brasil y México, la Argentina debe evitar sobreactuar en términos de un supuesto liderazgo regional. Aunque esto sea aspiracional y motivador, debemos aprender del diplomático brasileño, el Barón de Río Branco, quien ante ambiciones brasileñas similares, afirmaba: “Pensar en ello siempre, hablar de ello jamás”.

Una mirada inteligente incluye trabajar en la misión original del G20: asegurar la estabilidad macroeconómica y financiera global. Así, el equipo argentino  de finanzas del G20 también estuvo presente en la reunión de Sherpas. En lo financiero habrá continuidad con la agenda de reuniones anteriores, en un contexto de crecimiento firme, pero no espectacular.
Aquí se espera cierta prudencia, y ni siquiera Donald Trump, consciente de los beneficos sistémicos de un orden estable, ha generado posiciones demasiado conflictivas. Habrá mayor foco en la ciberseguridad y en las reglas tributarias para el comercio digital globalizado.

En cuanto a prioridades temáticas no financieras a ser tratadas en el G20, ya se definieron, en la satisfactoria primera reunión de Sherpas en Bariloche, diez tópicos. Bajo el liderazgo del experimentado Sherpa Pedro Villagra Delgado, se acordaron los  tópicos siguientes: agricultura, anticorrupción, comercio e inversiones, desarrollo, economía digital, educación, empleo, salud, sustentabilidad climática y transiciones energéticas. Sin embargo, en temas como comercio internacional y cambio climático, los EE.UU. dan muestras de desoír el consejo de Raymond Aron en La república imperial: “Los EE.UU. no podrán lograr el apoyo de ningún Estado, ni generar un sentimiento de lealtad, si no se presenta como corresponsable de un orden internacional”.

En un proceso de integración inteligente al mundo, hay que ser inteligentes para aprovechar las imágenes y los símbolos que surjan del evento. Imágenes poderosas serán las ligadas a la diplomacia presidencial, donde hay dos mensajes a transmitir. El primero es el conducir una política exterior de “horizontes diversos”, o sea mantener relacionamientos positivos y simultáneos con el exterior próximo, las potencias establecidas, y las emergentes. La foto del grupo de los mandatarios ayudará en este sentido, y que puede ser reforzado con las imágenes de reuniones bilaterales con los líderes más representativos de estos tres grupos.

El segundo mensaje de la diplomacia presidencial debe ser el estar cerca de aquellas naciones con las que debemos tener relaciones políticas de mayor intensidad, dados los valores políticos compartidos. Sería pues recomendable que Macri tienda a aparecer junto a Angela Merkel y Shinzo Abe –los nuevos defensores del mundo libre, según John Ikenberry– o a líderes como Justin Trudeau y Emmanuel Macron –representantes del cambio con sensibilidad en sus países–.

Siguiendo con lo simbólico, es sorprendente  que el logo del G20 2018, no comunique en forma efectiva conceptos como Argentina, el Sur, o América del Sur. Aunque algunos pudieran considerar esto secundario, la canciller Merkel dedicó un tiempo notable, en su discurso inaugural en la reunión de jefes de Estado, a explicar el significado del logo G20 2017. Dijo que el logo, con protagonismo de los colores alemanes, tenía forma de nudo marinero en homenaje a la ciudad portuaria de Hamburgo. Y agregó que “cuanto más se ajusta el nudo, más fuerte es la cooperación”.  Dado el tiempo que transcurrirá hasta la cumbre presidencial, sería aconsejable utilizar mejor esta poderosa herramienta, haciendo evolucionar el logo para comunicar, en forma creativa e impactante, Argentina, Sur o América del Sur.
En este G20 al fin del mundo, la Argentina debe proyectar una imagen de “amigable componedor” en lo simbólico, y de rule influencer –el que influencia las reglas–, en los temas que ha elegido como prioritarios. Al no tener conflictos de tipo estratégico con potencias establecidas –salvo el Reino Unido– y emergentes, puede ayudar a acercar posiciones. A su vez, a través de un conocimiento profundo y argumentos efectivos, puede lograr dar forma a los tres ejes temáticos
propuestos.

*Autor de Buscando consensos al fin del mundo: hacia una política exterior argentina con consensos (2015-2027).