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Unitarios vs. federales, 2° parte

El campo irrumpe en la vida de la gran urbe en forma espasmódica pero metódica, algo lógico para un país con esta historia. Todavía sin soñar con ser presidente, Nicolás Avellaneda elaboró su primera obra, Estudio sobre las leyes de tierras públicas (1865), sobre la influencia de la legislación de tenencia de tierras y su producción. El Grito de Alcorta (sur de Santa Fe) tuvo lugar el 25 de junio de 1912, enfrentando a chacareros con terratenientes y gobiernos locales.

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El campo irrumpe en la vida de la gran urbe en forma espasmódica pero metódica, algo lógico para un país con esta historia. Todavía sin soñar con ser presidente, Nicolás Avellaneda elaboró su primera obra, Estudio sobre las leyes de tierras públicas (1865), sobre la influencia de la legislación de tenencia de tierras y su producción. El Grito de Alcorta (sur de Santa Fe) tuvo lugar el 25 de junio de 1912, enfrentando a chacareros con terratenientes y gobiernos locales. Juan Bialet Massé plasmó en el Informe sobre el estado de las clases obreras en el interior de la República (1904) las condiciones de vida de las personas que vivían en y del campo. James Scobie, autor de Revolución en las pampas. Historia social del trigo argentino (1860-1910), fue uno más de los autores extranjeros que dedicaron sus esfuerzos a intentar comprender las peculiaridades que tuvo el caso más exitoso de expansión de las fronteras de producción entre finales del siglo XIX y mediados del pasado.
Hasta hace poco, ocurría alguna protesta puntual pidiendo algún subsidio o facilidad crediticia cuando los precios no eran los actuales. Nada de esto guarda relación con lo que está ocurriendo en los últimos días: enfrentamiento a cara de perro entre los hombres de campo y el Gobierno nacional, azuzado por el cuestionado retoque del sistema de retenciones. Si hasta ayer los cortes de ruta eran una modalidad de presión en la negociación utilizada por aliados al Gobierno, desde los activistas de Gualeguaychú a las huestes organizadas de Moyano y D’Elía, ahora esa medicina es utilizada por un sector opositor.
La paradoja del caso es que tanto el ministro de Economía como la atomizada protesta tomaron como referencia valores vigentes hace dos semanas, cuando la crisis financiera con epicentro en Wall Street no había alcanzado el pico de estos días. Haber delineado alícuotas móviles fue un castigo en momentos de pico de las cotizaciones pero también alivio relativo cuando éstas cedieron, como pasó desde entonces. Paradoja del destino, la crisis podría encontrar su alivio cuando la torta se volviera a achicar y cada uno tuviera el pedazo anterior. Todos más iguales, un poco menos ricos. Sólo en una economía donde la legitimidad no acompaña las decisiones de política, los que pierden se pueden sentir más cómodos al ver que su rival también deja ganancias en el camino. Es la antítesis del dichoso juego win-win que es la piedra angular de la expansión capitalista sustentable.

Ceguera recaudatoria. ¿Hubo un error de percepción en la capacidad del campo de tragar otro cercenamiento en su renta por el Gobierno? ¿Quizás un mal cálculo de la evolución de los mercados internacionales? ¿O simplemente una ceguera recaudatoria que minimizó cualquier contrariedad de los que teóricamente deberían ser beneficiados con esta coyuntura? El tema no es menor: lo que la administración K pone en juego son dos temas fundamentales en su visión y en su praxis de ejercicio del poder. Por un lado, la cadena de la felicidad: dólar alto, retenciones, precios de exportaciones por las nubes y caja generosa para compensar a amigos y asustar a enemigos.
Por otro, cuestionar públicamente decisiones tomadas en el eje Puerto Madero-Casa Rosada y anunciadas por el titular de la cartera en funciones es subvertir el orden monolítico de ver y vivir la política en la Argentina. Todo este esquema, ahora puesto en tela de juicio por un sector de la vida ciudadana y productiva, cruje ante la primera protesta espontánea que incluso ha desbordado a los dirigentes nominales del sector. En otras circunstancias, como en Alcorta, la rebeldía fue sofocada con las fuerzas de la ley y los grupos armados por los terratenientes. Ahora, Hugo Moyano amenaza con perforar los piquetes con sus camiones y en los bunkers K se pergeñan cierres de exportaciones de carnes o intervenciones masivas. La solución al problema no es trivial porque unos y otros tienen demasiado en juego.
Tomar decisiones en materia de política económica con el diario de ayer y para la tapa del de mañana tiene sus inconvenientes. Quizás la endogamia política argentina, y especialmente la de las grandes urbes, lleva a tener algunas imágenes equivocadas de lo que es la realidad:
1º) Los productores más irascibles no son los gerentes de los fondos agrícolas ni los empleados de las empresas de Soros o Cresud en el país (los dos terratenientes más importantes) sino los que no se sienten representados por nada ni nadie más que por su trabajo.
2º)Tiene apoyo de los intendentes y gobernadores que ven cómo la parte del león de la recaudación se ancla en Buenos Aires y sólo vuelve parcialmente si son dóciles y tienen suerte.
3º) No hay certeza sobre los precios de los commodities en el futuro cercano. Si se cree que estuvimos a principio de año en medio de una burbuja especulativa que incluyó el euro, el petróleo, el oro y los demás productos que exporta la Argentina, no está claro cuál será el piso próximo de las cotizaciones.
4º) No entender todo este cataclismo financiero como la manifestación del cambio de fondo en el mapa de poder mundial, con Estados Unidos intentando escapar a una recesión y cediendo terreno a las potencias emergentes de China, Rusia o India, implica tomar decisiones sólo para el corto plazo.
En esta coyuntura soplan vientos huracanados. Tomarlos bien implica salir rápido, equivocar de rumbo implicaría navegar con riesgo innecesario, una vez más.