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Y vos, ¿de qué barrio sos?

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CABA. Los clubes y el tango contribuyeron a la fisonomía de los barrios. | Néstor Grassi

Hace más de una década que cada hinchada que enfrenta a San Lorenzo le canta: “de qué barrio sos, de qué barrio sos, de qué barrio sos, San Lorenzo, de qué barrio sos”.

Acaso la larga peregrinación del equipo azulgrana, que lo lleva de barrio en barrio, provoca este cántico. ¿San Lorenzo es de Almagro, de Boedo, del Bajo Flores?

Este estribillo recobró valor con la candidatura de Jorge Macri, quien es aspirante a jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, proviniendo del cargo de intendente de Vicente López en una dudosa continuidad con domicilio cuestionado.

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Los barrios son las divisiones que tienen las ciudades y/o pueblos. Suelen poseer una identidad propia que les hace sentir a sus habitantes una pertenencia.

Córdoba tiene, entre otros, los barrios de Bellavista, Güemes y Barrio Parque. En Rosario podemos nombrar, al azar, el barrio Alberdi, Fisherton o Alberto Olmedo. Hay barrios en las diversas poblaciones urbanas de nuestras provincias.

Fantasmas en la casa

Los límites de un barrio, previo a su determinación oficial, se construyen con las identificaciones y diferencias que tienen los vecinos del lugar. Hay, entonces, identidades y alteridades.

Los clubes y el tango han contribuido a la fisonomía de barrios en la CABA. Algunos tienen un segundo nombre como el barrio del “Mondongo”, que es Monserrat, siendo el plato popular de la población afroamericana que lo habitaba (también hay un barrio “Mondongo” en La Plata), como asimismo, el barrio del Tambor que incluía a San Telmo.

Las ciudades suelen tener “barrios” que, estrictamente, no lo son. El Abasto, Belgrano R, Barrio Norte, Once y todas las subdivisiones de Palermo.

Los que cuestionan al exintendente de Vicente López, más allá de la legalidad, reprochan el accionar ético de su postulación.

Algo similar ocurrió con el precandidato en la lista PRO de Juntos por el Cambio, por sus dichos discriminatorios hacia diversos colectivos, que culminaron con su renuncia al primer lugar en el listado.

Los “barrios éticos” de la política en cada elección parecen aportar nuevos límites. Las fronteras partidarias ideológicas se corren de acuerdo a las conveniencias electorales, por ejemplo, el Frente de Todos, bajo su nuevo nombre, acepta que el ministro de Economía sea su candidato oficial sin sonrojarse.

¿Están los políticos habilitados para hablar desde la ética?

Aparecen en las listas cónyuges, hermanos, hijos, parientes con portación de apellido, candidatos que nunca asumirán aunque sean electos, domicilios inexistentes, interpretaciones constitucionales forzadas, postulantes “escondidos” detrás de nombres rutilantes en las boletas.

El precio de la inflación

“El otro es peor” suele decirse ante estas irregularidades y “dejemos que la gente decida”, como modernos Pilatos.

La ética no es un lugar, pero de algún modo, todos pasamos por ella. Somos cada vez más nómades de la ética. No soy de aquí, ni soy de allá, dice Facundo Cabral. Nos perfumamos de ética en cada decisión, pero el aroma de la rosa no es la rosa.

¿Tendrá algo que ver la ética con el voto? Con tanto límite corrido, con tanta frustración, tanta pobreza y tanta desesperanza, se va construyendo una “ética de la bronca” y una “bronca de la ética” en donde la grieta, los insultos, los rencores, nos van haciendo perder los valores que nos permitan moldear mejor esta sociedad.

La bronca es usada como justificación, para muchas veces, poner nuestro voto por encima de nuestros valores más íntimos. Se llega a votar “viendo todo rojo”, aun votando en blanco, o no votando.

¿Se puede volver a los límites que hemos corrido como sociedad democrática? Necesitamos instituciones que garanticen las mejores normas, y deben aparecer en nuestro horizonte republicano.

Y yo, ¿de qué barrio soy? Confieso que vivo en el número 8, calle Melancolía, enfrente mío, en el 7, vive Sabina, pretendemos mudarnos al barrio de la Alegría. Allá vemos que se nos fue el tranvía, la democracia siempre cree y silba su melodía. No le perdamos el paso, no perdamos las PASO.

*Dirigente Sindical y Convencional Nacional UCR.