En el privilegiado valle de Traslasierra, uno de los destinos más convocantes de las serranías cordobesas, se levanta uno de los pueblos más pintorescos: San Javier. Nacido al ritmo del tendido del ferrocarril que llegaría a la ciudad de Villa Dolores, las comunidades inglesas encargadas de la obra, lo eligieron como uno de los sitios indicados para disfrutar del descanso.
Por ello, desde finales del siglo 19, la zona se pobló de casonas de estilo británico, que se instalaron bajo la imponente mirada del cerro Champaquí. Allí, en una loma de la primera Comarca Biodinámica de Argentina, se emplaza el destino de alta gama sugerido esta semana: la Posada Rural La Matilde.
En un entorno de monte nativo, la posada conjuga confort y diseño, integrados para crear 10 luminosas habitaciones, un acogedor restaurante y espaciosos ambientes con grandes ventanales para disfrutar las magníficas vistas de las Altas Cumbres. Paz y armonía de la vida de campo se conjugan entre viñedos, olivos, frutales, huertas orgánicas y lagunas.
La posada fue inaugurada en diciembre de 2015 y se ubica en el Km 4 de la ruta provincial 14, a 5 kilómetros de la plaza de San Javier.
Arquitectura responsable.
Con estricto respeto de los conceptos de arquitectura responsable y bioclimática, cuenta con un sistema de aislación térmica, calefacción de agua por radiación solar, recolección de aguas de lluvia y reciclaje de fluidos grises para riego. Las maderas están impregnadas con savia de chañar y los pisos tratados con cera de abeja y aceite de lino, para evitar el uso de ceras y barnices artificiales.
La amplia posada fue pensada y proyectada para convidar a sus huéspedes a una estadía impregnada con la nobleza de las costumbres ancestrales, en perfecta armonía con el confort y la calidad. Muros de ladrillos de adobe, revoques de barro y yeso cocido, molduras hechas a mano, pinturas en base a baba de cactus y pigmentos naturales (libre de productos sintéticos y químicos), madera de tirantes de techo original de bosque seco en pie, puertas y ventanas construidas artesanalmente con durmientes reciclados y herrería a fragua, son los detalles sobresalientes.
Comarca biodinámica.
La Matilde es un emprendimiento productivo en actividad, con certificaciones Letis, como productores orgánicos, y Demeter, como productores biodinámicos. En ella se promueve la recuperación de las antiguas prácticas agropecuarias y se incorpora el concepto superador de la biodinámica; se aplica la bioarquitectura en la construcción de sus casas de campo y la posada y se impulsa constantemente el estudio, cuidado y protección del medio ambiente en todas sus formas.
Gastronomía
Alineados con la filosofía de ‘educar, sembrar, cocinar y compostar y en busca de una identidad que comparta los valores de La Matilde, se incorporó la propuesta de la ‘huerta a la mesa o kilómetro cero’. Esto implica que todos los productos e ingredientes utilizados son orgánicos y biodinámicos producidos en Finca La Matilde o de granjas y productores locales, que proveen la mejor mercadería y no están a más de 10 km de distancia, lo que garantiza la frescura y calidad de todo lo que se ofrece.
Bajo ese paradigma, los platos respetan los sabores originales y combinan productos de altísima calidad nutricional, libres de químicos y pesticidas, con una carta variada de reconocido prestigio.
DeAdobe Restaurante, propone una cocina de alta gastronomía, inventiva y refinada, que respeta las raíces inmersas en el corazón de la cocina tradicional argentina. Dentro de un marco extraordinario y natural, se podría solo visitar para gozar de una vista privilegiada de los viñedos o las Altas Cumbres, pero sería una pena no disfrutar de algo más. Bodegas selectas, que conservan su concepto familiar; blends de café preparados con granos 100% colombianos desarrollados por Zehan Nurhazar, barista internacional y gurú del café en Argentina, y un té exclusivo elaborado por la reconocida Inés Bertón, completan una experiencia que acciona todos los sentidos.
Servicios y comodidades.
La Matilde cuenta con 10 habitaciones dobles (ocho clásicas y dos superiores), climatizadas con estufa a leña y equipo de frío-calor; una de las habitaciones posee comodidades para huéspedes con necesidades especiales. Entre sus espacios comunes se destacan dos confortables livings con grandes ventanales y hogar a leña, para lectura y descanso; el restaurante DeAdobe; sala de piano; cava de vino, y amplias galerías exteriores.
Bodega, viñedos, frutales; huerta orgánica y biodinámica; cabaña de caballos criollos; piscina al aire libre con solárium; cancha de bochas; espacio de oración, y rincón de las flores forman parte de la propuesta.
Con costo adicional, La Matilde ofrece una amplia gama de actividades, entre las que se destacan las degustaciones de vinos orgánicos y biodinámicos Finca La Matilde; masajes terapéuticos; cabalgatas guiadas y clases de equitación; arquería; yoga; reconocimiento de flora autóctona, y taller de panificación.