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En primera persona

Cómo se prepara el Hospital Rawson para la segunda ola de la pandemia

Alejandra Álvarez, jefa del Servicio de Infectología de la institución, cuenta cómo afrontan un nuevo aumento acelerado de casos. Cuidados, cansancios y aprendizaje acumulado, algunos de los ejes de la nueva etapa.

Alejandra Alvarez
PEDIDO. “Necesitamos que la gente se cuide. Es importante que baje el número de contagios”, remarcó Alejandra Álvarez. | Federico Rodríguez

La segunda ola parece haber comenzado a lo largo y ancho del país y todo hace presagiar que los casos de Covid-19 seguirán aumentando con el correr de los días y la llegada de climas más fríos. Frente a este panorama el Hospital Rawson, institución cabecera en atención de pacientes infectados con coronavirus en la Provincia, se prepara para afrontar esta nueva etapa, a pesar de que nunca dejaron de atender a pacientes. La doctora Alejandra Álvarez está a cargo del Servicio de Infectología de la institución y durante todo 2020 le tocó atravesar por distintas áreas del hospital, entre ellas la terapia intensiva.

En diálogo con PERFIL CÓRDOBA, la profesional oriunda de Paso de los Libres (Corrientes) analiza cómo se preparan para los días que se vienen. “Yo vengo de la trinchera, fui residente aquí en el Rawson luego de hacer mi carrera en la Universidad Nacional de Córdoba. Es el único lugar donde he trabajado y trabajo”, cuenta Álvarez.

¿Cómo vivió la primera ola?

—La palabra que mejor lo resume es intensidad. Con mucha intensidad. Y esto es así desde la etapa en que venían a cuentagotas los pacientes Covid. En ese momento, incluso en la pre-primera ola, no significaba mucho ajetreo el número de pacientes, pero sí en la preparación. Fueron muchísimas las tareas previas y cuando llegó el ‘tsunami’, particularmente quienes estábamos en gestión y en preparación, llegamos cansados. Tal vez visto desde afuera no parece, porque la fachada sigue siendo la misma pero el hospital debió transformarse por dentro y cambiar por completo.

-¿Qué cosas incluyeron esos cambios?

Rawson Córdoba

-Cuestiones como optimizar la ventilación y los equipos de climatización, reutilizar los espacios, establecer separaciones para reconvertir el lugar, ahora tenemos zonas de circulación muy estricta divida por colores. Fue un cambio en todo sentido, primero planificarlo, armarlo y luego acostumbrar al personal a que se moviera de esa manera. Cada sector del hospital desde el 2020 está cumpliendo una función diferente a la que tuvo históricamente. El hospital es como una especie de hormiguero al que por fuera lo ves como quietito y tranquilo, y por dentro se vive un movimiento intenso y permanente de todo el personal

-¿Cómo se vive la previa a la segunda ola?

-Para nosotros no está tan claro esto de la segunda ola, ya que no paramos nunca. Bajamos el número de casos pero continuamente estuvimos atendiendo a pacientes Covid, no como otras instituciones. Sabemos que se viene un nuevo acelere y tenemos un número determinado de camas. Probablemente que desde el punto de vista de la ocupación y cantidad de pacientes sea similar al peor momento del año pasado. No tuvimos un espacio libre de internación en el momento más grave. Fueron momentos muy duros, venimos con el agotamiento del año pasado y por eso intentamos dar vacaciones en esta etapa de descenso de casos. Estamos buscando más personal, pero no es fácil en esta época. Muchos saben que es un trabajo muy complejo. No es lo mismo trabajar con pacientes graves de otras patologías que con pacientes con Covid. Es muy agotadora la tarea, son pacientes distintos a cualquier otros.

-¿Qué tan importante es el conocimiento adquirido durante el 2020 a la hora de tratar esta patología?

-Sin dudas ese conocimiento y ‘expertise’ que uno va adquiriendo es muy importante a la hora de tratar al paciente. Además está la seguridad que adquirieron nuestros compañeros de trabajo, médicos, enfermeros, kinesiólogos, gente de laboratorio. Antes todos entraban con mucho temor a atender a los pacientes. El miedo se perdió, no el cuidado. Lo que aprendimos nos sirve mucho, pero no dejan de ser situaciones complejas que manejar. A esto hay que sumarle el hecho de que tenemos a casi todo nuestro personal vacunado.

-Pasó por muchas tareas durante el 2020. ¿Puede calificar cual fue la más dura?

-He atravesado por diversas etapas. Es algo tan dinámico que van surgiendo necesidades muy distintas. Fui cambiando todas mis funciones en estos meses, aprendiendo como hacerlo y luego delegarlo, para adquirir nuevas tareas. Cuando llegamos a tener completas las salas de terapia intensiva, no les alcanzaba el tiempo a los terapistas para dar todos los informes diarios. No había tiempo material y como hasta meses antes estuve en la terapia, me encargaba de dar los informes a los familiares. Dar un informe de terapia intensiva es muy duro. Durante más de 20 años siempre he dado informes presenciales y eso abrevia un montón de cosas. Una mirada, un gesto que uno puede tener y el hecho que después pase a verlo, obvia un montón de explicaciones. Acá todo es distinto. Es un delicado equilibrio lo que uno debe hacer, acompañarlos en una situación muy dura, pero también teniendo realismo sobre la situación. Fue todo un aprendizaje continuo.

 

 

 

Necesitamos que la gente se cuide”

Álvarez pide remarcar el gran trabajo que se realizó en equipo dentro del Hospital Rawson. “Nunca van a ser suficiente los homenajes al personal con el que trabaja. Nada de esto es posible si no hay un verdadero equipo. La importancia de vestirnos entre todos, ver que nadie se olvide un elemento de protección, chequear que se cumplan los pasos, fue muy importante”, comentó.

De cara a lo que se viene, la profesional fue contundente y realizó un llamado a tomar conciencia por parte de la sociedad. “Necesitamos que la población se cuide, la vacunación avanza pero es un arma de doble filo si genera una falsa sensación de seguridad. No deben caer los cuidados. Básicamente nosotros estamos para atajar los penales y la idea es que no se llegue a esa situación. El Hospital cumple un rol relevante, es el primer barco que va con su mascarón de proa al frente. Le pusimos y le vamos a seguir poniendo toda la garra que haga falta. A veces eso no alcanza y es importante que se baje la cantidad de contagios”.