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CóRDOBA
MAXIMILIANO OLOCCO

"Córdoba adolece de políticas culturales con perspectivas y visión de conjunto"

Fue director de Cultura bajo la gestión del radical Eduardo Angeloz y entre 2016 y 2020 estuvo al frente del Teatro del Libertador. Actualmente enfocado en su faceta más artística, advierte que son necesarios planes integrales para federalizar la oferta en materia de cultura y no “shows con fines meramente electoralistas o políticos manejando temas culturales”. Sobre la gestión pública, asegura: “Me gustaría asesorar y no estar en la primera línea de fuego”.

Maximiliano Olocco
MAXIMILIANO OLOCCO. Inmerso desde niño en el ambiente cultural y alejado de la gestión pública, actualmente se dedica a la producción de espectáculos y a la programación de conciertos para ProArte. | Cedoc Perfil

Tenía cinco años cuando sus padres lo llevaron a ver una ópera por primera vez y él quedó fascinado ante tanta majestuosidad. Pero nunca imaginó que algún día se encontraría al frente del mayor coliseo de la ciudad.

Actualmente radicado en Mendiolaza, Maximiliano Olocco reparte sus días entre So What! –la banda que integra junto a Juan Carlos Ciallella (piano), Alberto Saturno (batería) y Juan Sebastián Herrera (bajo)–, la programación de los ciclos de Conciertos de ProArte y Olocco Producciones.

—¿Cuándo nació So What! Trío?
—A principios de 2000. Tamara Colbert, una cantante inglesa de jazz que ahora volvió a Londres pero que vivió muchos años en Villa General Belgrano, era la cantante y en las reuniones y fiestas yo me prendía a cantar. Y cuando ella vuelve a Londres, me piden que forme parte de la banda. Yo creí que era un chiste porque nunca lo había hecho de manera profesional, pero la cosa iba en serio. Esto fue en 2010. Desde entonces estamos juntos, grabamos discos y hemos hecho muchas actuaciones.

—¿Qué tipo de música hacen?
—Es un repertorio ecléctico porque hacemos jazz, bossa nova, boleros y canciones francesas. Y con el maestro (Juan Carlos) Ciallella, que es el líder del grupo, pianista y director musical, hacemos tangos, con piano y voz. Y la verdad es que nos divertimos muchísimo, es una de las facetas que yo desconocía de mí y que descubrí a la vejez.

—¿Han salido de gira?
— Sí, hemos estado en Buenos Aires presentando el disco. También en los festivales internacionales de jazz de Córdoba y Río Cuarto. Actuamos en La Cumbre, en la zona de las Sierras Chicas, en el Cerro. Y en 2017 presentamos el disco en Clásica y Moderna (Buenos Aires). Con esa banda remplacé al psicólogo (se ríe); esto y el tenis son dos cosas que me sacan de la cotidianidad y de la tensión. Sobre todo durante la época del teatro, que fue una etapa dura. Yo entré en 2016, cuando asumió el gobierno de (Juan) Schiaretti, me llamó (Fernando) Sassatelli, que era el presidente de la Agencia y varias veces le dije que no, pero al final me convenció. Y en buena hora porque me tocó lo de la restauración, que fue muy importante.

—¿Y de dónde venías vos?
—Siempre estuve en el ámbito de la cultura. En el 94 y el 95 había sido director de Cultura de la Provincia. Primero fui director de Actividades Artísticas y luego el cargo se convirtió en director de Cultura. La oficina estaba en el mismo lugar en el teatro Libertador que tuve cuando asumí en el 2016. Y ya a los 18 años trabajaba con mi padre: hacíamos producción de espectáculos, trajimos artistas como Martha Argerich, Bruno Gelberg, Julio Bocca, Borges, Sábato.

—¿Tu papá era gestor cultural?
—El fundó la librería y la discoteca Olocco. Luego fue director de la Editorial Aguilar de Córdoba hasta que la editorial se fue. Mi padre siguió con su carrera como director con Aguilar en Madrid, Venezuela y Chile. Le encantaba la música y los libros y siempre estuvo en el ambiente artístico. Era amigo de Libertad Lamarque, de Falú, de Yupanqui. En mi casa circulaba este tipo de gente permanentemente y yo viví en ese ambiente toda mi vida. 

—¿Por qué te fuiste de la Dirección de Cultura?
—Renuncié en el 95 porque no estaba de acuerdo con la política cultural que seguía la secretaria del área en aquel momento, Marta Caminos. Con mi vicedirectora habíamos sido los dos únicos funcionarios del gobierno de Angeloz que pasamos al gobierno de (Ramón Bautista) Mestre, pero aguantamos cinco o seis meses hasta que dijimos: no vamos a ser cómplices de una política cultural que no compartimos para nada. Y nos fuimos los dos. En los gobiernos posteriores en más de una oportunidad me llamaron para que asumiera en el teatro pero yo estaba con mi actividad privada a full.

—¿Qué estabas haciendo?
—Hace 25 años que hago todas las producciones de la Fundación ProArte.

—¿Con Olocco Producciones?
—No. En ProArte programo y produzco. Y con Olocco Producciones produzco mis propios espectáculos, son dos cosas simultáneas. También hacía ‘Los lunes de La Voz’, un ciclo que arrancó en 2000 y terminó en 2011 y con el que hicimos unos 460 espectáculos, desde música clásica, pop, tango, jazz, hasta cosas teatrales. Fue muy lindo porque era una manera de potenciar a artistas noveles con shows gratuitos para la gente. Hasta que en enero de 2016 me llamaron de nuevo y en febrero empecé en el San Martín, hasta febrero de 2020; me fui unos días antes de la pandemia. En ese período suspendí mi actividad en Olocco Producciones y me dediqué a full al teatro. Sí colaboraba con la Fundación ProArte, con quienes ahora estamos lanzando en febrero la temporada 2023.

—¿De los ciclos de conciertos?
—Sí. Y vamos a ver si podemos recrear también ‘Córdoba Provincia de Artistas’, que fue un ciclo muy interesante que armé hace unos ocho años atrás para desarrollar actividades no solo en la ciudad sino en el interior a través de la Fundación. Creo que Córdoba adolece de políticas culturales con un cierto grado de perspectiva y de visión de conjunto. Y se puede ver que –hablo de Córdoba, que es lo que más conozco– se desarrollan actividades de algún modo inconexas entre la Provincia y los distintos municipios. Pero si se pudiera articular un plan desarrollado con cierta coherencia y con una perspectiva de la Provincia como un ámbito total, podríamos optimizar los recursos humanos artísticos para planificar actividades que abracen todo el ámbito geográfico de la Provincia, ahorrando recursos y no concentrando todo en la Ciudad de Córdoba o el Gran Córdoba.

—¿Por qué creés que esto es tan difícil de llevar a la práctica?
—Porque está lleno de políticas culturales que en realidad responden a intereses sectoriales y, te diría, a apetencias políticas o electoralistas y no a un plan cultural en donde el objetivo sea acercar la cultura a la población, lo más igualitaria posible. Me limité a la provincia de Córdoba pero también hablo de lo nacional. A mí me encanta el CCK (Centro Cultural Kirchner) pero se gastaron 3.500 millones de dólares cuando se podrían haber hecho 20 centros culturales en todo el país, repartidos geográficamente con cierta coherencia. Por otro lado, los recursos que se generan en políticas culturales no tienen nada que ver con la cultura. Son shows que se hacen para tener un impacto sobre un determinado sector y con fines absolutamente electoralistas y no en tratar de desarrollar la enorme cantidad de talento que hay.

—Entonces...
—Entonces tenés a políticos manejando temas culturales con el objetivo de tener visibilidad personal para ver cuántas veces sale en la tele o en los diarios. En lugar de buscar a gente que tenga cierta idoneidad ponen a políticos para que tengan visibilidad social. Necesitamos gente que sea del palo, que sepa de qué estamos hablando. Que no tengas que ponerte a discutir por qué es necesario afinar un piano.

—¿Volverías a la gestión pública?
—Depende de qué. Me gustaría asesorar y no estar en la primera línea de fuego. Creo que la experiencia que he reunido a través del tiempo puede ser útil para un rol de asesoría. Además, estoy en una etapa en la que tengo más ganas de tener tiempo de disfrutar a mis nietos y a mi familia.

—¿Cómo estás empezando este 2023?
—Tenemos varios proyectos con So What! Trío, incluso de grabar otro disco. Con el maestro queremos hacer un disco de tangos. Y los shows arrancan en marzo.

So What Trio

SO WHAT! TRÍO. Olocco en la presentación del disco ‘Nocturnal’, en Cocina de Culturas, con artistas invitados (Horacio Burgos en guitarra, Guadalupe Gómez y Daniela Olocco en voces).


“La etapa en el Teatro San Martín fue muy dura”

Durante la gestión de Maximiliano Olocco se llevaron a cabo las refacciones y la puesta en valor del teatro que sería la sede del VIII Congreso Internacional de la Lengua Española, en 2019. “Nos tocó todo: la restauración con todo lo que eso implicaba, más tener que seguir la actividad fuera del teatro. Teníamos seiscientas personas que tuvimos que distribuir en otros ámbitos para que todos los cuerpos artísticos tuvieran dónde ensayar y actuar. Radio Nacional nos permitió tener la orquesta de tango, el coro de cámara y el coro polifónico; esos tres elencos estaban en los subsuelos de Radio Nacional ensayando y en el escenario haciendo actuaciones. Por otro lado teníamos en el Jockey Club toda el área del ballet y del seminario de danza y en el ministerio de Desarrollo Social estaban la orquesta sinfónica y la orquesta Juvenil. En esos tres ámbitos tratamos de sostener las actividades”, recuerda Olocco.
—¿Quedaste conforme con el trabajo que se hizo?
—Sí. Nos juntamos con Daniel Rey, que era secretario de Obras Públicas, y cuando se planteó el tema había dos alternativas: pintarle la cara y dejarlo bonito o encarar una reforma estructural importante y aggiornar el teatro a las tecnologías actuales conservando la impronta del siglo 19. Era una oportunidad única para intervenir estructuralmente, se venía el Congreso de la Lengua y había que convencer al gobernador de una reforma a fondo. Rey estuvo de acuerdo conmigo, lo convencimos y se pudo hacer la reforma integral. Trabajaron con muchísima seriedad y de la mano de la Comisión Nacional de Monumentos Históricos. Fue un trabajo muy minucioso y lo hicimos en tiempo récord: un año y seis meses. Había momentos en que había 500 personas trabajando.

Olocco cantante

CANTANTE. Desde 2010 Maximiliano Olocco pone su voz en la banda So What! Trío.