El docente universitario Ricardo del Barco participó en dos concursos para integrar la Cámara Federal de Apelaciones de Córdoba. Del primero surgió el vocal, Abel Sánchez Torres, designado en 2006. El segundo duró varios años y concluyó con los nombramientos en 2014 de los jueces Eduardo Avalos, Liliana Navarro y Graciela Montesi.
De este último, que lleva el número 204, también salió una lista de abogados que son los conjueces designados recientemente. Uno de ellos renunció promediando el proceso, pese a lo cual actualmente subroga el Juzgado Federal de San Francisco. Al haber dimitido, no figuró en el orden de mérito porque no atravesó el proceso de la entrevista.
Las convocatorias, selección y ternas surgieron del Consejo de la Magistratura de la Nación, según su integración en diferentes etapas políticas del país. En diálogo con PERFIL CORDOBA, Del Barco se mostró crítico respecto del criterio que adopta el organismo al manejarse “en función de simpatías políticas e intercambio de favores, lo que desnaturaliza su objetivo”.
—¿Cuáles son los reproches que plantea, en función de su experiencia?
—Creía que a partir de las reformas se iban a proveer de una manera rápida los postulantes para cargos vacantes en la Justicia Federal. Pero, por distintas razones las vacantes quedan sin cubrir. La segunda objeción es que en ese proceso de selección no siempre se elige a los mejores. La calificación de antecedentes suele ser muchas veces arbitraria.
—¿Le sucedió?
—Para la Cámara de Apelaciones de Córdoba participé dos veces. Tengo el cargo máximo, de doctor en Derecho, pero se llegó a evaluar con más puntaje a quienes tenían cursos y cursitos. Un postulante tuvo más calificación con menos antecedentes docentes. En ese concurso presenté un amparo porque en el tercer lugar quedamos empatados dos postulantes. El Consejo decidió colocar en la terna al otro aspirante que tenía mí mismo puntaje y no dio razones. El recurso fue acogido en primera instancia y revocado por la Cámara. En la segunda oportunidad, las vacantes se cubrieron con tres magistrados. La terna tenía cinco nombres; yo era el quinto. A pesar de tener mejor puntaje y desempeño en la entrevista, sin fundamentos también en esta ocasión, el Consejo decidió colocar como quinto al doctor (Luis) Nazar. Era fiscal provincial en Río Segundo y tenía ya dos procesos penales por cohecho. Efectivamente Nazar no fue designado pero por decisión del Consejo de la Magistratura fue habilitado para que el Poder Ejecutivo lo eligiera como camarista. Es apenas una muestra de una parcialidad manifiesta.
—Fue un concurso muy objetado.
—En las entrevistas se observaron desempeños bajos. El proceso tuvo una enorme cantidad de cuestionamientos, a tal punto que algunos consejeros propusieron que se anulara el concurso. Predominó el criterio de continuar.
—El último presidente, Miguel Piedecasas, destacó la agilidad con la cual se están realizando los concursos en los últimos años, ¿nota un cambio?
—Comparativamente quizás se está moviendo menos lento. Da la impresión de que la velocidad no es suficiente por la cantidad de vacantes que sigue habiendo.
—¿Y en cuanto a la transparencia e imparcialidad?
—La transparencia continúa en duda y en cuanto a la imparcialidad, no me parece que haya mejorado sustancialmente. Me sigo preguntando, cómo se eligen conjueces y magistrados subrogantes. Fui ternado en dos oportunidades para cargos federales pero nunca pude acceder a ser conjuez.
ANTECEDENTES
Ricardo del Barco es profesor titular de la UNC, UCC, Universidad Católica de Santiago del Estero y Universidad Nacional de la Rioja. Fue:
- Constituyente Provincia de Córdoba (1987)
- Asesor. Cámara de Diputados de Córdoba (1987-1991)
- Asesor de gabinete del Ministro de Defensa(1991-1996)
- Asesor de la Secretaría de Comunicaciones de la Nación(1996-1998)
- Asesor del Ministerio de Trabajo de la Nación (1999) Integró la terna para Juez Federal Nº3 de Córdoba.