Las carreras televisivas en el género del humor suelen eclipsar al gran público la posibilidad de ver otras facetas de los artistas. Tal vez ese prejuicio explique la sorpresa que generó en cierto sector que Daniel Aráoz haya ganado hace seis años el Premio Cóndor de Plata al mejor actor por su papel en El Hombre de al lado. Ese mojón en su trayectoria lo colocó en un lugar destacado en la escena audiovisual local que lo consagra hoy con la obtención de otro premio y la bendición de la crítica. El fin de semana pasado obtuvo el premio a mejor actor en el Festival de Biarritz (Francia) por el Doctor Costa que interpreta en Una Especie de familia, película que también obtuvo el premio al mejor guión en el Festival de Cine de San Sebastián.
Tantos pergaminos operan como legitimadores de un recorrido artístico que vaya a saber por qué algunos piden sea coherente. Es que el cordobés que pasó en 1988 por La Noticia Rebelde, junto a Adolfo Castelo y Jorge Guinzburg, da cuenta de una versatilidad notable. Fue parte también por El mundo de Antonio Gasalla y Café Fashion, entre otras experiencias televisivas. Nunca dejó de hacer teatro y en lo que va de la década, además de las películas mencionadas, personificó a otros personajes memorables: el año pasado lo vimos en Historia de locura, amor y muerte, como Raúl Barón Biza; en 8 tiros y en La última hora. A propósito de su primer premio internacional por ese thriller moral llamado Una especie de familia -que se mete en una historia sobre adopción ilegal en Misiones-, Aráoz en conversación con PERFIL Córdoba, lo califica como “una caricia al alma, un reconocimiento para seguir en la lucha de este oficio que amo y sobre todo por el cine, que es un hecho poético que puede cambiar la realidad. Estoy muy contento y agradecido”.
Y si de luchas se trata, en los últimos días el mundo del cine argentino estuvo atravesado por una serie de claroscuros: por un lado, los premios en festivales y la exitosa semana de proyección de películas locales con entradas a 35 pesos; por el otro, los reclamos por los cambios de condiciones de acceso a los subsidios del INCAA que, de acuerdo a la lectura que hacen algunas organizaciones de realizadores, dejaría sin acceso al crédito a las pequeñas y medianas producciones. Al respecto, Aráoz trae a colación que tanto Una Especie de Familia como Alanis -las películas premiadas en San Sebastián- “son dos producciones entre medianas y chicas que vienen a demostrar la importancia de la multiplicidad de voces. Hay que tratar de llegar a un acuerdo, desde la humildad y el trabajo, para seguir fortaleciendo nuestra identidad que está dada en el cine independiente. Tiene que participar toda la industria. Y el acuerdo tiene que ver con fortalecer a las películas independientes. Estos premios hablan de eso, además del Donostia a Ricardo Darín, con el de Anahí Berneri por Alanis, nos hablan de la realidad y hay que interpretarla y dialogar para que el acuerdo nos ayude a seguir produciendo”, concluye.
Daniel Aráoz es nuestro Woody Harrelson ensamblado en Córdoba, escribe uno de los tantos ingeniosos tuiteros anónimos. Es que el actor de Asesinos por Naturaleza y el cordobés comparten un rictus ideal para interpretar a villanos, humanizados, reales. Al Doctor Costas de Una especie de familia lo construyó junto a Lerman “con la complejidad humana”. Si bien los protagónicos son femeninos, para Aráoz el personaje aportó la energía masculina. Sobre la sucesión de malos que le tocó hacer, agrega: “A mí me gusta abordar estos personajes no en los términos del malo, malo, malo todo el tiempo. Por más que exista en la realidad esa parte que uno ve el villano, éste también tiene sentimientos”.