En Villa María hoy resuena más que nunca una de las pomposas frases con la que ZOE Atletic se presentó en sociedad el pasado 23 de setiembre: “Somos el club del que todos van a hablar”.
Dicho y hecho. Aunque no alcanzó a pisar el campo de juego, el equipo de Leonardo Cositorto se transformó en trending topic en las páginas deportivas, y sobre todo en las judiciales.
Su caso es digno del Guinness, el célebre libro de los récords: en la Liga Villamariense de Fútbol, tuvo la despedida antes que el debut.
La imputación por asociación ilícita y estafa y la posterior orden de captura de sus principales directivos -el presidente Claudio Álvarez, la secretaria Rosa Silvia Fermani y el tesorero Silvio Shamne, todos involucrados en la causa Generación ZOE- había puesto en jaque al club el fin de semana pasado.
Para cubrirse desde el punto de vista legal, la Liga actuó con “pies de plomo”: intimó a la entidad a presentarse para aclarar su situación y, una vez consumada la incomparecencia, excluyó a ZOE Atletic del fixture del Torneo Apertura, donde iba a debutar contra Alumni el 6 de marzo.
“Arrancamos en Disney y terminamos en Kosovo”, afirma Rubén Guillén, quien fue el encargado de armar el proyecto deportivo de ZOE Atletic. “Álvarez fue el que me convocó. Lo conozco desde mis tiempos de futbolista, porque en Alumni él jugaba de arquero. ¿Cositorto? Sólo lo he visto en la televisión y en los diarios”, precisa el exdelantero.
TRIDENTE. Rodolfo Graieb, Néstor Apuzzo y Nazareno Brindisi, integrantes del staff que manejaba el fútbol en el club de Cositorto, /// FOTO: CEDOC PERFIL
Lindo mientras duró
“Durante cinco meses trabajamos muy bien, parecíamos un equipo de la AFA. Probamos a 1.300 jugadores, de los que quedaron cerca de 300 para las 11 categorías de la Liga, y el club pagó regularmente los viáticos y el alquiler del predio. Hasta que de repente se cortó la comunicación con los directivos y no supimos más nada de ellos”, relata Guillén.
A través de un comunicado, el exgerente deportivo y su equipo de trabajo (Rubén López, Sergio Torrado y los hermanos Rodolfo y Diego Graieb) anunciaron hace 72 horas su decisión de “no continuar el tan valioso trabajo realizado hasta el momento”. “Habíamos sumado a otras 15 personas y el acuerdo con ZOE Atletic era que todos íbamos a empezar a cobrar un sueldo cuando arrancara el campeonato”, precisa Guillén.
“Arrancamos en Disney y terminamos en Kosovo” (Rubén Guillén, ex gerente deportivo del Zoe Atletic Club de Villa María).
También se desvincularon Néstor Apuzzo y Nazareno Brindisi, quienes se habían sumado como respectivos coordinador de fútbol y entrenador del equipo principal. En Buenos Aires aseguran que ambos podrían desembarcar como flamante cuerpo técnico en Chacarita Juniors, institución de la Primera Nacional que firmó un acuerdo de $25 millones anuales con Generación Zoe, su flamante main sponsor.
““Nuestro trabajo siempre fue independiente de la empresa. Aunque no había que ser muy vivo para darse cuenta de que la historia podía tener el desenlace que tuvo, cuando empezaron a salir a luz los problemas”, sostiene Guillén, quien también fue presidente del Club Sarmiento.
¿Segunda oportunidad?
Aunque considera a ZOE Atletic como “un club totalmente desmantelado”, Guillén y su gente no pierden las esperanzas de poder darle continuidad al proyecto deportivo que llevaron adelante con el sello de Cositorto. “La Liga Villamariense de Fútbol se ha portado muy bien con nosotros, valora el trabajo que hemos realizado y está considerando la situación”, afirma el exfutbolista. Se refiere a la posibilidad de organizar una nueva entidad deportiva que ocupe la plaza de ZOE Atletic a partir del próximo semestre.
DE DISNEY A KOSOVO. Así definió Rubén Guillén (derecha) la experiencia de cinco meses que le tocó vivir en ZOE Atletic Club. /// FOTO: CEDOCPERFIL
Ilusiones rotas
Kevin Alarcón es un mediocampista neuquino de 29 años, con pasado en las inferiores de Racing Club de Avellaneda, que se había sumado a las filas de ZOE Atletic Club con la ilusión de reencauzar su carrera futbolística. “Fui una semana y me tuve que volver. Esperé tanto este momento después de dos años y medio sin jugar, y de un día para el otro todo se cayó por allanamientos y estafas en la empresa. Tristeza inmensa”, comentó en redes sociales. “El fútbol me golpeó otra vez”, enfatizó Alarcón, quien años atrás vivió una difícil experiencia en Mozambique, donde se sumó a filas del Costa do Sul y terminó siendo ayudado por Juan Gabriel Arias, un cura misionero que es fanático hincha de la Academia.