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CóRDOBA
RODRIGO DE LOREDO

“El radicalismo hace rato que no es un constructor de candidatos competitivos”

El concejal de la UCR asegura que trabaja para la reconstrucción del partido y marca diferencias con Oscar Aguad y Ramón Mestre.

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RENOVACION. “El radicalismo viene en decadencia, ya no forma cuadros técnicos, no tiene equipos. Hay que reflotarlo dentro de una coalición”, dice Rodrigo de Loredo. | Federico Rodríguez

—¿Qué balance hace del 2019?

—Desde lo personal fue un año de mucho aprendizaje. Estoy convencido de que las derrotas electorales dejan muchas más enseñanzas que eventuales triunfos. Fue un año duro, por diversas circunstancias: me tocó dejar una gestión donde estaba muy comprometido con el proyecto (era presidente de Arsat). Fue un episodio que no lo voy a minimizar en cuanto a lo sorpresivo y más porque el motivo del apartamiento no tuvo que ver con la gestión. De hecho, el presidente (Mauricio) Macri quiso hacer una excepción para que me quedara, pero la decisión de sacar de la gestión a personas con parentescos con los ministros pesó más, pese a que tengo diferencias con quien es mi pariente (Oscar Aguad): tengo diferencias políticas, de gestión e ideológicas.

—¿Y cómo evalúa el proceso electoral del que formó parte?

—Hace diez años que estudio los problemas de la ciudad de Córdoba para hacerles una propuesta electoral a los cordobeses y me estimularon para dar esa pelea. Sin embargo, los mismos que me propiciaron, y sin dar explicaciones coherentes, me retiraron su apoyo, por lo que tuve que atravesar un proceso electoral en mayor soledad que como lo hubiera querido transitar.

—¿No pensó en abandonar ese proceso?

—No se trató de un acto de irresponsabilidad ser candidato, porque no era una cuestión personal. Era un compromiso hacia la ciudadanía y se habían formado los equipos de trabajo. Sin embargo, el resultado electoral fue muy bueno. Si uno lo quiere poner en perspectiva, se trata de uno de los cortes de boleta más grandes en la historia de Córdoba y uno de los más grandes de las elecciones en el país en todos los distritos: el candidato a gobernador sacó 8 puntos (no lo nombra a Mestre) y nosotros sacamos 20 puntos, con una boleta que generaba un efecto arrastre muy importante, bastante tramposa, donde se ponderaba claramente el candidato a gobernador y donde nos tocó competir con un Cambiemos dividido y un gobernador (Juan) Schiaretti que estaba en su pico de popularidad en la ciudad de Córdoba, como pocas veces se vio en un dirigente peronista. Así y todo, me llena de responsabilidad y orgullo ese 20 por ciento.

—¿Qué mensaje quedó después de las elecciones?

—El mensaje es que, si no nos ponemos de acuerdo y formamos un frente no justicialista tanto a nivel nacional, como en la provincia y en la ciudad, no tenemos destino competitivo. Lo primero es hacer una autocrítica: algunos más, otros menos, pero todos debemos hacerla.

—¿La UCR tiene que seguir en una coalición después de las derrotas de Cambiemos?

—No tengo dudas de que veo al partido dentro de una coalición. El partido viene en un proceso de decadencia, no forma cuadros técnicos, no tiene equipos, no brinda alternativas concretas a la gente ni construye alternativas de poder reales. Es un partido que se ha cerrado y no es un constructor de candidaturas competitivas que se reconcilie con la sociedad.

—¿Qué es el radicalismo solo, sin aliados?

—Hay que renovar el partido. Solo no tiene ninguna posibilidad de ofrecer una alternativa real de gobierno. Al margen de las críticas que se pueden tener sobre cómo funcionó Cambiemos, yo no tengo ninguna duda de que el radicalismo está llamado a consolidar un frente que le permita ser alternativa real del gobierno.

—¿Cuál es su relación con Mestre?

—Evidentemente tenemos diferencias, siempre las tuvimos y ni siquiera las ocultamos en la campaña. Las diferencias son políticas y de cómo llevar adelante una gestión. No traslado eso a lo personal. Si bien hace rato que no tenemos diálogo, de un momento a otro nos podemos sentar a tomar un café.

 

“Me pone contento el descomunal apoyo de Schiaretti a Llaryora”

A la hora de analizar la realidad de la ciudad de Córdoba, Rodrigo de Loredo pide “tiempo” para la gestión de Martín Llaryora.

—¿Cómo evalúa el fuerte apoyo del gobernador a la Municipalidad?

—Ojalá volvamos a las décadas del 80 y el 90, que fueron los mejores años para esta ciudad. En los años siguientes no supimos recuperar ese concepto que Córdoba había creado en cuanto a espacio de ciudadanía. Más que una señal de alarma me pone contento el descomunal -descomunal, reiteroapoyo del gobierno provincial a la ciudad. El know how provincial aplicado en el ámbito municipal va a redundar en una mejora para los cordobeses. En cuanto al espacio de oposición conformado en el Concejo Deliberante junto a Mario Negri y Juan Pablo Quinteros, De Loredo sostuvo que se trata de “una oposición madura”. “Estamos articulando un espacio capaz de decir que no, con responsabilidad, a las cosas que creemos que están mal. Ojalá se sumen más. No le ponemos palos en la rueda al intendente”.

 

RENOVACION PARTIDARIA

“Un cambio de autoridades, más en un partido, es una gran oportunidad o para ratificar rumbos si uno cree que las decisiones tomadas nos llevaron a buen puerto; o para cambiar direcciones. En mi caso, es evidente que pienso que hay que corregir el rumbo del radicalismo. Las prioridades son cambiar un estilo de conducción, muy personalista e ir a una conducción que represente las distintas realidades y visiones que se conjugan en el partido. En ese sentido, el segundo objetivo es la recuperación de la identidad; y eso no se da puertas adentro en discusiones abstractas sino tomando posturas sobre las problemáticas contemporáneas de la sociedad cordobesa, eso no lo viene haciendo. Y también hay materias pendientes, de larga data , como formar cuadros políticos y técnicos, para construir una propuesta de gestión. Sigue pendiente la modernización, el radicalismo es un partido viejo, hay que despapelizarlo”.