Viernes por la mañana. La agenda política del país cooptada por la trabada discusión del Presupuesto en Diputados y, casi de manera paralela, en Córdoba se producía una foto que algunos consideran piedra basal para un entendimiento PJ: el lanzamiento formal del tren Metropolitano, la obra con la que Nación busca activar un ‘operativo seducción’ al intendente Martín Llaryora.
Como se sabe, lo que el intendente denominó en su momento el Ferrourbano, fue una de las promesas de campaña del actual titular del Palacio 6 de Julio. Sin embargo, las fricciones entre el peronismo cordobés y el nacional, derivaron en una tensión que postergó el arranque oficial hasta el pasado viernes.
Y allí hubo algunas cuestiones que se siguieron con especial atención. La primera, la presencia no solo de Llaryora sino también de buena parte del gabinete municipal, en contraposición con la ausencia de funcionarios provinciales. Y, en segundo lugar, la preocupación de Casa Rosada para que el titular del Palacio 6 de Julio hiciera las veces de anfitrión en el acto que puso en marcha el tren que unirá la capital cordobesa con La Calera; pero que además llegará y partirá desde la Estación Mitre, a cuadras del microcentro.
“Llamar a Martín”. En Nación no lo van a reconocer de manera pública, pero existía especial atención por la asistencia de Llaryora en el acto que tuvo como representantes de Nación al titular de Trenes Argentinos, Martín Marinucci; y al exsenador, el albertista Carlos Caserio.
Los tres habían compartido una serie de reuniones el año pasado, previo al clima de elecciones que atravesó el 2021 y quedó la sintonía fina entre Llaryora y Marinucci. Con Caserio, las tensiones se conocen y en algunos casos se hicieron públicas.
Al margen de ello, albertistas reconocen que la intención es un acercamiento con el intendente capitalino mirando hacia adelante.
“Sabemos que tiene su peso, y no buscamos que se incorpore al paraguas del Frente de Todos porque no lo haría. Pero, sí buscamos tener otro diálogo al que hoy tenemos con el gobernador (Juan) Schiaretti”, admitió una fuente nacional a PERFIL CORDOBA.
Tanto en la Nación como en la Provincia, reconocen que en los últimos meses las fricciones entre Alberto F. y Schiaretti aumentaron. De un lado, reclaman el recorte a los ATN en el segundo semestre hacia El Panal; y del otro, la distancia que se sigue plasmando en distintos capítulos. El último, el del pasado viernes con los tres diputados schiarettistas rechazando el Presupuesto.
Y ahí, hay un punto en el que el FdT va a empezar a tallar.
Volviendo a la invitación formal al intendente. Una vez que a Llaryora le confirmaron el acto del viernes, el propio titular del municipio capitalino hizo partícipe del encuentro a su par de La Calera, el schiarettista Facundo Rufeil.
El llamado no es un detalle menor. Rufeil es quien se lanzó hace unos meses con el proyecto nacional de Schiaretti 2023, enfrenta una interna en el departamento Colón con dirigentes alineados a Casa Rosada y no realiza ningún movimiento sin consultar a hombres con peso en El Panal.
Una vez que recibió el OK para asistir, comprometió su presencia.
Desde el Centro Cívico reconocieron a este diario la sugestiva respuesta al intendente de La Calera: “andá para que Martín no esté solo”. Y así fue como Rufeil dijo presente en el acto.
Algo que en realidad les sirvió a los dos intendentes cordobeses porque terminaron cerrando filas en su discurso sobre los costos del pasaje. Ante el valor de 6 pesos en el recorrido Córdoba-La Calera, tanto Llaryora como Rufeil reclamaron por mayores subsidios al transporte; el primero, en el servicio urbano y el segundo en el interurbano.
El plan B que preocupa a Nación. Ahora bien, si es posible un acercamiento rumbo al 2023, esa estrategia podría verse alterada con el plan B de Llaryora que observan desde Nación. Uno de los albertistas que estuvo en el acto reconoció que sería “una preocupación”, si el intendente capitalino decide repetir en la Ciudad en lugar de lanzarse a la Provincia.
Alternativa que el hombre ya barajó entre sus íntimos, que le hizo saber a algunos funcionarios y que dejaría al mismo tiempo al margen a uno de los candidatos de fuste del peronismo provincial para la sucesión de Schiaretti.
“No es lo mismo que esté en carrera a que decida repetir en la Ciudad con una gestión que le da esa chance. Por eso estamos observando eso con atención”, reconocieron.
El peso en el Congreso. La otra cuestión del poder político de Llaryora que el peronismo nacional tiene en la mira es algo que se deslizó párrafos más arriba: la llegada a Diputados de Ignacio García Aresca.
Saben en Balcarce 50, como así también en los despachos importantes del Congreso, que el intendente de San Francisco en uso de licencia responde de manera directa al titular del Palacio 6 de Julio. Por lo tanto, no hay que descartar algunos sondeos para ciertas discusiones. De hecho, el propio Llaryora estuvo en el Congreso en el momento en el que asumió su amigo personal, y hubo espadas legislativas del FdT que repararon en ello.
En distintos ámbitos, el albertismo buscará un acercamiento con Llaryora; y así poder incidir en la discusión de la sucesión 2023.