Perfil
CóRDOBA
MACRO CRUJIENDO

Empleo en retroceso: pese al repunte de la actividad el trabajo formal no reacciona

El primer trimestre deja datos positivos para el PBI que volvió a crecer. Pero se perdieron 300 mil puestos privados formales en dos años. Por qué no todo es culpa del Covid-19.

27-06-21empleo
NO CRECE. El empleo privado formal no crece, pero sí el empleo público y las modalidades de asalariados informales. | Cedoc

Entre los muchos datos que dejó la economía esta semana –además de la degradación de la categoría del país de emergente a standalone- se conocieron los referidos al nivel de actividad para el primer trimestre del año y a los indicadores socioeconómicos del mercado del trabajo. Y en ese sentido hay algunos sinsabores.
Por un lado, hay algunas señales que muestran que, en el nivel de actividad, al menos durante el primer trimestre mostró una reactivación. El Indec informó que el Producto Interno Bruto (PIB) creció 2,6% en términos desestacionalizados respecto del cuarto trimestre del año pasado y aumentó 2,5% en la comparación frente a igual período de 2020.

Y detalló que frente al cuarto trimestre de 2020 en términos desestacionalizados se observaron subas en todos los componentes de la demanda agregada. El consumo privado creció 2,9%, el consumo público (1,4%), la formación bruta de capital fijo (6,1%) y las exportaciones (19,2%). Sin embargo, en la comparación con el primer trimestre de 2020, se registraron caídas en el consumo privado (-0,7%) y el consumo público (-0,5%), mientras que crecieron las exportaciones (1,2%) y la formación bruta de capital fijo (38,4%). Mirando la composición de la oferta, en el primer trimestre de este año se destacan los aumentos, respecto al mismo período del año pasado, en construcción (21,3%) e industria manufacturera (11,4%) mientras que hoteles y restaurantes descendió 35,5%.

A grandes rasgos, hay dos tercios de la economía con signos de recuperación y un tercio que sigue delicado. Un 35%, para ser más precios, según estimaciones de economistas del Ieral. Pero la cara más negativa de esta reactivación tiene que ver con el empleo y con la poca recuperación del empleo asalariado formal privado en particular. La desocupación fue del 10,2% en el primer trimestre del año y si bien hubo una mejora respecto del trimestre inmediato anterior –marcó 11% hacia fines de 2020- está prácticamente en los mismos niveles del primer trimestre de 2020 cuando fue del 10,4%.

“Los datos del Indec hablan de que en el primer trimestre del año se habría alcanzado el mismo nivel de actividad del primer trimestre del año 2019, antes de la pandemia. El punto es que cuando uno mira el empleo asalariado formal esta en 5,9 millones de trabajadores, cuando en marzo de 2019 era de 6,2 millones. Es decir, ante un mismo nivel de actividad estamos con menos empleo formal. Una hipótesis podría ser que las empresas tuvieron una mejora en la productividad al vincularse mejor con la tecnología y eso redundo en una mejora en la actividad. Por otro lado, también vemos que hay más contratos de monotributo. Hay 80 mil mnotributistas más que en marzo de 2019, las empresas están recurriendo más al monotributismo. Y el tercer componente para que haya menos empleo privado formal es que se están destruyendo muchas empresas, ese es un dato que surge de datos oficiales”, explica el economista y director de Idesa, Jorge Colina.

No todo es Covid. Pese a que la pandemia y las medidas de restricción y circulación acentuaron la crisis de las empresas y el empleo formal Colina subraya que se trata de un fenómeno previo a la que se desató por el Covid.

“Desde la crisis cambiaria que comenzó en 2017 y se extendió hasta 2019 se están destruyendo casi 6.000 empresas por cada punto de caía del PBI. Ese dato es importante para dimensionar lo que pasó el año pasado cuando la economía tuvo una caída de 10 puntos de PBI. Es posible pensar que hubo una destrucción de entre 50 mil y 60 mil empresas empleadoras. La destrucción de empresas empleadoras ha sido muy grande”, señala.

El problema crónico de la economía argentina es que hace tiempo destruye empresas y no crea las condiciones para un crecimiento consolidado del empleo privado formal. Por el contrario, el estancamiento o la retracción del empleo parece la norma. Este estancamiento está a punto de cumplir una década: “viene de hace tiempo. La bonanza terminó en el 2012. Desde ese año que no hay un fuerte crecimiento del empleo asalariado privado formal. Y quedo entre 6,3 a 6,2 millones. La pandemia hizo que eso bajara a 5,8 millones y supongo que se puede recomponer a 6 millones, pero está clavado ahí en 6 millones de asalariados formales”.

-Aún con algunos sectores de la economía reactivándose, el empleo formal no se recompone.

-Si hoy tenemos aumento de la actividad en parte se explica porque puede haber habido una mejora en la productividad, pero básicamente porque hay un aumento de la informalidad. Eso se ve claro con los monotributistas. Lo que está cada vez más claro es que las empresas en Argentina escapan al contrato en relación de dependencia, porque es rígido y muy costoso. Tener un trabajador en blanco significa que hay que pagar 50% de cargas sociales por encima del salario del trabajador. Una persona que gana 50 mil termina costando 75 mil. Y cuando viene el momento de la desvinculación tenemos una indemnización por despido que es carísima.

-¿Qué se puede pensar para hacer más viable la creación de empleo privado formal?
-Hay que bajar las cargas sociales con especial énfasis en las pequeñas empresas. En Argentina el 90% de los empleadores tienen menos de 10 empleados, es decir que son micro empresas. Tendrían que tener mínimos no imponibles a las contribuciones patronales para que las pymes tengan la posibilidad de formalizar y las más grandes sigan pagando. Entonces, un mínimo no imponible a la masa salarial. Con eso podrías beneficiar a las más chicas y a las que recién nacen. Y luego hay que revisar la indemnización por despido. Indemnización por despido tiene que haber porque es un desincentivo al empleador a tener una alta rotación. Pero no puede ser tan oneroso como ahora. Yo creo que ahí habría que usar el Fondo de Desempleo que todas las empresas aportan pero que llega a muy pocas personas. Ese Fondo podría usarse para pagar algunos despidos, por ejemplo, para el de las personas con más antigüedad. Hoy el Fondo debe tener superávit porque tenemos 1,5 millones de desempleados y lo cobran 90 mil, ese superávit lo usa Anses para el déficit previsional. Habría que terminar con el actual seguro de desempleo que es de muy baja cobertura y usarlo para financiar parte de las indemnizaciones.

El futuro del empleo privado 
Teniendo en cuenta el estancamiento que muestra el empleo privado formal, ¿qué se puede esperar hacia el futuro? Para Colina, lo que viene es más informalidad: “Veo un perfil del empleo privado muy informal con mucho monotributismo. Es decir, con alguna formalidad, porque están inscriptos, pagan un aporte, pero eso es casi simbólico. No creo que haya crecimiento neto en el empleo asalariado registrado en empresas, se va a quedar en 6 millones. Y va a haber crecimiento del empleo público porque la gente presiona para entrar, porque es el único empleo asalariado decente que se crea. Algunos monotributistas son formales porque pagan y otros se registran, pero no pagan o no facturan. Y después vamos a tener todo el empleo asalariado no registrado. Es un panorama muy parecido al de la década del ´80. La economía caía y la ocupación crecía, pero crecía de la mano del empleo público y la informalidad. Hasta que no recuperemos una economía más moderna no vamos a ver que el empleo asalariado privado registrado vuelva a crecer.