El segundo día de testimonios, PERFIL CORDOBA entrevistó en el bar de los tribunales federales a Pablo Salum, fundador de LibreMentes, red con la cual trabaja para detectar y alertar metodologías de captación típica de grupos sectarios.
Tras contactar a una víctima del psicólogo Marcelo Bazán, se acercaron más damnificados hasta conformar un grupo numeroso de familiares de personas que lograron salir o que se encuentran aún enrolados como seguidores del profesional. La mayoría ya declaró en la fiscalía de Río Segundo y también en los tribunales federales.
Salum dice haber encontrado hechos de explotación y abuso sexual y laboral, apropiación de bienes, manipulación de personas aprovechando su vulnerabilidad, fabricación de recetas falsas para adquirir medicamentos psiquiátricos, incitación al consumo de alcohol y drogas ilícitas y orgías. “Es increíble esta causa, tenemos pruebas de todo: sellos, recetas truchas, testimonios, videos íntimos, documentos”, advirtió.
“Es una organización coercitiva, acá hay trata de personas. Como psicólogo, Bazán actuaba sobre los puntos débiles de jóvenes que lo contactaban para hacer terapia. Los hacía cambiar de carrera y los indujo a casarse en algunos casos” relató.
El especialista señaló que hubo un caso de una pareja que puso dinero para abrir un locutorio en el cual instaló una boca de Pago Fácil. Cuando se fueron de vacaciones, hubo un llamativo robo en el local y, al no poder recuperar lo sustraído, el negocio terminó en manos de otro adepto y seguidor de Bazán.
Las denuncias también incluyen la situación actual de una joven que debió ser internada en un centro psiquiátrico por las consecuencias que sufrió en contacto con el centro. Las familias que están denunciando la captación de hijos son, en su mayoría, de buena posición económica.
Entre los jóvenes discípulos está, por ejemplo, el hijo de una diputada de San Luis y otro, de un comerciante mayorista. Salum también advirtió que hay varias situaciones en las que jóvenes, inicialmente víctimas, terminaron siendo victimarios de otras personas.
Una curiosidad. Las que lograron salir de la organización son algunas mujeres. Los varones continúan sin percibir que se trata, posiblemente, de una red delictiva.