Clubes centenarios de todo el país atraviesan una compleja situación económica que los hace tambalear. El motivo no es la pérdida masiva de socios ni la imposibilidad de afrontar los elevados costos de las facturas de luz y agua, sino una avalancha de demandas que desde los mismos clubes califican de inédita y sorpresiva: sus antiguos caddies de golf iniciaron juicios laborales por “relación de dependencia encubierta contra los clubes”.
Sí, los mismos que durante décadas cargaron las bolsas y acompañaron a los socios en los recorridos, decidieron recurrir a un grupo de abogados laboralistas con sede en Capital Federal, que son quienes llevan adelante los procesos judiciales. El tema lo puso sobre el tapete el diario La Nación, a fines de agosto, donde se exhibió la magnitud de los juicios y los montos millonarios que deben afrontar los clubes. ¿Cuál es el foco del conflicto? Los caddies iniciaron juicios por “relación laboral encubierta”, algo que desde los clubes niegan de plano. “El caddie es un cuentapropista, que mantiene una relación con el golfista cuando viene a jugar, pero nunca esa relación fue con el club. Hay miles de casos en los que el caddie desaparece por tres meses y de un día para el otro aparecen de nuevo. No hay relación laboral”, dice una fuente que conoce de cerca la situación y que se inclina más por pensar que “esto se trata de un tema político donde hay muchas irregularidades”.
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La política se mete en el asunto a partir de que casi el 100% de los juicios que iniciaron los caddies están a cargo del estudio Montenegro, Pávito & Asociados. El diputado nacional de La Libertad Avanza, Guillermo Montenegro (uno de los asistentes a la visita a los represores en la cárcel de Ezeiza y homónimo del intendente de Mar del Plata), es uno de los socios del estudio.
El otro, Federico Pávito, es director General de Administración del Senado. De hecho, Montenegro fue uno de los principales asesores y mano derecha de la vicepresidenta Victoria Villarruel, hasta marzo de este año, cuando la sociedad política se diluyó. De todas maneras, Montenegro mantiene una influencia en el bloque libertario en Diputados y se muestra leal a Milei.
Deudas irrisorias
La fuente consultada por PERFIL CÓRDOBA sostiene que debido a que la jurisdicción del reclamo es Ciudad de Buenos Aires, las actualizaciones de los montos determinan que las cifras sean “irrisorias”. Según informó en su momento La Nación, el Jockey Club afronta 210 procesos en curso, Olivos Golf Club tiene unas 40 demandas vigentes con decenas de causas que fueron “conciliadas”. En el caso del Hindú Club son 10 demandas que lo llevaron a las puertas del concurso preventivo y empezaron a vender propiedades. Desde la institución aseguran que los caddies “nunca fueron empleados del club” y que “se los dejaba pasar para que trabajaran para los golfistas, que son solo el 10% de los socios”.
En Córdoba, el caso más emblemático lo representa el Córdoba Golf Club, entidad que fue demandada por seis caddies en 2021 por un monto total de $ 211 millones. Sin embargo, aplicando el sistema de actualización vigente en la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo, ese valor hoy se disparó a los $ 2.700 millones.
El presidente del Córdoba Golf, Rodolfo de Ferrari, aseguró que “si los socios decidieran afrontar esta situación, deberían abonar una cuota de US$ 3.700, contando a los menores”. “Pero si los socios decidieran no enfrentar las condenas con su dinero, había que liquidar la entidad, que tiene 101 años y es una verdadera pyme en Villa Allende, por el trabajo directo e indirecto que genera. De hecho, no sé cuántas empresas brindan tanto trabajo en la zona como el Córdoba Golf”, le dijo De Ferrari a La Nación.
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Uno de los aspectos que critica De Ferrari respecto al accionar de la Justicia es que “la jurisdicción natural para un reclamo de estas características sería Córdoba, pero está claro que no se avalaría abonar una cifra semejante. No sólo porque nunca hubo relación de dependencia, sino porque se trata de cifras disparatadas”.
¿Por qué las denuncias recaen en Caba, un ámbito donde todos los abogados consideran que la justicia laboral es “salvaje”? “Porque los caddies, en sus demandas, incluyen a la Asociación Argentina de Golf, lo que complica más las cosas”, señala. Es más: en el ambiente del golf es vox populi que buena parte de los reclamos presentados por los caddies habrían sido “comprados” por los abogados por una cifra infinitamente inferior a la que, eventualmente, terminarían cobrando los estudios.
¿Una posible solución?
Aunque saben que es difícil que el reclamo de los clubes llegue a la Corte Suprema, algunos se esperanzan con un fallo de la Suprema Corte de Justicia de la Provincia de Buenos Aires, que ratificó que la demanda por despido de caddies del Club de Golf Palihue en Bahía Blanca fue rechazada.
El tribunal determinó que los caddies no lograron probar una relación de dependencia con el club, “ya que sus servicios beneficiaban únicamente al jugador de golf, no a la institución. Además, el pago provenía directamente del golfista, quien podía recibir asesoramiento o instrucción del caddie durante el juego”.
La decisión de algunos caddies de demandar a los clubes “termina de matar al oficio”, dice el directivo de un club de Córdoba. “Lamentablemente ningún club está dejando entrar a los caddies porque inmediatamente podrían presentar una demanda, creemos que asesorados por abogados que se aprovechan”, sostuvo ante este medio. En el mundo del golf los llaman “los caranchos del green”.