Fue uno de los protagonistas de la interna del radicalismo en Córdoba con la elección partidaria que se produjo el domingo pasado. Situación que, en lo particular, considera ya es “un capítulo cerrado”. “El radicalismo viene de lastimaduras muy profundas, y tenemos la obligación, la responsabilidad de que la UCR se junte, planee un horizonte a futuro porque separado, el radicalismo no tiene ningún destino”, dijo en diálogo con PERFIL CORDOBA.
En la elección del domingo pasado, Convergencia, el acuerdo que lo incluía a él, al exintendente Ramón Mestre y al alfonsinismo, se proclamó ganador con el negrista Marcos Carasso conduciendo los destinos del partido.
- Y después de lo del domingo, ¿se acomodaron las fichas para lo que viene?
- A fin de año, Argentina se juega la madre de todas las batallas. El kirchnerismo irá en busca de la mayoría absoluta en ambas cámaras y así no tendremos posibilidad de normalidad institucional. Y debemos ser responsables de cara a la gente que nos votó. Trabajo desde diciembre para eso.
- ¿Lo sorprendió cómo jugó el senador (Martín) Lousteau en Córdoba?
- Para mí son capítulos cerrados. No discuto personas, discuto ideas. Mi responsabilidad me lleva a otros temas. Me preocupan Formosa, lo que está pasando con la economía, el proyecto de biocombustibles, no ando discutiendo personalismos.
- ¿La reaparición de Macri con el lanzamiento de Primer Tiempo reconfigura el GPS de Juntos por el Cambio?
- En una sociedad normal no debería ser un problema la presentación de un libro de un expresidente, en este caso Mauricio Macri. Es más, es hasta saludable que eso suceda. Él transmite su mirada, su visión, su experiencia. Todavía no lo terminé de leer. Cuando lo haga, veré en cuánto coincido.
- ¿Cree que Schiaretti tendrá chances de tomar distancia del kirchnerismo?
- El problema de Córdoba es que está muy comprometida financieramente. Y esto llevó a los diputados de Schiaretti a acompañar medidas que en otro momento no hubiesen acompañado. Y a eso, aunque quieran, no lo pueden tapar con un dedo. Córdoba tiene un problema financiero importante: el próximo gobernador, cuando asuma, tendrá el primer día tiene un vencimiento de 200 millones de dólares. Al PJ Federal del que hablaba Schiaretti se le apagaron las luces.