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CóRDOBA
Tras exitoso tránsito internacional

La serie cordobesa La chica que limpia llega el martes a la plataforma gratuita CINE.AR

El director Lucas Combina y los actores Marcelo Arbach, Pablo Tolosa y Jorge Monteagudo hablan del policial que fue íntegramente rodado en la ciudad de Córdoba.

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. Combina, Tolosa, Monteagudo y Arbach contaron detalles de la película cordobesa. “Es difícil filmar en Córdoba”, reconoce su director. | Fino Pizarro
La Chica que Limpia es Antonella Costa (Garage Olimpo, Diarios de motocicleta) y junto a Beatriz Spelzini (Cleopatra) son las únicas no cordobesas del equipo de la serie que se estrena el martes 22 de agosto en CINE.AR. Se trata de trece capítulos de 26 minutos rodados en 40 locaciones de Córdoba que estarán disponibles en simultáneo en www.cine.ar, la renovada plataforma gratuita de cine y televisión argentinos producidos con dineros públicos, el reemplazo macrista del INCAA TV.

Nadie es profeta. La historia narra el derrotero de una madre, interpretada por Costa, que en medio de una batalla por la salud de su hijo accede a limpiar escenas del crimen, sumergiéndose en el submundo del hampa local. Antes del demorado estreno local, La Chica que limpia pudo verse en Estados Unidos e Inglaterra con una repercusión considerable. 
El guion fue seleccionado a partir de un concurso federal en el marco de la iniciativa del gobierno kirchnerista de dotar de contenidos a la extinta Televisión Digital Abierta. Partió de una idea de Combina y se escribió a seis manos junto a Greta Molas e Irene Gissara.

La serie se rodó en 2015 y estuvo demorada, motivo por el cual llegó antes al exterior. "Tuvo un receso porque no teníamos pantalla -explica el director-, pero también influyó la desorganización que tenían los canales para emitir las series. Por eso buscamos alternativas de emisión afuera y la compró una plataforma digital". 

Así, contradijeron los recorridos de las producciones audiovisuales del siglo pasado. Ahora, de la mano del streaming, es posible llegar a otros territorios y luego a las pantallas locales sin que eso sea considerado un fracaso. Es más, la serie ni siquiera tendrá un paso próximo por la televisión abierta, aunque no lo descartan a futuro.

Córdoba como escenario. El centralismo porteño también se trasluce en las producciones audiovisuales locales. No es habitual que una ficción de cine o TV se ambiente en otro espacio que no sean las callecitas de Buenos Aires. Para Combina la dificultad reside en que los gobiernos locales no ven a la producción audiovisual como una gran herramienta para mostrar a nuestras ciudades en el exterior: "Otros países lo usan estratégicamente como promoción turística. Por ejemplo, Brasil exige que en las novelas se muestren sus paisajes y eso exportan". Así, sobre cómo se ve Córdoba en La Chica que limpia, el director afirma entre risas: "Se ven las mejores y peores imágenes. Lo limpio y lo sucio".  

En relación a las dificultades del rodaje, Combina destaca que no es una ciudad acostumbrada a que se filme: "Cuesta conseguir un permiso municipal. Una persona de la administración me trató de loco al pedir cortar una calle de Cofico sólo porque pasaba un colectivo. Y yo le decía que ‘no la ven’ porque se corta hasta el Puente de Brooklyn en Nueva York para rodar y también la 9 de Julio en Buenos Aires, ¿y yo no puedo cortar una calle pedorra de un barrio por un bondi?"

El policial como el género total. "Es un género que enfrasca a otros", explica Combina en relación al por qué de la elección temática: “Te permite transitar un momento de suspenso, el miedo a ser descubierta en el caso de Rosa, el personaje de Costa. En otro momento es un drama: la lucha de la madre que es capaz de todo por su hijo; luego entramos al terror porque hay cadáveres; y hasta hay humor". 

Además, la posibilidad del comentario social desde la ficción fue otro de los elementos que decidieron al creador por este género: "Hay una profundidad de campo que tiene un realismo relacionado con lo que sucede en nuestro entorno, en este caso, la trata de mujeres".

Los personajes en palabras de los intérpretes
Marcelo Arbach es el Detective Gutiérrez. "Es el subalterno de Sandro, el personaje de Martín Rena. Representamos la típica dupla de detectives donde uno es el más informal e intuitivo que no respeta el orden y yo soy el más cuidadoso, respetuoso de las instituciones y las órdenes. Acompaño a Sandro en la búsqueda para dilucidar qué sucede con estos crímenes extraños y estas escenas raras”. 
Pablo Tolosa es Chico Pérez. "La cara visible de esta organización que se dedica a tareas non sanctas y que descubren el talento de La Chica que Limpia. Ella les ayuda a resolver un par de situaciones y la contratan para realizar esas funciones". 
Jorge Monteagudo es El Petiso. "Soy del clan de Chico, una especie de mano derecha y el que se encarga del trabajo sucio". 

La experiencia de hacer una serie en serio para tres actores de teatro
"El ritmo de rodaje es exhaustivo -dice Marcelo Arbach- y le da una velocidad interesante, distinto al largometraje. Estás durante mucho tiempo dedicado al personaje y a la historia y te permite, dentro de esa vorágine, un mayor desarrollo". Para Jorge Monteagudo lo interesante fue el rol a interpretar y la vivencia: "No tengo mucha experiencia en audiovisual y se disfruta todo: ver el detrás de cámara, el trabajo de otros, las indicaciones técnicas. Además, en un tiempo acotado tenés que llegar a tu mejor producción para hacer rendir el material escrito. Vas descubriendo cosas cuando estás en la locación y eso te influye mucho". Pablo Tolosa, por su parte, dice: "Lo que te mantiene vivo, al no tener una gran experiencia, es la fascinación. Me generó una adrenalina súper positiva".