“Entiendo que para el posible lector es más motivacional que de datos duros…”. Esa es la reflexión que, sobre mi columna de la semana anterior, efectuó mi inefable corrector. El proceso de corrección de una columna debe ser para el autor una experiencia enriquecedora; normalmente, mejora su escrito. Siguiendo la certera recomendación, y en un paréntesis en la parte técnica, me abocaré al papel que en el tiempo ha tenido las exponentes del género femenino en el Mercado de Valores y el rol que estimo deberían desempeñar en el mañana.
La lucha de la mujer por superar la postración a que fue históricamente sometida por la sociedad patriarcal, ha tenido destacable éxito y aún seguirá vigente por largo tiempo.
Revisando minuciosamente los escritos de los grandes inversores de todos los tiempos (Buffet, Graham, Soros etc.) no he encontrado (curiosamente) mención alguna a las mujeres. Solo en un libro de Eduard Chancellor (publicado en 1999) hallé un comentario que hace referencia a la década de 1920 en Estados Unidos y menciona a “las damas de la teleimpresora”. El mismo concluía en que provenían de todos los estratos sociales, que eran inteligentes, tenaces y que brindaban ímpetu al mercado alcista; también acotaba que eran buenas perdedoras y que, como administradoras del hogar, sabían muy bien que acciones de minoristas y fabricantes elegir.
La equidad de género no existe en las élites empresariales. Los consejos de administración de las empresas bursátiles (al menos de España y 15 países de América Latina) son clubes varoniles.
Como dato singular, quiero destacar que recién en mayo de 2018, Stacey Cunningam, se convirtió en la primera mujer en presidir la Bolsa de Nueva York en 226 años de historia.
En mi opinión las mujeres tienen todas las cualidades como para participar activamente en el mercado de valores, pues disponen de la personalidad fuerte que se requiere para dominar las emociones, son osadas, rápidas, poseen tolerancia al riesgo y paciencia.
A lo largo de mi ya larga trayectoria como inversor, he puesto órdenes de transacción con la participación de varones o computadoras. Pero solo en los últimos meses y, ante la caída del sistema de transacción local, me vi gratamente sorprendido operando con la dama M.S.L.: humor, responsabilidad, método y dinamismo que sorprenden han tornado gratificante la operatoria de las últimas semanas
Finalmente, afirmo mi convicción de que la llegada de más mujeres en el mercado redundará en un gran beneficio para todos: para Warren “invertir es como hacer dieta: simple pero no fácil” y es claro que las mujeres son mejores para las dietas que los varones.
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Gestor de patrimonios financieros y Contador Público.