Hay solo dos personas con peso en la mesa política del oficialismo que acompañaron al gobernador Juan Schiaretti en todas las giras por el exterior en busca de fondos y financiamiento. De España a Emiratos Árabes, pasando por Austria y Francia, el titular de Ejecutivo provincial decidió que el ministro de Obras Públicas y Financiamiento, Ricardo Sosa, y el jefe del bloque en la Unicameral, Carlos Gutiérrez, fueran parte de la comitiva oficial.
Nadie -salvo su esposa Alejandra Vigo, claro- conoce al gobernador como los dos integrantes del entorno más próximo al mandatario provincial; situación que pone en carrera a ambos en el sprint final de cara a las definiciones por el compañero de fórmula en la última semana de negociaciones.
De ese extenso grupo que había hasta el año pasado, todo parece haberse acotado a tres dirigentes: Sosa, Gutiérrez y la secretaria de Equidad y Empleo, Laura Jure. Casi en ese orden de preferencias para la mesa chica del schiarettismo.
Un conocedor. En el peronismo cordobés, refundado tras su alianza con el socialismo y el GEN en Hacemos por Córdoba, reconocen que en los despachos principales iban a jugar la carta del schiarettismo paladar negro siempre y cuando las encuestas acompañaran en forma holgada.
“Desde un principio se dijo que si los números daban con comodidad, había que barajar la posibilidad de cerrar la fórmula al círculo más íntimo”, reconoció esta semana un dirigente que estuvo en el lanzamiento del pasado miércoles.
Con Cambiemos dividido y esquirlas que aún se mantienen en el entorno de Mario Negri y Ramón Mestre por la disputa de las últimas semanas, cerca del gobernador consideran que hay margen para una “fórmula grande”. Algo de esto presumen también cerca del intendente capitalino, donde empezaron a instalar aquello del binomio “joven y de renovación” con el que comenzó a cerrar sus discursos Mestre. Diferencial, no solo con el peronismo sino también con la lista que encabeza Negri.
El ministro Sosa es el alter ego de Schiaretti. Compañero de militancia en épocas de juventud, ambos sufrieron la dictadura y se mantuvo como un funcionario de peso en las dos gestiones del actual gobernador. Con mucho poder en este gabinete, fue absorbiendo otras carteras y es el nexo con todas las contratistas del Estado provincial.
La espada legislativa. Gutiérrez, por su parte, fue el referente en la Unicameral durante los dos mandatos schiarettistas. En ese ámbito fue el cerebro, junto a Oscar González, de las reformas que le empezaron a allanar el camino del sueño reeleccionista.
En la primera mitad del 2018 coordinó con el Ejecutivo la reforma para dividir a la oposición con la posibilidad transformar en legisladores a los candidatos a gobernador que quedaran en el camino; y sobre el final, introdujo en la Legislatura el debate por el adelantamiento de las fechas.
Referente en el departamento Río Cuarto, reside en la ciudad del sur, donde los números acompañan al oficialismo. Un dato que, para algunos, puede ser clave en un bastión que le fue esquivo en las últimas elecciones al PJ.
