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ANALISIS

Los motivos reales detrás de la pelea comercial

(*) Director de Posgrado de la Especialización en Estudios en China Contemporánea en la Universidad Nacional de Lanús.

19-05-19guerrados
IA. La disputa por la inteligencia artificial es uno de los fundamentos detrás del conflicto comercial. | Cedoc

La relación comercial entre China y EE UU atraviesa un momento delicado. La situación es grave, aunque estoy seg uro q ue l a p ele a de fondo no se restringe a esos tér m i nos, sus consecuencias y eventuales represalias, sino que aparecen pour la galerie. Para el público en general esta discusión tiene la forma de una cruzada comercial, en la que Donald Trump dispone el aumento arancelario para casi la mitad de todo lo que viene desde China y la respuesta desde Oriente para afectar el núcleo del apoyo político con el que cuenta el presidente norteamericano es aumentar el arancel de los productos provenientes del medio oeste de EE UU, para los cuales China cuenta con proveedores alternativos. Sin embargo, la disputa por los espacios de hegemonía en aspectos estructurales que hacen hoy al funcionamiento del mundo, si se me permite, son centrales. Entre ellos hay uno que ahora cobra visibilidad como lo es la cuestión de la inteligencia artificial (IA). Estos temas -para los cuales aún no hay “una OMC”- se cuecen al calor de la propiedad intelectual, y sobre el que giran el resto de las experiencias de producción, sean manufacturas o servicios. Cabe recordar que en la parte de atrás de cada iPhone se lee “Diseñado por Apple en California. Ensamblado en China”.

Hasta aquí, EE UU provee el conocimiento encarnado en la propiedad, el diseño, la patente y todos aquellos aspectos que hacen al mayor valor que tiene por dentro cada uno de esos aparatos de Apple, mientras que, en territorio de China, una empresa de origen taiwanés (Foxxcon) con miles de empleados chinos, los arman y desde allí se distribuyen al mundo. Todo está explicado en el funcionamiento de las Cadenas Globales de Valor (CGV). De allí, es casi natural que una economía cuyo crecimiento impacta en todo el mundo y con cultura de investigación científica, disfrute de su renacimiento tecnológico: China ya tiene uno de los mayores grupos de científicos de IA, más de 800 millones de usuarios de Internet -más que cualquier otro país-, lo que a su vez significa más datos para perfeccionar “su” inteligencia artificial. Las consecuencias son muchas y se distancian del libre mercado para acercarse a los temas de “seguridad nacional”.

La puja por ese espacio de avanzada impulsó un proyecto de ley para evitar que el gobierno norteamericano haga negocios con empresas chinas de telecomunicaciones como Huawei y ZTE. En definitiva, ¿cómo deberá EE UU responder a ese avance desde Oriente? Noto enorme parecido entre lo que hace China hoy y lo que hizo EE UU desde la segunda posguerra, cuando galvanizó intereses sectoriales y encolumnó en programas de gobierno las diferentes energías al momento de disputar los espacios de hegemonía con la Unión Soviética: el sistema educativo, el complejo militar industrial, la investigación y el desarrollo desplegados sobre tecnologías que permitiesen progresar al conjunto. Mientras EE UU debate al respecto y hace oír su voz para encerrarse sobre sus fronteras, las transnacionales de capitales norteamericanos se instalan con sus departamentos de investigación y desarrollo alrededor de las universidades chinas, en China. En lugares que el Estado chino creó a tales efectos, por supuesto.