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ANÁLISIS Y PERSPECTIVA

Presidente economista

Carlos Fara sobre Javier Milei: "Es un proyecto muy personalista que no busca generar estructuras”
Carlos Fara sobre Javier Milei: "Es un proyecto muy personalista que no busca generar estructuras” | CEDOC

Maximilian Weber, considerado uno de los padres fundadores del estudio moderno de la sociología y la administración pública, murió en Múnich en 1920. En su obra “La política como vocación” (1919), puntualiza que “la política está hecha con la cabeza, no con otras partes del cuerpo, ni con el alma”.

El político más efectivo es el que puede excitar las emociones de la gente, mientras gobierna estrictamente con una razón dura y fría en la cabeza. Por otro lado, destaca que hay tres cualidades políticas por antonomasia: pasión (vocación hacia una cosa), sentido de la responsabilidad y mesura (capacidad para dejar que la realidad actúe sobre uno sin perder la tranquilidad).

En nuestro país, para llegar a ser presidente no se requiere probar idoneidad alguna y ni siquiera antecedentes en cargos ejecutivos menores. Así, llegaron al poder 25 abogados, 5 militares, 3 ingenieros, 2 médicos, un maestro, un odontólogo y una bailarina. Lo más cerca que estuvo un economista de llegar a la presidencia fue en 2003, cuando el Dr. Ricardo López Murphy estuvo a menos de 6 puntos de pasar a la segunda vuelta. En mi opinión, el citado hoy reúne las mejores condiciones para ocupar el cargo, pero las encuestas no parecen favorecerlo.

Por otro lado, por primera vez en nuestra historia otro economista tiene posibilidad de ganar. El porteño Javier Gerardo Milei (1970), egresado en Economía en la Universidad de Belgrano y con dos maestrías más en su currículo, ya es el favorito para la primera vuelta en algunas encuestas.

Al abocarme al análisis weberiano de Javier, advierto sin dudas que ha tomado la política como vocación emergente y no para vivir de ella, proponiendo transformaciones sustanciales de la realidad y poniendo su vida al servicio de una causa que lo transcienda.

En ese campo se diferencia totalmente de quienes viven de la política y que sólo pretenden disfrutar de los beneficios que el poder les otorga. No cabe duda, además, que exuda pasión y sentido de responsabilidad. En lo que se refiere a la mesura, es probable que se muestre agresivo y desafiante como construcción de su imagen con lo que por el momento “excita la emoción de la gente”.

Se puede ejercer la presidencia con éxito sin ser un erudito en alguna materia y los ejemplos sobran: una gestión de excelencia se puede lograr con ministros adecuados y una toma de decisiones que se realice siguiendo el consejo de los que más saben en cada materia.

Pero la cuestión económica es ahora un problema central: el descalabro en que nos encontramos luego de 20 años de kirchnerismo explícito requiere darle prioridad a un saneamiento impostergable. Siempre será superador tener un presidente que tenga conocimientos económicos sólidos. En caso contrario, si un ignorante en economía  como Cristina Fernández de Kirchner ejerce el Ejecutivo se puede llegar a desaprovechar uno de los ciclos históricos más favorables que Argentina ha tenido respecto a la relación real de intercambio.

Por último, Weber hace una descripción de la racionalización de la burocracia: la describe como una “noche polar de oscuridad helada”, que atrapa a los individuos en una jaula de hierro de control, basado en reglas. Javier Milei debe advertir que se deberá transitar esa noche para evitar desilusiones que le quiten apoyo (si gana).