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Tapones lejanos

Sin público, con menos socios y jugando entresemana para la TV, Belgrano, Instituto y Estudiantes hacen malabares para seguir siendo competitivos afuera de la cancha.

Estudiantes-Belgrano
Clásico sin público. Estudiantes de Río Cuarto y Belgrano animaron la semana pasada el primer cruce del año entre equipos cordobeses. | CEDOC PERFIL

“¿Alguien sabe por dónde se puede ver el partido?”. La pregunta ya es casi una muletilla en los grupos de WhatsApp desde que la pandemia vació las tribunas en las canchas.

La TV por cable, el streaming y los teléfonos celulares son las plataformas que contienen a la remota pasión futbolera en la nueva normalidad. La Primera Nacional, con Belgrano, Instituto y Estudiantes de Río Cuarto en su elenco, no está ajena a esta realidad.

En los últimos 15 meses, la principal categoría del ascenso de la AFA transitó 37 larguísimas semanas de inactividad, 65 días de apurada competencia para definir ascensos, ocho semanas de receso, y finalmente tres meses y medio con vaivenes desde que la pelota volvió a rodar el pasado 12 de marzo. Y todo eso, sin medio peso por la venta de entradas.

De hecho, hay que remontarse hasta el 8 de marzo de 2020 para encontrar la última postal de un festejo popular en un estadio cordobés: el golazo de tiro libre de Facundo Silva que le permitió a Instituto empatarle sobre la hora a Brown de Adrogué en el Monumental de Alta Córdoba.

  • Instituto 1-Brown de Adrogué 1, el 8 de marzo de 2020, fue el último partido de la Primera Nacional que se jugó con público en Córdoba

Desde el inicio de la pandemia, cada uno de los tres equipos cordobeses de la B Nacional jugó 10 partidos como local sin la presencia de público. Hasta marzo del año pasado El Pirata promediaba por encuentro 25 mil espectadores, y en los casos de La Gloria y El León esa cifra alcanzaba respectivamente 15 mil y 10 mil.

“Es difícil cuantificar esa pérdida, ya que hoy no sabemos cuál es el costo de una entrada y no están actualizados los valores de los abonos para los partidos. Pero el monto es importante”, sostiene Lucas Bustos, protesorero de la entidad de barrio Alberdi.

La miran por TV

“Con el club cerrado y sin público en los partidos, se hace difícil subsistir”, admite Juan Manuel Cavagliatto, el presidente de Instituto. “En nuestro caso, vamos afrontando las obligaciones día a día”, se sinceró el dirigente en una entrevista que la semana pasada le concedió a Radio Impacto.

Cuando le consultan sobre la compleja coyuntura, Alicio Dagatti, el mandamás de Estudiantes, hace hincapié en la austeridad de su club (“Manejamos un presupuesto mediano”) y también gala de su alineamiento político con la conducción del fútbol nacional.

“Los clubes de la categoría subsisten por la gran gestión de Claudio Tapia y Pablo Toviggino, que sostienen el arancel mensual que paga la TV”, afirma el dirigente del sur provincial, ensalzando al titular y al secretario de la AFA.

En la segunda división, los clubes perciben 2,3 millones de pesos mensuales por derechos de televisación. “En el caso de Belgrano representa el 6,5 por ciento del presupuesto”, destaca Bustos.

  • Los clubes de la segunda categoría de la AFA perciben un neto de 2,3 millones de pesos mensuales por derechos de televisación y streaming.

“En Primera la TV cubre una quinta parte de los gastos, pero ese ingreso baja mucho si estás en otras categorías. Lo mismo sucede con las ventas de jugadores y los sponsors; en la Primera Nacional el mercado se achica y los clubes quedan muy debilitados a la hora de negociar”, puntualiza.

¿La distancia es el olvido?

Así dicen. Aunque hay muchos hinchas que no conciben esa razón y siguen pagando religiosamente sus cuotas sociales. “Entendemos a la gente que ha perdido su trabajo o que la está pasando mal”, afirma Cavagliatto. Y reconoce que en los registros de Instituto hay apenas 2 mil socios al día.

En las planillas de Belgrano figuran 18.400 carnés con sus pagos regularizados y otros 6.800 en mora. La campaña #ReactivaTuPasión, que permite a asociados recuperar la condición de activos con antigüedad cero, tuvo 750 adherentes desde su lanzamiento a principios de junio. “Históricamente el ingreso de cuotas cubría un cuarto de las erogaciones del club y en este momento llega al 14% del presupuesto”, se detalla.

“Estudiantes no tuvo una baja en la cantidad de socios”, destaca Magalí Camia, la jefa de prensa de la entidad riocuartense. “La gran campaña del torneo anterior ayudó un montón, ya que afianzó el sentido de pertenencia”, añade. La vocera precisa que son 4.500 los asociados, y que tanto la cuota como el presupuesto del club se redujeron en la pandemia.

Mientras los clubes hacen malabares con sus economías -y también con un calendario que los obliga a jugar entresemana hasta nuevo aviso- las últimas noticias que llegan desde la AFA plantean la expectativa de que para fines de octubre los gobiernos y los popes del fútbol abran cancha.

 

Instituto-Brown de AdroguéEL ÚLTIMO BAILE. Instituto-Brown de Adrogué, la última función con público de la Primera Nacional en Córdoba.  

Vender para equilibrar

“Los clubes tienen que vender jugadores para equilibrar sus economías”, afirma Lucas Bustos, el protesorero de Belgrano. Y justifica ese diagnóstico con un dato elocuente: “En nuestro caso, la institución se sostiene económicamente en un 60 por ciento por las transferencias”.

“Belgrano necesita generar 2,5 millones de dólares anuales por ventas, préstamos, mecanismo de solidaridad o derecho de formación”, precisa. Y señala que la tesorería de la “B” tiene pendientes de cobro alrededor de 320 millones de pesos por operaciones que involucran a futbolistas.