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CóRDOBA
Carlos Enrique

Un Loco suelto en Córdoba

El exDT de Juniors trabaja en el programa “Tribuna Segura” del Ministerio de Seguridad de la Nación. Días atrás estuvo en la cancha de Belgrano y habló con PERFIL CÓRDOBA: “Quiero dirigir”.

Carlos Enrique
En acción. | CEDOC PERFIL


Llegar a la cancha de Belgrano por el lado de la Isla de los Patos no suele ser la experiencia más multitudinaria, y menos a la hora de la siesta. La calle La Tablada apenas muestra un vallado que la convierte en peatonal y un montón de policías agrupados en la vereda, ya que junto a la antigua Cervecería Córdoba se establece la base de los operativos de seguridad. La calle está totalmente despejada. Para los hinchas hay otros accesos establecidos, y no son muchos los periodistas que ingresan por ese sector.

Pero el fútbol siempre da sorpresas, aún afuera de la cancha. De repente, con un handy en mano, enfundado en un chaleco con las siglas del Ministerio de Seguridad de la Nación y apurando el tranco con rumbo a la costanera, aparece Carlos Alberto Enrique, aquel lateral que ganó las copas Libertadores e Intercontinental con Independiente, que dio un par de vueltas olímpicas con River y que se consagró campeón en la Copa América 1991 con la selección argentina. El mismo que entre 2010 y 2012 condujo a Juniors en tres etapas diferentes, y que alguna vez estuvo cerca de ser DT de Talleres.

“Acá estoy, laburando de esto. Ando por todo el país. Pero quiero dirigir, ¿eh?”, afirma “el Loco”. “Esto” –tal cuál refiere Enrique- es Tribuna Segura, el programa que desde 2016 lleva adelante la Dirección de Seguridad en Espectáculos Futbolísticos como parte de la lucha por erradicar a los violentos de los estadios y que en Córdoba ya registra 75 casos incluidos en el padrón de restricción administrativa para asistir a los partidos, incluidos los de la Copa del Mundo de Rusia 2018.

Bisabuelo y entrenador

Enrique no duda en calificar como “un éxito impresionante” al programa Tribuna Segura. “Hay que seguir avanzando, pero ya hubo un cambio. Se está haciendo un gran trabajo”, enfatiza. Y sueña con su propio Mundial:

“Ojalá podamos ir. Yo creo que la experiencia manda, pero si las autoridades deciden que vaya otra gente tendremos que acatarlo”. Más allá de su optimismo, “el Loco” tiene clavada una espina: la muerte de Emanuel Balbo en el clásico Belgrano-Talleres del 15 de abril de 2017 en el Estadio Kempes. “Aquel día yo estuve a cargo del operativo. Fue una desgracia, un hecho tristísimo para el fútbol. Lo único que puedo decir es que tanto el instigador como la víctima habían pasado por los controles de Tribuna Segura”, enfatiza.

Sobre la ilusión de volver a ejercer como DT, Enrique dice: “Estoy atento a la posibilidad. Sé que me va a ir bien. No tengo problemas con nadie porque siempre me manejé con la verdad. Otros quizá sean más políticos o tengan mejores representantes... No los critico, todos necesitamos laburar. Yo camino con la frente bien alta, que es lo más importante”.

“Juniors sigue en mi corazón”, afirma al recordar su experiencia en el Albo. “Llegué en un momento muy delicado, porque había perdido a un nieto, y me puse el overol. Entrenábamos por la mañana, almorzaba y después no salía del hotel hasta el otro día. Los jugadores no sabían de mi problema y fueron ellos los que me devolvieron la alegría. Puedo decir que Córdoba me amparó”, afirma.

Respecto a las chances del seleccionado argentino en el Mundial, sostiene: “Uno siempre anhela que le vaya bien. Messi es muy importante, pero también hay un seleccionador. Hay que armar un buen grupo, porque nadie juega solo. No quiero que se malinterprete, pero si no le se le puede decir nada al ídolo, creo que estamos mal”.

A los 54 años, Enrique –5 hijos, 11 nietos y 1 bisnieto- mantiene intacta la pasión por el fútbol. Y su esencia: “Estoy orgulloso de la clase de tipo que soy. Me dicen ‘el Loco’, pero tengo las ideas bien claras y no soy mala leche”.