Días atrás, el director del Centro de Prevención y Control de Enfermedades de China (CDC), Gao Fu, abrió un nuevo debate al asegurar durante una conferencia de prensa que el país asiático está considerando mezclar sus vacunas con las desarrolladas por otros laboratorios para aumentar su eficacia. Poco después, Gao Fu intentó matizar en una entrevista en el ‘Global Times’ sus palabras. Afirmó que sus dichos fueron mal interpretados y que no quiso dar a entender que los fármacos desarrollados por laboratorios chinos eran poco efectivos.
Sin embargo, durante la conferencia del sábado, el director de la CDC había recalcado que China está estudiando medidas para “optimizar” los resultados de vacunas como la Coronavac. Sus palabras abrieron la discusión en nuestro país, que ya recibió el 1 de abril un millón de dosis de Sinopharm, de origen chino, cuyos estudios no han terminado la fase tres.
Consultado por PERFIL sobre la eficacia de las vacunas chinas, Roberto Chuit, director del Instituto de Investigaciones Epidemiológicas, explica: “La primera información que hubo fue la semana pasada del CDC de China, donde se dijo que estaban observando que las vacunas no estarían protegiendo de manera adecuada. Esa es la información. Desde el punto de vista de publicaciones científicas, es de las vacunas que menos información tiene”.
Ante la pregunta de si es seguro dar una sola dosis de la vacuna Sinopharm sin los datos de la fase tres, argumenta: “Los datos no están disponibles. El ministerio (de Salud), al tomar una resolución, debe tener la información, pero los datos que yo manejo no hablan de que una dosis produzca la efectividad necesaria en la Sinopharm".
La baja eficacia de las vacunas chinas contra el COVID-19 genera preocupación mundial
Chuit se refirió, además, al nivel de efectividad en la aplicación de una sola dosis de las vacunas AstraZeneca, Sputnik V y Sinopharm en el país. “Sobre la vacuna de AstraZeneca, se sabe que con una sola dosis uno tiene un promedio de 70 por ciento de desarrollo de anticuerpos. Uno puede dilatar, con este nivel de anticuerpos, hasta tres meses la segunda dosis. Con la segunda aplicación, se supera el 80 por ciento de desarrollo de anticuerpos”, expresó.
Con respecto a las vacunas Sputnik y Sinopharm, afirma que “la información que hay es solo de la protección que ofrecerían las dos dosis. Para ambas vacunas estas situaciones mostraron que la segunda dosis debe ser aplicada entre los 21 y 28 días tras la aplicación de la primera inoculación. Por lo cual, tras esta información que salió recientemente de la CDC de China, de que la vacuna aún con dos dosis no estaría levantando el nivel de anticuerpos, están proponiendo una tercera dosis”.
Consultado sobre qué sucede si se aplican estas vacunas después de los 28 días, Chuit afirma: “En general hay una norma que establece ese tiempo, que uno tiene que tratar de respetar y esperar para que haya una respuesta mayor del organismo, aún con pequeñas movilizaciones de anticuerpos. En términos generales, uno puede plantear distanciar la segunda dosis por un tiempo importante para que la mayoría de la población tenga la primera dosis para que desarrolle anticuerpos. Esto es lo que hizo Gran Bretaña con la vacuna de AztraZeneca”.
COVID: un funcionario chino admite baja efectividad en las vacunas de ese país
Este especialista recalca que con las vacunas Sputnik y Sinopharm, “no hay demasiada información sobre cuánto duran los anticuerpos”. Y argumenta: “Recién estamos teniendo gente ahora con la vacuna china y que tiene prácticamente menos de un mes de tiempo después de la aplicación. Y sobre la de Sputnik, la mayoría de la gente había tenido dos dosis cuando se cambió la normativa hace un mes y medio, y no ha habido tiempo de evaluar estos procesos en nuestra población”.
En relación a cuánto tiempo después de la aplicación las vacunas comienzan a tener efecto en la primera dosis, explica que aproximadamente “una semana”. Y detalla: “Cuando se hace una descarga del organismo, porque hay algo extraño, para que haya un nivel detectable de esos anticuerpos, son necesarios aproximadamente cinco o seis días. Y por eso es que la propuesta de esas vacunas es ponerlas después de los 21 días porque los estudios demostraron es que en 10 a 15 días hay un pico de anticuerpos y después el crecimiento se ameseta”.
Y sobre los cuidados hay que tener en los días posteriores a la aplicación de las dosis, asevera: “La gente, a pesar de la vacuna y a pesar de tener una o dos dosis, debe seguir manteniendo sus mecanismos de protección. Se sabe todavía que las vacunas, para la variante de Wuhan, tienen alta efectividad, para en las otras variantes, su efectividad pareciera que puede ir disminuyendo. Lo importante es que las personas, a pesar de tener la vacuna, sigan utilizando los elementos de protección. Las vacunas lo que van a hacer es proteger a las personas para que no tengan formas graves de la enfermedad. No quiere decir que no se vayan a infectar”.
Con respecto a las restricciones, Chuit dice que “hasta que el virus no esté controlado y con gran parte de la población vacunada y sin mutaciones, los mecanismos de ventilar, distanciamiento físico y lavado de manos se van a tener que seguir manteniendo, y en el caso de Argentina hasta fin de año”.