CULTURA
Entre el corazón y la razón

Las 122 cartas entre Victoria Ocampo y Ortega y Gasset: seducción, debate intelectual y admiración

Un libro recopila la correspondencia que mantuvieron los intelectuales. Se presentó en España y en Argentina fue declarado de interés para la Cultura y la Comunicación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Victoria Ocampo y José Ortega y Gasset
Victoria Ocampo y José Ortega y Gasset | Gtlza Fundación Ortega y Gasset Marañón y Cedoc Perfil

“Y en mi cuarto de hotel, durante toda aquella noche, me pareció que una perla de cuento emanaba su pálido claror meditabundo”, escribe José Ortega y Gasset sobre la impresión que le causó conocer a Victoria Ocampo. Se trata de la primera correspondencia que aparece en la reciente publicación Cartas, José Ortega y Gasset - Victoria Ocampo, entre el corazón y la razón.

El libro compila 122 cartas que intercambiaron dos de los más influyentes pensadores de la lengua española entre 1917 y 1941. Editado por Biblos y fruto de la colaboración de la Fundación Ortega y Gasset Argentina y la Fundación Ortega Marañón España, la obra nació a partir de un deseo de Victoria Ocampo y Soledad Ortega Spottorno, hija del filósofo, de compartir al público las intimidades de una relación estimulada en un profuso intercambio intelectual.

Esta obra constituye a la vez un preciado material histórico, una obra de espesor intelectual y un bello discurrir de afecto y admiración mutua. Es decir, puede leerse como un material de consulta histórica, como ensayo sociológico o como novela.

Esto no les gusta a los autoritarios
El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.
Hoy más que nunca Suscribite

Luego de presentarse en la Casa de América en España, la Feria del Libro de Buenos Aires y el Centro Cultural Parque España de Rosario, el libro fue declarado de interés para la Cultura y la Comunicación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ortega y Gasset y Victoria Ocampo, amistad y admiración profunda

En la primera carta del libro, el intelectual español le expresa a Victoria su fascinación y cierra con una prosa que ilustra el enorme impacto que ella le causó: “Esta Gioconda me ha comprendido para siempre y hasta la raíz… Nunca me confundirá con nadie ¡Qué raro! Me sabe por completo, de memoria… Le complace mi manera de deformar la trivialidad de las cosas que la vida arroja a nuestros pies para hacerlas nacer a una vida nueva, danzante y rítmica… Ha descubierto que, para mí, vivir es una cuestión de estilo… Y en un instante podría dibujar en el aire con el dedo el movimiento de mi estilo.”

A la vez, a Victoria Ocampo le pasaba algo similar. En una cita al pie aparece un extracto de la Autobiografía de la autora en la que escribe sobre él: “Ortega tomaba un tema y lo seguía como los reflectores siguen, en un ballet, los entrechants del bailarín solista. Con esta diferencia: él era a la vez los reflectores y el bailarín. Yo contemplaba el espectáculo y apreciaba su maestría”.

Victoria Ocampo y José Ortega y Gasset

La saga epistolar comienza cuando Ortega y Gasset intenta, no sin dificultad, reconstruir el vínculo que se había roto por una apreciación celosa suya, fuera de lugar. Ellos se habían conocido en Argentina en 1916, tuvieron una conexión inmediata, pero él osó subestimar a Julián Martínez Estrada, de quien la fundadora de Sur estaba enamorada profundamente.

Victoria Ocampo y Julián Martínez: la historia de un amor bello y frágil como el cristal
 

En la primera carta que aparece en el libro, Ortega y Gasset despliega los artilugios de la nostalgia y reconstruye cómo fueron todos sus encuentros y su emoción por conocer a quien llamó “La Gioconda de La Pampa”. “El hecho es que no me escribe: y es difícil que en mi vida actual pueda darse otro hecho más doloroso”, señala en esa correspondencia.

En el repaso de los momentos que compartieron en la Argentina, el español recuerda que ella no le prestó demasiada atención cuando se conocieron, algo que Ocampo contrastaría con su versión: “La inteligencia de aquellos ojos si bien no tenía el poder de transformar en piedra a lo que miraba podía desde luego paralizar momentáneamente. Ese fue el efecto que me produjo y lo que él interpretó como síntoma de in -curiosidad”.

Victoria Ocampo y José Ortega y Gasset
José Ortega y Gasset

Es recién en 1923 que retoman el diálogo y reaparece con mayor fluidez la admiración mutua. Intercambiaron correo durante más de 20 años, en el marco de acontecimientos históricos que incluyeron la Primera Guerra Mundial, el transcurso de la belle époque, la crisis financiera y política de Europa en los años 30, la Segunda Guerra Mundial y las sucesivas guerras frías internacionales. 

Marta Campomar, licenciada en literatura inglesa y española y vicepresidenta de la Fundación Ortega y Gasset Argentina contó a PERFIL que recién ahora pudo publicarse el material gracias al reconocimiento de Victoria Ocampo en España en los últimos años y también por la revisión del rol de las mujeres en el mundo cultural. 

Por otro lado, el trabajo de ordenamiento y preparación del material llevó bastante tiempo, ya que las cartas necesitaron varios pies de páginas que ubican a las personas que se nombran y ponen en contexto al lector. Además, también llevó un trabajo aparte la traducción, porque las cartas de Victoria estaban en francés. En el libro se incluyen ambas versiones.

-¿Por qué cree que es relevante la existencia de este libro?
-Este libro es relevante porque es reflejo de los tiempos históricos de cada sociedad. La Argentina que vivía en su etapa de máximo esplendor en que comenzaron a aparecer los protagonistas más encumbrados de nuestra literatura nacional como Borges, Bioy Casares, Guiraldes y la mismísima Silvina Ocampo. En España a su vez surgían otras figuras de prestigio en las ciencias, artes y en la misma filosofía que pregonaba Ortega desde la cátedra y los periódicos. Este libro pone en evidencia los distintos momentos de cada sociedad, Argentina en búsqueda de conformar su identidad y España, reinventándose en el medio de las crisis europeas con la voz de Ortega que pregonaba cambios para el progreso de España para introducirse en la modernidad.

Victoria Ocampo y José Ortega y Gasset
Victoria Ocampo

-Durante el trabajo para reconstruir este diálogo epistolar, ¿hubo pasajes que la sorprendieron o emocionaron, ya sea por la belleza de su trato o por las reflexiones intelectuales? 
-Sí, son varias. El epistolario se inicia con una carta de alto contenido emocional donde Ortega se siente desdeñado y abandonado por su Gioconda Austral (tal como él la llamaba) con quien habría iniciado un diálogo intimista que se interrumpió abruptamente sin explicación expresa. La ansiedad por recuperar esta amistad erosionada derivó por parte de Ortega en textos de suma importancia como filósofo. En esta etapa él inicia sus "Estudios sobre el amor" en los cuales la figura de Victoria Ocampo fue central. Las sucesivas publicaciones sobre este tema en el diario La Nación en los años 20 dan cuenta de la relevancia de esta figura femenina sudamericana en la producción intelectual de Ortega. Otra serie de cartas importantes fueron las que Ortega, experto en temas editoriales, aconseja a Victoria, y la estimula a iniciar su proyecto cultural de la Revista Sur y su correspondiente editorial. 

Otra carta que es muy estremecedora es la que cierra el Epistolario en que Ortega le confiesa a Victoria lo difícil que ha sido su vida de exiliado, sin lograr recuperar su normalidad intelectual, sus proyectos editoriales y la pérdida de amistades. Es la voz de un intelectual exiliado a quien las circunstancias le son hondamente adversas en todas las dimensiones de su vida. Le advierte a Victoria que ella, en alguna etapa de su camino, podría experimentar lo mismo. Palabras casi proféticas y de mucha relevancia en lo que serían sus luchas con el entorno de su país. En contraste con el tono analítico de Ortega destacan las cartas de Victoria escritas en un estilo libre y espontáneo que divierte al filósofo. Profundizan una amistad intensa, de diálogo inteligente, de humor picante y con gestos que también denotan su enorme generosidad.

cp