Para mostrar al napalm en acción, para mostrar los daños causados por ese gas, Harun Farocki se quema el brazo izquierdo, tal y como puede leerse en el guion de Fuego inextinguible, su ensayo político hecho película de 1969, "CÁMARA a la mano izquierda de Farocki apoyada sobre la mesa. Su mano derecha se extiende fuera de la pantalla para tomar un cigarrillo encendido y luego apagarlo contra el lado interno de su brazo izquierdo, a mitad de camino entre la muñeca y el codo (3.5 segundos). Narrador en off: Un cigarrillo quema a 200 grados. El napalm quema a 1.700 grados".
Con ese ejemplo, Didi Huberman reconoce en “¿Cómo abrir los ojos?”, el prólogo a Desconfiar de las imágenes, los veinticuatro textos escritos por el cineasta alemán entre 1980 y 2010, una aporía para el pensamiento de la imagen que es el problema central de esa pieza de arte cinematográfico. La vuelta que elige Farocki es menos para evitar el efecto de esas imágenes, las de las quemaduras de napalm verdaderas, las que van a herir los sentimientos de los espectadores, cuanto menos, que para que sean profundamente efectivas. Un problema estético y político que se bambolea entre respetar los sentimientos del espectador y cuestionar la responsabilidad por conocer los desastres de la guerra de ese mismo espectador. Dicho con los versos del poema de Bertold Brecht sería, “El peor analfabeto/es el analfabeto político./No oye, no habla,/ni participa en los acontecimientos políticos./No sabe que el costo de la vida,/el precio del pan, del pescado, de la harina,/del alquiler, de los zapatos o las medicinas/dependen de las decisiones políticas.”
Hace rato que en esta misma encrucijada está Alicia Herrero con la incorporación de “imágenes” que la economía produce con sus tablas, esquemas, tortas y demás elementos de medición de un mundo de cifras y de porcentajes. ¿Cómo ver el sentido estético en configuraciones frías y rígidas? ¿Dónde está la plasticidad, el color y los volúmenes en un universo inflexible, inexorable y drástico? En este sentido, Algo(de)ritmos, instrumentos, mutaciones vuelve a frasear, vocaliza y ejecuta una sinfonía distinta para dar cuenta de, por ejemplo, la estructura de la red de control económico de las grandes corporaciones transnacionales. Ese gráfico intrincado, recursivo, inexpugnable que mide nuestras vidas, tanto reales como imaginarias, con nuestros consumos y fantasías, deseos y realizaciones “sufre” las mutaciones de su arte.
Mientras que en 2017 citaba a Duchamp con Mise à un, la estructura del vidrio parado, en el nombre que toma “desnudo” del original La Mariée mise à nu par ses célibatiares, même, tal como se conoce en las anotaciones a El Gran Vidrio, al tiempo que lo “llenaba de gente”, con los indicadores de ingreso por capita, la referencia a Rotoreliefs del artista francés reaparece en esta exhibición en la galería Herlitzka+Faria y comparte su afán de ponerle movimiento a la pintura. En 1935, Duchamp realizó discos de cartón, de doble cara, de 20 centímetros de diámetro, en distintos colores y numerados del 1 al 12 con nombres tan absurdos como “huevo cocido”, “linterna china” o “caracol”; y que al girar en un tocadiscos a 40–60 rpm creaban sensaciones hipnóticas y de profundidad. Sobre esa idea de rotor, Herrero hace girar algunas de sus piezas.
Herrero somete a la economía y las mediciones a las reglas del arte, menos para domesticarlas sino para confrontarlas con un espectador potencial. Lo convoca por medio de imágenes seductoras y sensibles, lo atrae con una gramática del color y de la forma. Piensa y construye un repertorio de figuras geométricas en cuadros y objetos, esculturas con recursos que toma de la historia del arte, referencias al Barroco y sus procedimientos, la elipse, las anamorfosis, sin dejar de lado la impronta política. Porque monta un programa de alfabetización sobre la distribución del ingreso y la desigualdad del sistema de producción y participación en la economía para que reverbere en los ojos de quienes miran sus obras. Porque, una vez más, lo decimos con Brecht: “No sabe el imbécil que/de su ignorancia política/nace la prostitución,/el niño abandonado, el atracador/y el peor de todos los bandidos:/ el político delincuente,/canalla, corrupto y lacayo de las empresas nacionales/y multinacionales.”
Ficha de la muestra
Alicia Herrero
Algo(de)ritmos, instrumentos, mutaciones
Herlitzka + Faria
Libertad 1630 – Buenos Aires
Tel.: + 54 11 4313 2993
Lunes a viernes: 11:30 a 19