CULTURA
Crítica

La sociedad pixelada

Dividuum. Capitalismo maquínico y revolución molecular.

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. | CEDOC

Uno de los grandes desafíos de la filosofía contemporánea es poder dilucidar qué es el sujeto. ¿Cómo enmarcar al hombre de hoy? ¿Como individuo? ¿Cómo persona? ¿Cómo colectivo? El sujeto actual muestra graves signos de des-habitación, de nihilismo, donde se encuentra vaciado por la falta de referentes y, por supuesto, por su entorno tecnológico y digital. En este sentido, tanto Michel Foucault como Gilles Deleuze nos han dejado una apertura para considerar el espectro desde otra perspectiva, que en realidad no es tan nueva, cuyos indicios ya estaban presentes en el pensamiento desde los clásicos, tanto griegos como latinos, asimismo en el entorno teológico y filosófico: me refiero al dividuo. ¿Qué significa esto?

Es aquí que con erudición y destreza Gerald Raunig, en su ensayo Dividuum. Capitalismo maquínico y revolución molecular, por medio de aplicar una arqueología profunda y un barrido teórico horizontal, pone al descubierto lo “dividual” delatando su presencia en el devenir de la tradición occidental. Aclaremos que con esta expresión no infiere al “individuo”, al menos no todavía, si entendemos por tal a una unidad elemental con respecto a otra mucho mayor, a sus rasgos irrepetibles y singulares. Tampoco es la “persona”, la cual está arrojada a lo social, a lo moral, a la voluntad, al carácter, a su rol y a su máscara cultural. Sin embrago, el dividuo es eso que se disocia, que se da “entre medio”, cuya urdiembre horada al yo como un proyecto inacabado que está siempre compuesto por otra red que lo trasciende. 

La obra de Raunig nos convoca a la reflexión de aquello que está constantemente atravesado por las máquinas, por los algoritmos, por el big data, que termina siendo una nueva forma de consumismo

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Precisamente por ello, la obra de Raunig nos convoca a la reflexión de aquello que está constantemente atravesado por las máquinas, por los algoritmos, por el big data, que termina siendo una nueva forma de consumismo, cuya edificación forma y desforma al ser a través de su sobreexposición en redes sociales, a quien le dona su vida, sus datos, su fibra; pero, al mismo tiempo, este “capitalismo maquínico” termina por poseerlo, atraparlo, constituirlo y transfigurarlo de ser un ente autónomo a ser una trama disciplinada cuyo único fin es conseguir que sea funcional al sistema. El autor advierte que, a su manera, esto ya estaba presente en el Timeo de Platón, en el posterior dogma de la Trinidad, de modo similar en la postura de Friedrich Nietzsche con su “transvaloración de todos los valores”, igualmente en el esquizoanálisis de Félix Guattari, en los derivados financieros y en la logística de la estructura del mundo actual. 

El libro de Gerald Raunig es una investigación, si se me permite el término, que desanuda el tejido oculto debajo del concepto de in-dividuo develando lo que hay detrás: el camino de ida hacia una sociedad pixelada donde la escisión del sujeto es servil a sus oscuros fines.