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El mundo en 90 minutos

En Yokohama, el equipo de gallardo busca vencer al mejor equipo de la historia y consagrarse como el primer campeon mundial argentino.

Duelo de santafesinos. Dos ex Newell’s, Ponzio y Messi, se verán cara a cara en Yokohama. Con distintas funciones, son dos líderes naturales de sus equipos.
| AFP
Usted, que tiene el diario en la mano, a esta altura del día seguramente sepa más que nosotros. Al menos lo sustancial: quién ganó hoy y quién está festejando. Todo lo que se le pueda anunciar sobre la final gloriosa entre River y Barcelona es un tanto inútil: de nada sirve, en este caso, anunciar lo que ya pasó. Imaginemos, entonces, las dos posibilidades como ciertas. Que hoy, desde las 7.30 de la Argentina, River venció al Barcelona –en los noventa minutos, en el alargue o en los penales, lo misma da– y convirtió el duelo ante los catalanes en leyenda: en el partido más importante de la historia del fútbol argentino a nivel clubes. En un hito que recordarán dentro de muchas décadas sus hinchas.
La leyenda se escribirá por la instancia, pero sobre todo por el rival: este Barcelona multicampeón desde hace una década, con Lionel Messi como figura intergaláctica, pero también con Neymar, Luis Suárez e Iniesta. El rival otorga el parámetro. Y poder ganarles a los dirigidos por Luis Enrique en el partido decisivo del Mundial de Clubes es, sin dudas, lo más alto a lo que puede aspirar un equipo argentino y sudamericano.
Pero el duelo puede ser histórico no sólo por tener al Barça enfrente: si los conducidos por Marcelo Gallardo ganan será la primera vez que un club argentino se quede con este torneo que reúne a los mejores de todos los continentes. Estuvieron cerca Boca en 2007 (perdió contra Milán en Japón), Estudiantes en 2009 (estuvo a minutos de ganarle al Barcelona de Guardiola en Abu Dabi, pero se le escapó en la prórroga) y San Lorenzo el año pasado, cuando perdió sin atenuantes contra el Real Madrid en Marruecos.
Del otro lado, Barcelona, como todo club europeo, arriba a este encuentro sin el entusiasmo de los sudamericanos. Para ellos, ya lo sabemos, el mayor anhelo siempre es la Champions League, que el Barça se ha acostumbrado a ganar seguido: la levantó en 2006, 2009, 2011 y en este 2015. En todas, Messi fue protagonista. Pero aunque para los catalanes no es lo mismo el Mundial que la Champions, este plantel tiene un componente sudamericano que puede darle un valor superior al que le dio, por ejemplo, Cristiano Ronaldo el año pasado.
La diferencia de nivel y de talento entre uno y otro equipo es indisimulable. Lo reconoce Gallardo, y lo admite también Luis Enrique, que destacó igualmente el “gran potencial” que tiene River. Pero el jugador argentino y el uruguayo (River tendría tres titulares: Mayada, Sánchez y Mora), como dijeron Hugo Tocalli y Angel Cappa en este tipo de situaciones, dan un plus. Y a eso apeló Gallardo antes del partido: “Hemos hecho un esfuerzo muy grande para estar aquí, ha sido un largo recorrido y daremos todo lo que tenemos. Ellos tienen a los mejores, pero nosotros tenemos un corazón enorme”, remarcó el Muñeco, el mayor ídolo de este proceso de resurrección y crecimiento riverplatense. El hombre que puede hacer que los históricos triunfos de Racing ante Celtic, de Estudiantes frente a Manchester United o de Independiente contra Juventus, queden, a partir de hoy, en segundo plano.